Cuáles son las políticas para garantizar la estabilidad financiera
1. Flujo de capitales. Michael Mussa, execonomista jefe del FMI, comparó la liberalización de la cuenta de capital y financiera con el fuego. En sus comentarios en el Foro Económico del Fondo de 1998, dijo: “El fuego calienta nuestros hogares, cocina nuestra comida, nuestros motores de combustión interna”. Y siguió: “Sin duda, el fuego es muy útil y no estamos para a renunciar a sus múltiples beneficios. Por otro lado, el fuego mal utilizado puede quemarte y causar mucho daño”. Un beneficio potencialmente importante de las entradas de capital a los mercados emergentes es la relajación de las restricciones crediticias, el aumento de los recursos de inversión y, en consecuencia, la facilitación del crecimiento. El acceso a fondos extranjeros puede mejorar la eficiencia y la productividad de la asignación de capital y, por lo tanto, el crecimiento en los países receptores, pero puede generar un “sudden stop”, con una transferencia de recursos de sectores transables a no transables, a menudo sujetos a un lento crecimiento de la productividad.
2. Reglas. Desde el inicio de la pandemia muchos países han gastado para apoyar la recuperación y eso dio lugar a una acumulación de su deuda externa. En algunos casos, la suba de la deuda en moneda extranjera no estuvo compensada con activos ni con coberturas. Esto genera vulnerabilidades en el caso de una pérdida repentina de interés en la deuda de los mercados emergentes que podría desembocar en graves dificultades financieras. El FMI señala que los países deben gozar de mayor flexibilidad para adoptar medidas que comportan las características de dos categorías de herramientas: medidas de gestión de flujos de capitales (MGF) y las macroprudenciales (MMP).
3. Estabilidad. Las políticas macroprudenciales son políticas financieras destinadas a garantizar la estabilidad del sistema financiero. Los MGF y los MMP a menudo se perciben como similares, pero sus objetivos principales no necesariamente se superponen. Los CFM son medidas (a menudo administrativas o basadas en precios) diseñadas para limitar los flujos de capital, mientras que las MPM son herramientas prudenciales diseñadas principalmente para limitar el riesgo financiero sistémico y mantener la estabilidad del sistema financiero. Mientras que los CFM tienen como objetivo contener la escala o influir en la composición de los flujos de capital, los MPM buscan contener la acumulación de riesgos sistémicos, independientemente de si el origen del riesgo es nacional o transfronterizo.
4. Medidas. Las medidas pueden ser de límites, impositivas y de requerimiento de reservas. Entre las primeras, está el límite al saldo diario de los pasivos de corto plazo (hasta un año) de los bancos frente a no residentes, y el límite de los contratos de los bancos de derivados del tipo de cambio. Ambas mitigan los riesgos de liquidez sistémicos asociados con la dependencia de los bancos de la financiación de divisas y las entradas de capital volátiles. Las impositivas, que son un gravamen bancario sobre pasivos cambiarios que no sean depósitos con vencimientos inferiores a un año, buscan aumentar el costo de financiamiento de muy corto plazo. Las medidas prudenciales de reservas apuntan a limitar las líneas de crédito de los bancos, swaps y otras obligaciones externas con no residentes. La medida aumenta el costo de la dependencia de los bancos de la financiación externa.
5. En el país. En los últimos años se implementó un conjunto de herramientas de política macroprudencial para prevenir riesgos sistémicos que puedan afectar adversamente al sistema financiero argentino. Por un lado, desde 2020 los bancos deben cumplir las normas sobre capitales mínimos de las entidades financieras, grandes exposiciones al riesgo de crédito y un ratio de cobertura de liquidez. Y para mantener la estabilidad cambiaria, se definió un límite a la posición de contado en moneda extranjera por parte de los bancos.