De visita. La incertidumbre de los argentinos que no pueden entrar al país con sus hijos
Cindy Chullmir es de Buenos Aires pero desde 2012 vive junto a su marido, también argentino, en Miami, donde nacieron sus dos hijos: Benjamín, de cinco años, y Gael, de dos. Hace más de nueve meses que no ve a sus padres y algunas semanas atrás, cuando se disponía a comprar pasajes para pasar las fiestas de fin de año en la Argentina, se encontró con que tal vez la espera se extienda algunos meses más. Si bien ella y su marido pueden ingresar al país, sus dos hijos no. Las fronteras están cerradas para quienes no son argentinos ni residen en el país.
Muchas familias de argentinos que viven en el extranjero se encuentran en la misma situación. Tienen hijos que nacieron fuera del país o pareja sin ciudadanía argentina y, hasta el momento, no existe ninguna norma que les permita traerlos con ellos al país, motivo por el que los consulados argentinos en el mundo comenzaron a recibir consultas en las últimas semanas.
"Como están las cosas yo no me voy a arriesgar a irme sin mis hijos, con la posibilidad de que se cierren las fronteras y me quede lejos de ellos", explica Chullmir, que ya inició el trámite para que sus dos hijos obtengan la ciudadanía argentina y luego el pasaporte. "En la embajada demoran semanas en contestarme y no sé si los papeles van a estar listos a tiempo, pero por ahora es la única alternativa que nos dieron para que ellos puedan viajar", señala.
En una situación similar se encuentra Maximiliano Díaz, que vive desde hace cinco años en San Pablo, Brasil, donde es gerente de marketing en una multinacional. "Tuve una hija en enero y la mayor parte de mi familia todavía no la conoce", dice Díaz, que anhela especialmente presentársela a su abuela, de 93 años. Él puede ingresar al país, del mismo modo que su mujer, que es brasileña pero tiene DNI argentino. Ambos podrían tomar uno de los tantos vuelos que unen semanalmente a San Pablo con Buenos Aires, pero la bebé tiene vedado el ingreso.
"Yo no me había preocupado por sacarle la ciudadanía argentina porque no me pareció que la necesitara; los trámites para emigrar de un país al otro son muy simples", explica. De todos modos, dice que sus colegas argentinos que iniciaron el trámite de ciudadanía para sus hijos están preocupados porque es probable que los papeles lleguen tarde. Algunos, comenta, están pensando en reunirse con sus familias en un tercer país.
En la propia familia Díaz este problema se multiplica. Su hermano vive en Estados Unidos y tiene un hijo nacido en ese país, y su hermana vive en México y está en pareja con un mexicano, que tampoco podría ingresar a la Argentina. "Es una situación muy triste porque ellos se están perdiendo una etapa importante de mi hija", señala.
"Hay muchísimos argentinos viviendo afuera y muchos de ellos pensando en visitar a sus familias para las fiestas e incluso con pasajes comprados. Muchos no saben que se van a encontrar con este problema. Yo mismo compré pasajes para diciembre en GOL y la aerolínea no me presentó ningún tipo de impedimento o advertencia por este tema", apunta.
En el consulado le explicaron que las únicas excepciones que existen para el ingreso de extranjeros al país es que tengan la intención de residir en la Argentina o que tengan que cuidar a un familiar enfermo. Aún en esos casos, le detallaron, es necesario realizar un visado especial de un costo de US$550.
Consultadas por LA NACION, fuentes de Cancillería advirtieron que las restricciones al ingreso "deberían ir flexibilizándose junto con todo lo demás", pero no mencionaron ninguna alternativa específica frente a este problema. El decreto que prohíbe el ingreso de extranjeros tiene validez hasta el 11 de octubre, fecha en la que podría prorrogarse o modificarse.
En la Dirección de Migraciones, por otra parte, explicaron que los extranjeros que tengan algún acto administrativo que los vincule como cónyuge, hijo o progenitor de una persona argentina pueden ingresar al país bajo la figura de "reunificación familiar". Sin embargo, esto no aplica para las visitas (es decir, viajes sin intención de residir) ni para los casos mencionados anteriormente, donde la familia núcleo está junta.
Además, tal como sostiene Díaz, este visado tiene un costo de al menos US$550. Según se detalla en la web oficial del Ministerio de Relaciones exteriores, se pagan US$250 de arancel consular y US$300 de tasa migratoria en caso de que sea un ciudadano del Mercosur, o US$600 si es un ciudadano extra-Mercosur.
Así, miles de argentinos desperdigados por el mundo siguen con atención las noticias, a la espera de que alguna flexibilización les permita organizar un viaje al país. Micaela Steiner, argentina que vive en Alemania desde 2013, viene postergando la compra de pasajes desde marzo. "Estamos hasta el día de hoy sin sacar pasaje, vamos a esperar hasta el último minuto a ver si podemos viajar", dice Steiner, que espera que le permitan ingresar al país también a su pareja, de nacionalidad alemana.
Steiner trabaja en un estudio de producción audiovisual y también le preocupa la obligación de hacer cuarentena. Si ese requisito siguiera vigente, aunque pudiera ingresar al país se consumiría las dos semanas que puede viajar solo en cumplir con la cuarentena. "No tiene mucho sentido, por lo que, si todo continúa así, lo más probable es que no podamos ir y lo pasemos acá -dice-. Yo me estoy haciendo la idea de que hasta el año que viene no voy a poder viajar. Hay que empezar a amigarse la idea porque realmente es difícil estar tanto tiempo lejos de tu familia".
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