Supermartes: cómo es el plan de Caputo para desactivar la amenaza de las Lebac
La acumulación de Lebac se convirtió en uno de los problemas silenciosos de la economía. Estas Letras del Banco Central , que ya superan los $1,1 billones, son títulos de deuda de muy corto plazo que amenazan con sumar presión al tipo de cambio (en otros términos, profundizar la devaluación) en cada una de sus renovaciones mensuales: hoy, el Banco Central enfrenta un vencimiento de $515.000 millones, equivalentes a US$18.400 millones.
El Gobierno impulsa una serie de iniciativas para intentar estirar los plazos y reducir su stock, en un esquema que formó parte del programa acordado con el FMI . Lo que se busca es un reemplazo gradual de estas Letras, que engrosan el pasivo del BCRA, por otros bonos emitidos por el Tesoro.
El plan, que había sido detallado por el entonces ministro de Finanzas Luis Caputo un día después del anuncio del acuerdo con el FMI, tuvo un primer paso ayer, con la licitación de dos bonos por US$4000 millones por parte de Hacienda –US$2000 con un bono en moneda dual con vencimiento en 2019, y $55.753 millones (equivalentes a US$2000 millones) en Bonos del Tesoro (Bote) denominados en pesos a tasa fija a 2020-.
Con esos pesos, se avanzará en la recompra de Letras Intransferibles que hoy están en poder del Banco Central (son títulos que la entidad monetaria recibió por giros de fondos al Tesoro cuya acumulación se expandió en el kirchnerismo). Según había indicado Caputo , el plan comprende un rescate de Letras Intransferibles por entre US$20.000 y US$25.000 millones.
El círculo se completa una vez que el BCRA reciba estos pesos. Con los fondos que embolse por la cancelación de las Letras Intransferibles, la entidad que ahora conduce Caputo saldrá a recomprar Lebac para reducir su stock, que hoy equivale a casi el 87% del total de reservas (al cierre de ayer llegaron a US$48.285 millones).
Este plan complementa la estrategia implementada por la entidad monetaria luego del último ‘supermartes’ -ocurrió el 15 de mayo pasado-, que se basó en un ‘canje’ de Lebac de vencimiento corto por otras Letras equivalentes de vencimiento más prolongado, además de la compra de letras de próximo vencimiento en el mercado secundario. De esta manera, buscó descomprimir los vencimientos mensuales y distribuir la renovación de stocks a lo largo del calendario.
Con esta iniciativa, el BCRA logró bajar el monto a renovar hoy. Luego de la licitación del mes pasado, las Lebac con vencimiento en junio alcanzaban los $663.000 millones mientras que, al cierre del lunes, ese volumen había descendido a $515.000 millones.
Para los inversores, mientras tanto, las Lebac representan riesgos y oportunidades. Sus tasas de interés - 40% para las letras de corto plazo en la última licitación- superan el rendimiento de otros activos, aunque al estar nominadas en pesos, resultan expuestas a saltos en el tipo de cambio como ocurrió en el último mes, que generó pérdidas en dólares a quienes apostaron por invertir en ese instrumento.