Daniel Marx: "El Gobierno empeoró esta crisis del dólar porque dio señales confusas"
El exsecretario de Finanzas dice que hay desconcierto en las autoridades, que hubo mal diagnóstico sobre la inflación y que un superministro no es la solución
- MINI BIO. Cargo: director de Quantum Finanzas. Profesión: economista (recibido en la UBA). Trayectoria: además de secretario de Finanzas, fue director del Banco Central (1987-1988)
La tarea de economista no es fácil en la Argentina por estos días de incertidumbre, puesto que todo el mundo está ávido de respuestas que muchas veces parecen esquivas aún para los propios especialistas. En ese contexto, Daniel Marx acepta el desafío con una calma que asombra y desgrana sus opiniones de forma serena y pausada. Desde su pulcra oficina en el segundo piso del edificio Comega, el exsecretario de Finanzas de la Nación y actual director de la consultora Quantum Finanzas se mostró crítico con la actuación de la actual administración en el manejo de la tensión cambiaria. "El Gobierno empeoró esta crisis del dólar, porque dio señales confusas", opinó.
Más allá de la moneda estadounidense, que, según considera, "el jueves superó el precio de equilibrio" (al cotizar $39,78, si bien el viernes retrocedió a $38), el economista subrayó que lo que falta en el país es un refuerzo institucional. Asimismo, destacó que lo urgente es recuperar la confianza y crear una herramienta para que la gente tenga una opción a la hora de cubrirse contra la inflación.
Además, dijo que no ve posible que se pueda desatar una hiperinflación y dedicó un párrafo al kirchnerismo: "El anterior gobierno tuvo condiciones externas muy favorables, pero se gastó todo el dinero y se lo gastó mal. Debilitó la estructura productiva general".
-¿Qué se hizo mal para llegar a esta crisis cambiaria?
-Para empezar, había un equilibrio muy inestable con la percepción de que el tipo de cambio no era el que correspondía para las circunstancias dadas. Después, se generó mayor confusión desde el oficialismo, porque cuando hubo algunas dudas o cuestiones que no se entendían bien, y el Gobierno intentó aclarar, terminó confundiendo más. Creo que el Gobierno empeoró esta crisis del dólar porque dio señales confusas.
-¿Y qué habría que hacer de ahora en más?
-Lo que falta en la Argentina es un refuerzo institucional. Otros países latinoamericanos que tuvieron cambios políticos importantes no pasaron por esta crisis que tiene nuestro país. Lo fundamental ahora es que el Gobierno logre recuperar confianza. Eso tiene que ser en un ambiente de estabilización que haga que las grandes salidas de fondos empiecen a revertirse. Con eso, se va a estabilizar el tipo de cambio y poco a poco se podrá ir saliendo de esta caída en la actividad. No hay un dólar perfecto para poder predecir, pero creo que el jueves se situó por encima de su valor lógico y el viernes ya se posicionó más cerca de lo que es su promedio histórico.
-¿Le pareció suficiente para crear confianza lo que dijo el miércoles el presidente Macri dando por sentado un adelanto delFMI?
-Eso aislado genera otras preguntas, como ¿a partir de 2019 qué? Otra cosa es que la gente está buscando un refugio para sus pesos que aún no se ve. Desde el Gobierno habría que buscar la forma de proveer eso, quizá por el lado de algún activo financiero. Además, habría que consensuar algunas bases de política de Estado, como buscar competitividad.
-¿Hay riesgo de hiperinflación, como predicen algunos?
-La hiperinflación se da en una exacerbación de fuga de divisas para lo que tiene que haber un ambiente político muy confuso y una situación externa muy adversa. Algo de eso hay hoy, pero no en extremo. Es muy difícil hoy predecir algo con certeza, pero creo que estamos lejos de que se produzca una hiperinflación.
-Pero ¿por qué no se logra dominar la inflación?
-Hubo un mal diagnóstico al principio. Cuando se unifica el mercado cambiario, muchos en el Gobierno veían como que los precios ya tenían un tipo de cambio devaluado o más devaluado que el del mercado oficial. Después están los efectos de correcciones de precios relativos, como los de los servicios públicos. Además, el sistema de metas de inflación tampoco fue acertado.
-¿Dónde queda margen para hacer el ajuste del gasto fiscal?
-No está fácil, porque hay que tener en cuenta que el mayor gasto a nivel nacional está representado por las jubilaciones y pensiones, y ahí hay un compromiso que se hace difícil alterar. ¿Qué hay después? Hay mucho por hacer en eficientización, pero eso lleva tiempo. También los subsidios se pueden seguir bajando. Pero repito: está difícil, porque lo que ganás en por un lado, lo podés perder en lo político y social.
-¿Estuvo tan equivocado el Gobierno con la receta económica aplicada y con el gradualismo?
-En materia cambiaria, el Gobierno no fue gradual, pero sí lo fue en materia fiscal, y lo fue aún más en lo estructural. Cambiariamente, no tenía alternativa, porque eso se tiene que hacer de golpe. En lo fiscal, se puede discutir la veracidad y el reparto del costo, pero es el mandato que pidió en las elecciones y que la gente le dio.
-¿Usted ve una salida, aunque sea en el mediano plazo?
-El país tuvo otros momentos en los que pensamos que la situación se iba a complicar más y después se empezó a arreglar. Acá hubo momentos de pánico en 2002, cuando el tipo de cambio llegó a $4 y después se estabilizó en $3. En Brasil, México y Perú ocurrió lo mismo. El dólar no va a seguir subiendo para siempre.
-Hay economistas que opinan que un superministro de Economía sería la solución. ¿Está de acuerdo?
-De por sí eso no es una solución. Obvio que es más fácil coordinar con uno que con cinco, pero eso tiene el inconveniente de que se pueden cometer errores sin red de contención y, además, la personalización debilita las instituciones. La mayor parte de los países no tiene un superministro, porque tienen mejor armado institucional. Eso hay que mejorar acá.
-¿No quedaba otra salida que recurrir al FMI?
-Yo era de la opinión de que el problema en ese momento estaba más explicado por circunstancias internas que externas y, en consecuencia, corrigiendo esas cuestiones locales se podía reabrir el mercado de capitales o disminuir la demanda de moneda extranjera. Yo pensaba que no había una razón tan fundamental para ir al FMI, porque la cantidad de dinero ayuda algo, pero también tiene un costo que va más allá de la tasa de interés y que es el grado de incertidumbre asociado a tener un programa con ese organismo.
-¿Qué medida económica de este Gobierno rescata como positiva?
-Para empezar, la corrección de desequilibrios que venían de atrás y que aún no han terminado, como los precios de servicios públicos, el diseño del mercado cambiario o situaciones de conflictos legales internos y externos. Además, hay mayor transparencia, el Indec es un ejemplo. Y también creo que hay algunas áreas donde se logró un consenso para ciertas políticas de Estado que resultaron en ganancia para todos (como Vaca Muerta o mejoras en infraestructura que se hicieron).
-Una porción de la sociedad dice que el kirchnerismo manejaba mejor la economía ¿Qué le diría?
-Primero, que sin dudas, el kirchnerismo tuvo circunstancias externas muy favorables; y segundo, que se gastó todo el dinero que generó ese contexto favorable... y se lo gastó mal. Es más, se gastó de una manera que debilitó la estructura productiva general y generó un modelo que no era sostenible desde lo productivo y fiscal. Pero eso mucha gente no lo ve, porque finalmente nunca les explotó esa bomba en la cara.