Cristina y Trump, los condicionamientos que tendrá Alberto Fernández según el círculo rojo
El analista en comercio internacional caminaba por el pasillo del Hotel Alvear, que comenzaba a llenarse de empresarios persiguiendo a Felipe Solá, quizás el único funcionario ya designado en el futuro gobierno. Ese especialista rescataba, por lo menos, dos señales poderosas en los 15 minutos que le sirvieron a Solá -palmeado y felicitado por los sorprendidos hombres de negocios- para recalcar que hay que "desideologizar las relaciones internacionales". Un concepto disruptivo luego de la tomas de posición sobre Bolivia o de las tensiones con Brasil.
El primer mensaje, Solá lo envió directamente al presidente de los EE.UU. Donald Trump."Vamos a permanecer en el Grupo de Lima", dijo el futuro canciller de Alberto Fernández en el Council de las Américas el mismo día que el país había recibido la noticia de la restitución de aranceles al aluminio y el acero.
El segundo fue más intrigante. "Seremos un gobierno de cuatro años", deslizó Solá. Su frase recordó a otra de Alberto Fernández de semanas atrás. "Ojalá Máximo Kirchner sea presidente", había dicho el presidente electo en una entrevista.
Las discusiones de coyuntura volvieron a envolver al círculo rojo, que recibió con abrazos al futuro canciller peronista y que esperaban la visita de Sergio Massa, que a último momento canceló su arribo al encuentro organizado por el sector privado de los EE.UU. No fue la pasada una buena semana para Massa dentro del espacio del Frente de Todos.
Los empresarios se preguntaron principalmente por los condicionamientos que tendrá el futuro Gobierno tanto a nivel interno como externo. Allí aparecieron Cristina Kirchner y su creciente influencia en la ocupación de espacios de poder del futuro gobierno, y Donald Trump, y las señales que llegaron hoy desde Washington tras los cruces con el FMI.
"Es una fórmula fuerte. Es lógico que [Cristina] tenga su opinión. Va a tener su participación", afirmó Martín Cabrales sobre el papel que la expresidenta tiene ahora en la elección del gabinete y tendrá en el espacio que será oficialismo en diez días. "Ellos saben y tienen mucha experiencia política", estimó Miguel Ángel Rodríguez, presidente de Sinteplast.
"Cristina está boqueando (sic) para consolidar su posición frente a Alberto, porque tiene que resolver su situación judicial", arriesgó un empresario en off the record sobre las tensiones que crecen en el Frente de Todos en la designación del gabinete y en el Congreso.
"¿Vos tenés alguna información?", bromeó Rattazzi, cuando LA NACION le consultó sobre el gabinete económico y el plan macroeconómico de Alberto Fernández. El presidente de FCA recordó que él está en varias cámaras empresarias importantes y que en todas la pregunta es la misma, lo que reflejaba la incertidumbre que, por ahora, rodea al sector privado local.
En el Council, que generalmente se realiza a fines de agosto pero que se atrasó en pos de tener certidumbres, hubo buena presencia empresarial, pese a que no hubo almuerzo y se realizó sólo por la tarde, a diferencia de los habituales encuentros. Estuvieron Alejandro y Marcos Bulgheroni (PAE), Cristiano Rattazzi (FCA), José Urtubey (Celulosa), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Javier González Fraga (Banco Nación), Daniel Pelegrina (Sociedad Rural Argentina) y Julio Crivelli (Cámara Argentina de la Construcción), entre tantos otros.
"Le marcó la cancha al cambio de Gobierno. Fernández tuvo dos reuniones con emisarios de EE.UU. y no hubo definiciones por parte del gobierno argentino", analizó Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, quien recordó que Brasil recibió días atrás al presidente chino Xi Jinping en el marco de un acuerdo de los BRICS y esperaba inversiones de Huawei.
Trump enmarcó esta mañana su decisión en la devaluación del peso y del real. Es la misma crítica que le hizo a China, nación a la que acusó de "manipular su moneda".
Otros dos empresarios coincidieron en esta misma visión acerca de la estrategia de Trump: pegar para sentar a la mesa de negociación a los demás actores, sobre todo a los díscolos. Otro hombre de negocios recalcó, por otro lado, que el presidente estadounidense sólo toma medidas que tienen que ver con su política interna, sobre todo en tiempos electorales y cuando se defiende de un proceso de impeachment por el llamado Ucrania Gate.
"Esto tiene que ver con el posicionamiento de la Argentina, de arrimarse a amigos que no son tan amigos de EE.UU. El comercio termina pagando", analizó Pelegrina. "Acá hay que alinear a la Argentina con Europa, también con China (principal comprador de granos locales), y afianzar la relación con EE.UU. Se puede lograr el equilibrio", dijo el presidente de la SRA.
Gabbi, en tanto, dijo que la medida arancelaria dificultará el financiamiento de Aluar, que ya había lanzado meses atrás una obligación negociable exitosa y trabajaba en una nueva.
El propio Solá, ya de salida, dio algunas indicios. "Yo tengo mis sospechas", dijo primero sobre la decisión del presidente de los EE.UU., rodeado de periodistas en varios tramos de su partida. Luego deslizó: "Hay una empresa brasileña con capitales chinos que exporta [a EE.UU.]. Pero no sabemos si es por eso". Solá dijo que espera una explicación más detallada de las medidas y que ya está hablando "con los sectores damnificados".