Dante Sica: "En un país como este, los empresarios son héroes"
Si no fuera un economista, Dante Sica sería un hábil traductor. Amante de los espejos opuestos y los inexpugnables laberintos, el nuevo ministro de Producción es un versátil comunicador de actores con lenguajes diversos. Tanto es así que hace dialogar -una de las virtudes por las que fue elegido por el Gobierno- a aquellos que suelen repelerse: empresarios y sindicalistas, la Argentina y Brasil o el peronismo y Jorge Luis Borges.
"Agarró una papa caliente", le sugirió LA NACION con relación a los trimestres de desaceleración que -ya admite el Gobierno- se vienen para la actividad. "Yo fui secretario de Industria en 2002", replica velozmente.
En una economía marcada a fuego por la coyuntura, Sica afirma que no tiene un valor para el dólar en la cabeza. "Se está acomodando", dice sobre la corrida cambiaria. "Tenía un atraso", explica. Este fenómeno sumado a la sequía y un Brasil más complicado -estima- frena decisiones económicas. El contexto producirá una desaceleración que, según cree, podría revertirse a fin de año.
Admite una continuidad en la gestión, pero promete cambios. Un upgrade de la ley pyme sumado a paliativos para socavar el estrés financiero, y más diálogo con empresarios y sindicatos. ¿El objetivo de mediano plazo? Una industria manufacturera y de servicios "moderna, eficiente, competitiva y con mirada al exterior". Para eso, advierte que todos los actores, incluyendo al Estado, deberán salir de su zona de confort.
-¿Se siente cómodo con este dólar? ¿Está alto o bajo?
-El dólar está encontrando su nivel. Venimos de una crisis cambiaria fuerte generada por movimientos internacionales y el impacto de la sequía . El tipo de cambio se está acomodando. Tenemos que esperar que se tranquilice el mercado para ver dónde se estaciona.
- Pero para la producción, ¿es un dólar competitivo?
-Mejoró mucho con respecto al año pasado, cuando teníamos un dólar atrasado. Hoy tendrá que alcanzar su nivel. Pero este reacomodamiento en la estructura de precios va a permitir impulsar un poco más las exportaciones y observar un escenario, hacia futuro, de crecimiento de muchas economías regionales que veían acotado su posibilidad de acceso a otros mercados. Claramente, mejora la performance de los sectores transables, servicios basados en conocimiento, exportaciones agropecuarias, muchos productos del sector industrial, y le abre la puerta a sectores que hasta el año pasado venían con una queja con las importaciones y hoy tienen una salida exportadora. Pero hay un tema importante que no hay que dejar de mirar: tenemos que tener claro no podemos cejar en el esfuerzo de mejorar la competitividad sistémica. Hay que mejorar la logística, bajar el costo argentino y desburocratizar el Estado para que exportar sea más simple. Ese es el gran desafío. Los empresarios tienen que aprovechar ahora para mejorar la competitividad interna de sus plantas con incorporación de maquinaria, sistemas, diseño e innovación para aprovechar la ventana que el tipo de cambio da.
-¿Tiene un valor del dólar en la cabeza? ¿A cuánto debería estar?
-No. Siempre pasa lo mismo. Cuando uno ingresa en estas situaciones de corrida cambiaria, de dificultades en el mercado financiero, está la tentación de que la coyuntura no te deje ver el mediano plazo y que nos enfoquemos solo en los movimientos de corto plazo. Hay que seguir mirando el programa de infraestructura para mejorar la competitividad. Tenemos que seguir pensando en eso para poder dejar, en los próximos años, de pensar solo en el valor del tipo de cambio.
- El tipo de cambio se vuelve ahora un dique natural para las importaciones, pero ¿van a haber otras barreras?
-Venimos de una etapa en la que no solo había una economía cerrada, sino también altamente discrecional. No respetaba ninguna regla internacional y eso nos penalizó. Tenemos que normalizar los sistemas de comercio exterior y utilizar todos los instrumentos disponibles bajo el paraguas de la OMC; el antidumping, las reglas técnicas u otros instrumentos a disposición.
