Del plazo fijo al departamento nuevo
Las inmobiliarias dicen que se hacen más negocios y que muchos clientes concretan operaciones que venían postergando
No es una reactivación, sino una reacción inmediata frente a un complejo panorama financiero. La propiedad volvió a reinar, en un mundo de confusas marchas y contramarchas.
Como respuesta frente a las nuevas medidas se creó en la gente una inmediata sensación de incertidumbre, que inclinó la balanza en favor de las propiedades.
"Si a la situación actual se le suma el tiempo que la demanda postergó sus decisiones, encontramos una heterogénea composición de actores que intentan definiciones en un mercado que se caracterizó durante muchos meses por su lentitud", es la frase de Matías Obarrio, de Santiago Obarrio Farm Club, que comercializa chacras, para los que apuestan por un estilo diferente más allá de la General Paz.
Todo comenzó el lunes 3 de diciembre.
En la oficina de Armando Pepe el teléfono sonó con más frecuencia que lo habitual. Las llamadas que recibió demostraron decisión: "Tomo plazos fijos de 90 a 120 días. A partir de allí se generaron nuevas consultas. Hemos hecho varias reservas; son compradores genuinos que tienen plazos fijos entre 50.000 y 100.000 dólares vencidos o por vencer en estos días", dice Pepe.
Más movimiento
El director de la empresa desarrolladora BKS , Andrés Kalwill, es contundente. "Hubo un movimiento significativo de clientes que sintieron que les daba más seguridad sacar los fondos del banco para pagar saldos de precios por sus propiedades. Como efecto colateral produjo una fuerte inclinación por los inmuebles. El aspecto negativo de este escenario es que a pesar de que haya generado mayor interés, produce un profundo disgusto que se vendan departamentos por temor y no como respuesta a un país que apuesta al crecimiento".
Departamentos en buenas ubicaciones y terminados constituyeron parte de la búsqueda de la demanda.
José Azpiroz Costa, director de Bullrich, disipó algunas dudas. "Para el comprador el escenario no presenta demasiadas complicaciones; el papel del vendedor sí plantea interrogantes, porque es el que se queda con el cheque. En muchos casos, pasó a manos de un constructor o empresa constructora (la preferencia siempre fue por empresas respetables y conocidas) que acepta los cheques porque de ese modo paga a sus proveedores."
Lo que importa es lograr que la cadena no debe romperse porque eso significaría un bloqueo para los que consideran que la apuesta al ladrillo no tiene contras y que mantiene su valor; se sabe que el valor ha disminuido en términos generales en más de un año entre un 20 y 25%, según las características del bien.
Confiar o no confiar, ésa es la cuestión esencial. Y como dice Luis Ramos, director de L. J. Ramos, no en todos los casos la compra de una propiedad es el mejor camino. "Para alguien que tenga ahorrado un monto chico, del que no sabe si podrá obtener una renta, adquirir un inmueble acaso no sea el mejor camino. Tal vez ese potencial comprador en condiciones normales no iría en busca de una vivienda."
No hay receta fija, como dice Ramos. Que domine el sentido común frente a los vertiginosos acontecimientos que el panorama económico presenta es tal vez el mejor consejo para el que está a punto de invertir en ladrillos. "Medir los riesgos en relación con las posibilidades de cada uno" es la opinión de Jorge Toselli, que admite un registro importante de llamadas y de consultas en lo que va de la semana. Y algunas operaciones. "La gente quiere saber qué puede hacer con su dinero", insiste .
"No somos asesores financieros y tampoco ésa es nuestra función", opina Roberto Brea, director de Ayres de Pilar y de otros desarrollos urbanos. "Muchas de las visitas que tuvimos fueron en busca de información. Hubo concreciones, casi todas en departamentos. Algunos tomaron el momento como decisivo para comprar lo que tenían pendiente. Lo que hace la gente es defender su patrimonio, como dueña de sus ahorros".
Las ganas de mudarse no han disminuido. "Algunos de los que coqueteaban con la idea de comprar el lote para construir su casa se animaron en estos días. Como si las medidas los hubieran impulsado a definirse. Es natural que suceda, porque ante una situación de inestabilidad lo que jamás se volatiliza es la vivienda o la tierra. Son un fuerte respaldo", detalla Eduardo Zorraquín, director de Estancias del Pilar.
"La gente confía siempre en el valor sostenido de la propiedad. Este año, más que otros, el proceso recesivo marcó una retracción importante. Ante los hechos, reaccionó con propuestas y consultas, pero también con dudas. Todos tratan de resguardar su posición y encuentran en la compra- como ha sido siempre- que el inmueble es la mejor alternativa, la más segura", define Gladys Romero Areco, de Kantai.
Efectivo y precios
La confusión también puede llevar a un error de interpretación. Enrique Comissoli, desarrollador de Europroyecto, refleja la otra cara de la demanda. "Están los que quieren volcar su dinero en un bien y negocian en el marco que se presentan hoy los cambios. Pero están también los que proponen contraofertas absurdas haciendo valer el efectivo a precios inadmisibles."
Con perfil más realista a la situación que se vive, hay quienes compraron casas en algunos de los barrios cerrados. "Consideraron que era el momento oportuno. Lo habían pensado mucho tiempo y se decidieron después de meses de postergaciones", es el testimonio de Haydeé Burgueño.
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