Dani Rodrik: por qué el Estado tiene que impulsar “política industrial” para sostener el crecimiento, según el economista
Es doctor en Economía por la Universidad de Harvard, donde es profesor; fue distinguido con el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires
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“La integración entre el Estado y el sector privado debe hacerse y genera resultados”, planteó el economista turco Dani Rodrik. Fue en una conferencia titulada “Por qué los mercados necesitan del Estado”, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde fue galardonado con el título de doctor Honoris Causa por la trayectoria y el aporte académico del profesor de la Universidad de Harvard.
“Muchos piensan que incentivar el sector privado se hace con beneficios fiscales, un subsidio o una protección comercial. Pero esto es diferente. Se trata de entender dónde están los problemas, las limitaciones y ofrecer los bienes públicos para ayudar al sector privado a crecer”, planteó Rodrik, quien insistió en la necesidad de “diálogo” y “aprendizaje” entre las “agencias gubernamentales”, las dependencias públicas y las empresas.
“Muchos en el país hoy creen que el Estado está incapacitado de hacer algo bien, y eso podría parecer cierto, dadas las experiencias recientes de intervención del Estado en la economía”, planteó Rodrik, quien de todas maneras insistió en la necesidad de impulsar un rol activo del Estado para impulsar el desarrollo económico y advirtió que “la estabilidad macroeconómica” es condición sine qua non para el crecimiento sostenible. Eso, planteó, incluye razonable política fiscal y monetaria, política business friendly razonable y sostenida inversión en capital humano e instituciones.
“Si la inflación es de tres dígitos, nada puede pasar. Pero no se puede negar el rol que puede tener el Estado en potenciar las fuerzas productivas, que a su vez contribuyen en consolidar esa estabilidad macro. Hay trade offs al estabilizar. Cuando implican recortar el gasto y demás. Pero la política industrial no se trata de subsidios o impuestos, sino muchas veces de organizar los sectores para resolver los problemas en conjunto. Entonces, no es cierto que hacer política de estímulo implique necesariamente afectar al balance fiscal”, insistió Rodrik.
Rodrik es desde 1996 profesor en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), donde se graduó en Economía. Luego, completó una maestría en Administración Pública y un doctorado en Economía en la Universidad de Princeton (Estados Unidos).
“Rodrik planteó que la política de desarrollo productivo no debe ser elegir el rol de determinados sectores a ser beneficiados por protección aduanera o exenciones impositivas. Por el contrario, existen variedad de insumos disponibles en áreas diversas como la promoción comercial, la capacitación o el desarrollo de infraestructura, que son necesarios para impulsar el crecimiento de sectores productivos”, planteó el economista Juan Carlos Hallak, investigador del IIEP-UBA (Conicet), en un encuentro realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
En el acto también estuvieron Andrés Michel, secretario de Políticas Económicas de la provincia de Córdoba; Norberto Nigro, presidente del Parque Tecnológico del Litoral Centro; y María Laura Palacios, vocal titular del Polo Industrial Tecnológico de Buenos Aires y CEO de G&L Group, quienes intercambiaron experiencias, políticas y perspectivas sobre casos concretos de colaboración público privado en el país.
Rodrik rechazó las nociones de que el Estado tenga un rol prescindente en la economía y que sea el “mercado” quien crea el escenario de crecimiento económico. En cambio, planteó que es el sector público el que está capacitado de proveer bienes públicos que sostienen el desarrollo.
En ese sentido, describió el crecimiento de China en las últimas décadas y su crecimiento económico impulsado por la industria. “Esto fue más que el mercado. Fue el rol de un estado interviniendo para generar ese entramado, para generar ese entramado que representa un éxito para el país”, dijo Rodrik.
“Y no hace falta ir a China. Chile es un caso mucho más cercano”, enfatizó Rodrik. En ese país, ilustró con el desarrollo del cobre, con la principal empresa bajo control estatal; el desarrollo del sector de las uvas, donde el sector público intervino becando la formación de profesionales y especialistas en el exterior; la producción forestal, que contó con subsidios gubernamentales para incentivar su crecimiento; o la cría de salmón, donde un ente sin fines de lucro (Fundación Chile) que contó con dinero estatal para su creación, funcionó como una entidad de venture capital para impulsar el sector, hoy uno de los grandes rubros de exportación chileno.
En su presentación, criticó las visiones “extremas” que conducen los enfoques económicos en cuanto al rol del Estado. “Irse a cualquiera de los dos lados es un problema”, ilustró el economista. “En el extremo donde el Estado controla todo, conduce a falta de innovación, no hay elección por parte del consumidor y pérdida de libertad”, explicó Rodrik, con una imagen ilustrada con el rostro de Karl Marx.
“Pero también podés irte al otro extremo del pleno laissez-faire, que lleva a inestabilidad, desigualdad y baja inversión”, planteó al referirse al otro extremo de absoluta prevalencia del mercado sin inversión estatal, para el cual usó el rostro de Friedrich Hayek, uno de los economistas referentes del presidente Javier Milei.
En ese sentido, describió la necesidad de impulsar “política industrial” de estímulo a diferentes sectores de la economía, aunque planteó que no debe limitarse a la actividad manufacturera como motor del desarrollo. “Hay que mirar también a los servicios”, sostuvo. Y como caso de éxito donde verificó el funcionamiento de estas políticas está el desarrollo del sector de las energías renovables y el impulso para los vehículos no propulsados con combustibles fósiles, especialmente en China.