WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- Otra vez ruidos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) tomó distancia de las previsiones oficiales de crecimiento para la Argentina y las redujo a prácticamente la mitad de lo que prevé el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados.
En igual sentido, al dar a conocer el esperado informe sobre crecimiento mundial, el organismo reiteró sus objeciones a las estadísticas oficiales que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) e hizo menciones críticas sobre las políticas cambiaria y de controles sobre la economía.
"El crecimiento en la Argentina se ha recuperado debido a una fuerte cosecha agrícola, pero la actividad continúa contenida por el tipo de cambio y por otros controles administrativos", advirtió el organismo que dirige Christine Lagarde.
Aludió de ese modo a los controles sobre el tipo de cambio -cuya existencia negó la presidenta Cristina Kirchner en recientes declaraciones televisivas-, así como a las medidas adoptadas para restringir las operaciones de comercio exterior y evitar la salida de divisas.
El documento del FMI ubica a la Argentina como el segundo país con mayor inflación en la región, superado sólo por Venezuela. A la república bolivariana le atribuye un índice de 37,9%, mientras que, bastante más lejos, la Argentina se pone por detrás con 10,5%, muy lejos de la anterior y en línea con lo que proyecta el Indec.
A partir de hoy se espera que el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, se incorpore a las deliberaciones. Lo hará acompañado por el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino.
Los números de crecimiento que prevé el FMI para la Argentina distan mucho de los que incluyó el gobierno en el presupuesto aprobado por la Cámara baja, y en revisión del Senado. Si el presupuesto oficial prevé cerrar 2013 con un crecimiento de 5,1% este año, el FMI lo reduce a 3,5 por ciento.
Pero la diferencia se hace todavía mucho más fuerte en la proyección para el año próximo: 6,4% dice el proyecto oficial, contra 2,8% del Fondo. Casi como si hablaran de dos países distintos.
Justamente, los números oficiales del gobierno de Cristina Kirchner vuelven a ser objeto de observación y el documento oficial sobre perspectivas de crecimiento se encarga de recordar que le valieron ya una "moción de censura" al país, que aún no ha sido removida.
"El Fondo ha emitido una declaración de censura y ha solicitado al país que adopte medidas correctivas para encauzar la calidad de los datos oficiales del producto bruto interno (PBI) y del índice de precios IPC-GBA", dice el informe.
Añade al respecto que "otras fuentes de datos han arrojado cifras de crecimiento real significativamente más bajas que las de los datos oficiales desde 2008 y tasas de inflación considerablemente más altas que las que indican los datos oficiales desde 2007". Agrega que, ante ese panorama, "el FMI también está utilizando otras estimaciones de crecimiento del PBI y de la evolución del índice de precios al consumidor (IPC) a los efectos de la supervisión de la evolución macroeconómica de la Argentina".
Además de la asamblea que delibera en esta ciudad, se espera que la agenda de Lorenzino incluya aspectos sobre la batalla legal que se mantiene con los llamados holdouts -los bonistas que no aceptaron entrar en los dos canjes de deuda- y el diferendo con el organismo por las estadísticas oficiales.
