Dólar: por qué Estados Unidos tiene en vilo a la Argentina
Cuando el Gobierno decidió cambiar la forma de financiar el déficit fiscal -pasó de bajar el ritmo de impresión de billetes a aumentar la deuda externa- las tasas de interés internacionales todavía eran bajas.
Desde entonces, los analistas advertían sobre la vulnerabilidad del país si el costo de pedir dinero afuera aumentaba. Y eso es lo que finalmente ocurrió, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió cambiar al titular de la Reserva Federal (la denominada Fed, el banco central estadounidense) hace exactamente tres meses.
El 5 de febrero, la economista Janet Yellen dejaba el cargo y asumía el jurista Jerome Powell, que prometió que de cara al futuro el banco central norteamericano iba a buscar un "equilibrio" para evitar una "economía sobrecalentada", dando a entender que no le iba a temblar el pulso a la hora de volver a subir la tasa de referencia.
La época de tasas bajas había comenzado con la crisis financiera de 2008. Ben Bernanke era el presidente y ordenó reducir el costo del crédito con el fin de evitar un caída del crecimiento del producto y para intentar revivir la economía estadounidense.
Pero 10 años después, todas las grandes economías del mundo están en expansión al mismo tiempo, especialmente Estados Unidos, que estima crecer a 2,4% del PBI y reducir el desempleo de 4,1 a 3,6% para fin de año.
El 21 de marzo, entonces, Powell ordenó la suba de la tasa de interés en un cuarto de punto porcentual y quedó en un rango de entre 1,5% y 1,75%. Y se especula que la tasa finalizará el año en alrededor del 2,1%, por lo tanto todavía se esperan más aumentos en el costo del dinero.
¿Cómo le impacta a la Argentina?
Los bonos de Estados Unidos son los más seguros y los que tienen una tasa de interés más baja. La semana pasada, el gobierno estadounidense colocó títulos del Tesoro a 10 años al 3%, que son los que sirven de referencia para establecer la tasa de riesgo del resto de los mercados.
Eso repercute directamente en un aumento en el precio del dinero de los demás países para competir con los bonos de Estados Unidos. Pero la suba de tasas no impide que algunos fondos de inversión muden los capitales especulativos desde los activos financieros de mayor riesgo (como los que ofrece la Argentina y el resto de los países emergentes) a los más seguros (Bonos del Tesoro), como reacción al incertidumbre en el contexto económico, lo que se llama en la jerga financiera "Fly to quality".
En concreto, significa que las carteras de extranjeros que invierten en activos argentinos deciden vender los pesos y comprar dólares para depositarlos en mercados más seguros. Al demandar dólares, el precio de la divisa estadounidense aumenta y el peso se devalúa.
Con la suba de la tasa de interés que dispuso nuevamente ayer el Banco Central-el segundo aumento en menos de una semana- la entidad monetaria apuesta a hacer atractivo el mercado argentino para que los inversionistas mantengan sus activos en el país, o para atraer una nueva entrada de capitales financieros. Hasta ahora, esa política no dio el resultado esperado.
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