Deuda. Los grandes fondos envían una nueva propuesta, y el Gobierno busca cerrar la brecha
WASHINGTON.- Dos grupos de acreedores de la Argentina enviaron una nueva propuesta –la primera oferta conjunta entre dos grupos– que propone un alivio de más de US$ 36.000 millones en los pagos de la deuda durante los próximos 9 años, y apunta a conseguir un quiebre en las negociaciones entre los bonistas y el Gobierno para avanzar hacia un acuerdo que resuelva la crisis de la deuda.
La nueva propuesta fue enviada por el Grupo Ad Hoc, que integran BlackRock, Ashmore, Fidelity y otros grandes fondos, y el Grupo de Bonistas del Canje, que lideran Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital y VR, entre otros inversores. La oferta fue diseñada "de buena fe" y es más favorable para el país que las anteriores presentadas por ambos grupos.
"La propuesta conjunta cuenta con el respaldo de los grupos de acreedores más grandes de la Argentina y se encuentra en términos más favorables para la Argentina que las propuestas anteriores presentadas por el Grupo Ad Hoc y el Grupo de Bonistas del Canje", remarcó un comunicado del Grupo Ad Hoc, sin brindar más detalles sobre la oferta.
"El Grupo Ad Hoc alienta al gobierno argentino a aprovechar esta oportunidad. Estamos seguros de que la propuesta conjunta proporciona la base para una solución de colaboración que servirá tanto al interés del pueblo argentino como a ayudar a restaurar la confianza de la comunidad financiera internacional", cierra el comunicado.
La nueva propuesta de los bonistas llega cuando faltan apenas cinco días para que venza un nuevo deadline oficial para el cierre de las negociaciones. Ninguno de los grupos difundió detalles de la nueva oferta. En el Gobierno indicaron, antes de que surgiera la novedad de los dos grupos de acreedores, que las diferencias entre el Gobierno y los bonistas con títulos bajo legislación extranjera se habían acortado, pero aún persistían.
Pese a que en el Ministerio de de Economía que conduce Martín Guzmán aseguran que se sigue negociando de buena fe y que las posiciones se siguen acercando, dos fuentes cercanas a la cartera habían indicado a LA NACION que aún no se había logrado cerrar la brecha entre lo que el Gobierno considera sustentable para el país y lo que desean obtener los bonistas. El Palacio de Hacienda difundió luego un comunicado en el cual Guzmán dijo que hubo una "un acercamiento importante" con los bonistas, aunque aclaró que aún resta un "camino importante por recorrer" para un acuerdo.
"Nos hemos acercado pero aún hay un camino importante por recorrer", dijo Guzmán.
"El grupo de acreedores llamado Ad Hoc se movió en la dirección correcta con respecto a su oferta previa, pero el movimiento fue corto, insuficiente para las necesidades del país", expresó el ministro. "Esperamos seguir trabajando con los acreedores que componen ese grupo. Hay otros acreedores con quienes hemos recorrido un camino que nos acerca más, pero aún es temprano para hablar de ello", sostuvo.
La segunda prórroga de la negociación, luego del default selectivo o "soft default" –como lo llama el Gobierno– en el que cayó el país el viernes último, puso como nuevo límite el 2 de junio, o sea, el próximo martes.
Pese a que en el Ministerio de de Economía aseguran que se sigue negociando de buena fe y que las posiciones se siguen acercando, dos fuentes cercanas a la cartera habían indicado a LA NACION que aún no se había logrado cerrar la brecha entre lo que el Gobierno considera sustentable para el país y lo que desean obtener los bonistas.
Por la noche, el equipo de Guzmán confirmó mediante un comunicado que había presentado una nueva propuesta a los bonistas, que no es una enmienda aún a la oferta original, y que prevé un año menos de período de gracia –se empieza a pagar desde 2022 algunos cupones de intereses–, menos quitas de capital y cambios en los pagos anuales, papeles más cortos, y tasas de interés escalonadas que nunca superan el 5%, similares a la original.
En el Ministerio de Economía indican que la negociación es complicada por los diferentes intereses que muestran los actores involucrados, según la composición de cada cartera.
El propio Guzmán acercó ese mismo diagnóstico a los principales empresarios del país en un encuentro virtual vía Zoom que mantuvo ayer. Sin dar precisiones sobre si ya mejoró o no la oferta argentina -una de las versiones sin confirmación oficial que corrieron esta semana-, señaló que todavía faltaba sortear una distancia. "Si las diferencias no son grandes hay que acelerar el acuerdo de la deuda sin dar más vueltas", le dijeron los hombres de negocios.
Los empresarios, entre los que estaba Paolo Rocca, Luis Pagani, Enrique Cristofani, Carlos Miguens y Federico Braun, le recalcaron al ministro de Economía la necesidad de evitar el default y alertaron sobre el impacto que podría tener una cesación de pagos total en el financiamiento de sus empresas, sobre todo pensando en la salida de la pandemia. Guzmán les recalcó que, más allá de los tiempos, no se cerrará un acuerdo que no beneficie al país y que no sea sostenible en el largo plazo (que no requiera de una reapertura).
Según supo LA NACION, uno de los empresarios opinó que debería pensarse en los años 2023, 2024 o 2025 a la hora de negociar la deuda. Guzmán, al final, respondió que "era importante pensar en el presente claro, pero también ser conscientes que el futuro llega y que los parches no sirven". El ministro dio el ejemplo del endeudamiento de hace cuatro años a tasas del 7%, "cuando el mundo financiaba a tasas cercanas a 0%". "Lo que es futuro luego será presente", reflexionó.
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