Creció un 52% el número de profesionales desocupados
En 2000 había 40.000 universitarios sin empleo en el área metropolitana; hoy son 61.000
Juan Eduardo López tiene 32 años. Hace seis que se recibió de economista y, aunque valora la experiencia que le dejó su paso por dos compañías de nivel internacional, hoy le toca estar sin empleo. Mirando con ansiedad su teléfono celular -espera que lo llamen de alguno de los tantos lugares en los que dejó su currículum-, recuerda que, poco antes de ser despedido junto con otros de sus compañeros, había sufrido una baja en sus ingresos.
Su historia no es aislada. Solamente en el área metropolitana, 21.000 personas con estudios universitarios o superiores, se sumaron a las filas de los desocupados en el último año. Poder mostrar un alto nivel educativo, no parece ser hoy, un refugio para estar en una buena situación laboral.
Y eso tiene que ver básicamente con dos causas: la destrucción del empleo en algunos sectores de servicios, que hasta hace poco tiempo motorizaban la creación de puestos, y el aumento de la cantidad de profesionales que buscan su lugar, que no logra ser compensado con el crecimiento que -sin perjuicio de lo señalado- se dio en el número de ocupados de ese segmento de la población.
En la Capital Federal y los partidos del conurbano, el número de universitarios desocupados se incrementó, entre octubre de 2000 e igual mes de este año, un 52,2%, al pasar de 40.000 a 61.000 personas. La tasa de desocupación, en tanto, se incrementó en un 42%, al elevarse del 5 al 7,1%, según estimaciones que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares que el Indec difundió la semana última.
Nivel educativo medio
En la franja de la población que terminó el secundario o que tiene estudios universitarios incompletos, la cantidad de desocupados creció un 44,9% en un año, al pasar de 251.000 a 364.000 personas y al ver incrementada la tasa de desempleo del 14,5 al 19,8 por ciento.
En este caso, además, los puestos se redujeron en un 0,8% y la Población Económicamente Activa (PEA) -que indica cuántas personas trabajan o buscan activamente hacerlo-, creció un 5,8%, un ritmo algo menor al 7,4% registrado en la franja de los universitarios.
En cuanto a la población con bajo nivel educativo, ocurrió un fenómeno bien diferente: el desempleo creció, en términos relativos, a un ritmo menor que entre quienes tienen más preparación. Pero eso se explica principalmente por una salida del mercado laboral (abandono de la búsqueda de trabajo), lo que se produce por el desaliento generado al perder las expectativas de encontrar trabajo.
En el área metropolitana, el segmento en el que más se notó este último fenómeno es en el de quienes tienen estudios primarios completos o bien secundario incompleto. Allí, la PEA se redujo en un 6,9%, al mismo tiempo que la cantidad de ocupados cayó un 12% entre 2000 y 2001.
Aunque en una magnitud menor, igual comportamiento se observó entre quienes no completaron sus estudios primarios. Allí, la variación anual de la población activa fue del -3,1 por ciento y la de los ocupados, del -10,1 por ciento.
En el último año, en el área metropolitana, los sectores que vieron caer sus niveles de empleo destruyeron 365.000 puestos, de los cuales 75.000 (el 21%) corresponden a servicios financieros, donde podría pensarse que en buena parte, los puestos son de media y alta calificación. Otros 71.000 puestos caídos (19%) están vinculados con la construcción. Los dos sectores perdieron el 13,9 y el 21,4% de sus planteles, respectivamente.
En el área de la salud, en tanto,el número de ocupados pasó de 248.000 en 2000 a 214.000 en 2001, lo cual implica un deterioro del 13,8 por ciento.