-¿Va a impulsar una mirada más proteccionista del comercio?
-No. Hay un proceso de integración, de mayor apertura y de mayor comercio . El comercio trae inversiones. Somos una economía cerrada y tenemos pocos acuerdos de libre comercio para integrar las cadenas de valor. Hubo, claro, otros países que se abrieron muy rápidamente porque no tenían un aparato productivo. La Argentina lo ha desarrollado y tiene empresarios con una gran capacidad de trabajo. Por ser empresarios en la Argentina, con las crisis macroeconómicas recurrentes que hemos tenido, deberían llevarse un premio Nobel cada uno. Tenemos que lograr dar estabilidad macro, un entorno competitivo, ayudarlos en sus procesos de innovación y desarrollo y abrirles mercados para que puedan vender más, integrarse y, a la vez, que la población reciba bienes que satisfagan sus consumos.
-¿Se viene una recesión?
-Aún no hablaría de recesión. Estamos viendo una desaceleración. La economía entró en un bache. Entre el segundo y el tercer trimestre vemos el impacto de la sequía. Pero cuando sacás al sector agropecuario, el resto de los rubros todavía crecía, aunque a una tasa menor. Seguramente en los meses que vienen vamos a ver una desaceleración con el resabio del impacto de la sequía y de la crisis cambiaria que generó incertidumbre y volatilidad, y que impacta en un aletargamiento de la toma de decisiones. Cuanto más rápido se calme el mercado, permitirá al Banco Central un descenso de las tasas de interés. Hacia fin de año buscaremos una recuperación a la velocidad que traíamos. Vamos a tener fundamentos mejores que a principios de año y mejoras en el déficit fiscal y en la cuenta corriente. Vemos que habrá una cosecha récord con la vuelta de las lluvias y con un Brasil con más certidumbre política se va a crecer un poco más.
-Pensando en el "bache", ¿cómo impulsar el consumo interno?
-En el corto plazo vamos a proteger a las pymes y al entramado productivo. Renovamos el Ahora 12, que fue una demanda importante del sector comercio, y estamos poniendo el foco en la cadena de pagos porque estamos empezando a observar algunos síntomas de estrés financiero. La mora no aumentó pero los cheques rechazados empiezan a mostrar un salto de entre 20% y 30%. Estamos cerrando acuerdos con los bancos para poner líneas de préstamos con foco en capital de trabajo y para tratar de subsidiar tasas.
-¿Al 29%? ¿No son altas?
-Comparada con las que hay, no. Y en términos reales es una tasa de mercado competitiva. Luego, hay una agenda para un momento de mucha incertidumbre con los precios. Hay mucha dispersión. Para un mismo producto podés llegar a tener variaciones de entre un 20% o un 30% a diez cuadras a la redonda.
-¿Va a haber controles de precios o llamados a empresarios?
-En la historia económica argentina y en la historia económica desde hace 2000 años, desde los romanos hasta acá, los controles de precios nunca han sido efectivos. Pueden durar solamente una semana. Sí hemos reestablecido los canales de comunicación. Con situaciones como estas, de crisis cambiarias y desaceleración, tenés que tener un dialogo fluido, no para saber qué precio ponen sino en qué situación están.
-Es consultor hace años, ¿cómo es el empresario argentino?
- En un país como este, los empresarios son héroes. Ser empresario en una economía con volatilidad macro y crisis recurrentes cada cuatro o cinco años es una proeza. Son héroes. Vas a encontrar empresarios buenos y malos. Pero seguro, la Argentina tiene un tejido empresarial con una gran capacidad emprendedora, innovadora y con la sabiduría para capear dificultades.
-¿Están atrasados los salarios?
-Hubo una paritaria de 15% con cláusulas de revisión. El Gobierno sacó un decreto ante el cambio de expectativas inflacionarias para sumar 5% y generar otro piso. Ya están empezando a rediscutirse las paritarias. Algunas están cerrando entre 24% y 25%. Todos tenemos la expectativa de que no haya atraso en el salario real este año.
-¿Qué industria quiere?
- Moderna, eficiente, competitiva y con mirada al exterior.
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