Deuda: se demora la elección de los bancos
Admiten que hay intransigencia
La negociación para definir al sindicato de bancos que debería organizar el canje que marcará la salida del default parece una novela de misterio, con capítulos que se escriben en forma cotidiana. En esta historia, que debería haber finalizado hace un mes, el Palacio de Hacienda admitió ayer que hay algunos temas en los que las partes se mantienen en posiciones muy intransigentes. Una fuente de la cartera económica dijo a LA NACION que hoy no habrá una definición respecto de la selección de las entidades financieras, a pesar de que la semana última ya se esperaba conocer a los cuatro bancos destinados a cumplir el difícil papel de organizadores del canje.
Temas en discusión
Las cuestiones que pasaron por la mesa de la negociación fueron varias:
- Las garantías que quieren los bancos para evitar que las comisiones que cobren no sean embargadas por algún juez en el exterior.
- La jurisdicción para resolver las eventuales diferencias entre ambas partes. Los bancos y Economía consideran que debería ser Nueva York, pero hay dudas sobre la opinión del ala política del Gobierno, debido a la estrategia oficial de traer al terreno local las disputas internacionales.
- El pago de las comisiones: los bancos pretenden que se pague sobre el monto total y Economía, sobre la deuda canjeada.
- La distribución en cada región del mundo entre los bancos.
En el Palacio de Hacienda no quieren hablar ni de definiciones inminentes -debido a las numerosas postergaciones- ni de ruptura del diálogo con los siete bancos preseleccionados: ABN Amro, UBS, Lehman Brothers, Barclays, Morgan Stanley, Goldman Sachs y Dresdner Bank. Sin embargo, el equipo económico se ha fijado un límite de tiempo para negociar y, si ese plazo se cumple sin ningún acuerdo, no descarta actuar como organizador y convocar a los bancos colocadores sin intermediarios. Se trata de un escenario que fue calificado de improbable, pero que hasta aparece como posible para las entidades con las que el Gobierno está negociando.
Más allá de la discusión de las cuestiones específicas, los bancos quieren tener una garantía de poder presentar una propuesta razonable que no haga fracasar la oferta. En este sentido, subrayan la buena voluntad del Palacio de Hacienda, pero temen que el presidente Kirchner no deje lugar para endulzar la propuesta. Al respecto, admiten que si no se llegara a un preacuerdo, el Gobierno puede optar por tres alternativas: reabrir la convocatoria (que parece poco probable si no cambia la oferta), acordar con los menos exigentes entre el grupo de los preseleccionados o actuar por su propia cuenta.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclama que el Gobierno haga una propuesta aceptable -concepto que Economía rechaza- y considera que la contratación de los bancos sería una buena señal para controlar los sectores más críticos dentro del principal acreedor multilateral del país.
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