De reinventar los cordones al Waze para peatones
A nadie le divierte atarse los cordones. Ni esperar en una fila para hacer un trámite, atenderse con un médico o sentarse a comer en un restaurante. Estas pequeñas molestias de la vida cotidiana son disparadores de ideas de negocio en la cabeza de un inventor devenido emprendedor y consagrado empresario. Gastón Frydlewski gusta de vivir sin ataduras: ni en sus cordones ni con su tiempo a la espera del próximo lugar en la fila.
Para su primer proyecto, Hickies, la startup que creó junto a su mujer, Mariquel Waingarten, desde Brooklyn, se dedica a producir unos elásticos de goma que reemplazan los cordones. Diseñó el plan de negocios mientras estaba en la facultad y este año la empresa espera facturar US$ 20 millones, el doble que el año pasado.
1 Sumar una idea por vez crea más valor
Mientras se ocupaba del crecimiento y la expansión (ya vende en 47 países) de Hickies, dedicaba algunas horas por semana a reunirse con emprendedores que recién arrancaban con el objetivo de interactuar y fomentar el emprendedorismo. “Me di cuenta de que al final del año había hablado con 50, 100 emprendedores y había tenido poco impacto con lo que ellos estaban haciendo. De la misma manera, yo me llevaba poco de esas interacciones, porque les perdía el rastro. Me propuse dejar de hablar con tantas empresas atomizadas para dedicar todas esas horas a un proyecto que me enamorara”, explicó Frydlewski. Se encontró con Patricio Romero, un emprendedor rosarino, y su idea de terminar con la espera y las filas para siempre. Whyline parte de la base de pensar que hoy en día es bastante eficiente la información del transporte: con varias aplicaciones se puede ver cómo llegar del punto A al punto B, tiempo estimado de espera y distintas alternativas para ahorrar minutos en el recorrido. Pero no tenemos visibilidad en el punto B; uno puede ser muy eficiente en el recorrido, pero cuando llega a destino tiene que esperar dos horas. “Me encantó el problema que teníamos que resolver”, agregó, entusiasmado. La aplicación ya está disponible y presenta un sistema como semáforo con verde, amarillo y rojo para indicar el nivel de congestión desde un café, un restaurante, una oficina de trámites o un consultorio médico”, señaló. Es gratuita tanto para los usuarios como para las pymes argentinas. Por otro lado, para las instituciones grandes que quieran sumar tecnología a sus salas de espera, pueden personalizar la aplicación para que sus clientes “formen fila con sus celulares en vez de presencia física”. Así, en conjunto con el grupo Asa, se instalaron en las 250 sucursales del Banco Macro. “La gente puede evitarse la fila, directamente entra a la caja que le asignaron para el tipo de trámite y puede pedir el turno desde la aplicación”.
2 Volver a la mirada infantil
A Frydlewski le gusta hacer un ejercicio de lengua como a los chicos. Cambiarles el nombre a las cosas ayuda a repensarlas. “Si mirás los cordones como cordones, nunca se te va a ocurrir cambiarlos. Si los mirás como una tecnología, te animás a disrumpirlos”, señaló. Y lo mismo pasa con la fila, si se entiende como una “tecnología para ordenar gente”, ya que de esta manera se la ve “completamente desactualizada, pero es la única que conocemos. Si la «conectás» la podés reimaginar de manera digital”.
3 Un equipo para cada partido
Elegir al resto de los jugadores para el proyecto es una parte fundamental de cualquier negocio. En el caso de Hickies, con su mujer como socia, optaron por dejar carreras establecidas en Buenos Aires por apostar a su idea. Él trabajaba en un banco y ella tenía un hotel en Las Cañitas. “Nuestras vidas estaban diseñadas de manera tal que yo trabajaba todo el día para una familia que nunca veía. Tranquilamente nos podríamos haber quedado en piloto automático en Buenos Aires, pero no hubiese sido una aventura”, contó con seguridad. “Empezamos Hickies entre los dos. Ella se ocupa de todo lo que es puertas para afuera, como gerenta de marketing, y yo puertas para adentro”, explica, y agrega que la lectura que ella tuvo del mercado fue lo que les permitió el tamaño y la distribución que hoy tienen. “Empezamos nuestro canal de e-commerce antes de la crisis de los retailers, que están pasando un momento dificilísimo en mercados desarrollados”, comentó. Su mujer argumentó que los canales tradicionales no estaban brindando una experiencia a la altura del resto de la digitalización y ese pívot a tiempo les permitió concentrarse en la tienda por Internet. Hoy el 65% de sus ventas es online. Mientras tanto, cómo se formó el equipo detrás de Whyline también tiene una historia de amor a primera vista. “Yo me reía de que podía decir «reinventé los cordones». Hasta que conocí a Patricio [Romero], que me dijo «reinventé la fila». Es la única persona que conozco que está más loca que yo. Tenía que hacer algo con él sí o sí”, dijo entre risas. Hoy, los cuatro socios son Romero, Frydlewski, Nicolás Susco y Michael Twersky, norteamericano, que se ocupa de la expansión en su país.
4 Financiación fuera de molde
Al salir de la universidad, Frydlewski fue a buscar varios inversores para poder concretar su sueño de armar Hickies. “Era la época anterior al efecto Facebook y nadie le daba plata a un chico sin experiencia”, dijo. Con la recomendación de los inversores empezó a trabajar en la banca de inversión de JP Morgan cinco años. Cuando finalmente optó por arrancar el negocio, en 2012, lanzó una campaña en la plataforma de financiamiento colectivo Kickstarter, con el objetivo de juntar US$ 25.000. Consiguió US$ 160.000, “Pero lo más importante era el volumen: prevendimos 10.000 packs”, contó a LA NACION. Hoy la empresa lleva recibidos US$ 15 millones en financiamiento desde sus inicios. Mientras tanto, Whyline levantó US$ 1 millón con fondos ángeles argentinos e internacionales. Por ahora no hay ningún fondo institucional. “Fue como financié Hickies, casi sin dinero de venture capitals, sólo con socios estratégicos”, resumió.
Minibio
Gastón Frydlewski
Debut?
En 2012, junto con su mujer, Mariquel Waingarten, lanzó Hickies, los elásticos de goma que reemplazan a los cordones
Expansión?
Hickies ya está presente en 47 países y este año proyecta alcanzar una facturación de US$ 2 millones.
Nuevo proyecto?
Asociado con Patricio Romero, está lanzando Whyline, una aplicación que a través de un sistema de geolocalización busca terminar con los problemas de las filas
Fondos
Whyline lleva levantados US$ 1 millón de parte de fondos ángeles argentinos?e internacionales.