Dólar. Las ventas del BCRA en julio cubrieron el 66% de la demanda minorista
La demanda minorista de dólares explicó casi dos tercios de la pérdida por unos US$568 millones en sus reservas netas que sufrió el Banco Central (BCRA) durante julio.
El dato surge de cruzar las intervenciones que la entidad a cargo de Miguel Pesce tuvo el mes pasado en la plaza cambiaria oficial, solo para mantener bajo control el cansino ritmo de actualización que aplica al tipo de cambio, y el informe de la AFIP sobre recaudación.
Este último, entre otras cosas, reveló que los ingresos por el impuesto PAIS, provenientes del recargo del 30% que rige a la hipercuotificada compra de dólares y a los gastos en moneda extranjera, crecieron 41% contra junio, al escalar hasta los $20.017 millones.
Esa recaudación, tomando un dólar comprado a un promedio de $75 (dado que las estadísticas del sistema muestran que 8,5 de cada 10 personas que tienen decidido usar su cupo mensual lo hacen en los primeros días del mes, es decir, apenas se acreditan sus ingresos), permite inferir que cerca de 4 millones compraron en julio y se alzaron con unos US$890 millones entre demanda para atesoramiento y para atender pagos de consumos en esa moneda.
El aporte que hace ese tributo, ideado para desalentar la demanda de divisas antes que para recaudar, no para de crecer: había representado apenas 1,2% de los ingresos tributarios en el primer cuatrimestre del año, pero duplicó su aporte al 2,4% en mayo, cuando la demanda de dólares volvió a explotar.
Y de allí en más no paró de seguir ganando preponderancia, aun cuando el resto de los ingresos fiscales también empezaron a mostrar alguna mejora: llegó a representar 2,6% de la recaudación total en junio y 3,6% en julio. "Aportó más que el impuesto a los bienes personales, los derechos de importación o el de los combustibles, entre otros" observó el analista financiero Christian Buteler, aludiendo a los $9240 millones, $15.613 millones y $16.437 millones recaudados con cada unos de los mencionados, respectivamente.
Las cifras explican bien el alivio que generó la noticia del acuerdo con los fondos y bonistas por la deuda externa en manos de privados en la conducción del BCRA.
La entidad, que venía de perder US$1200 millones de sus reservas netas en intervenciones entre abril y mayo, y había logrado un alivio en junio, al lograr comprar US$672 millones gracias a las trabas de acceso al mercado impuestas a la demanda de empresas, en julio no solo debió resignar US$8,5 de cada US$10 recuperados un mes antes, sino que lleva cinco ruedas vendiendo activamente dólares.
"La Argentina hoy no puede destinar US$900 millones al atesoramiento", advierte el economista Hernán Del Villar, ante la contundencia de las cifras.
Hay que recordar que la posición de reservas netas del BCRA, que se ubica debajo de los US$10.000 millones, se vio debilitada en los últimos meses, aun cuando el país suspendió desde el 22 de abril los pagos de la deuda en renegociación. La de sus reservas brutas o totales no reflejó esta baja (habían terminado junio en US$43.200 millones y culminaron julio en $43.386 millones) gracias básicamente a la valorización del 10% que durante el mes tuvo el oro, un activo en el que está invertida el 9% de su posición total.
Se espera un leve alivio
Ahora esperan que, de aquí en más, la demanda se vaya aplacando un poco y la oferta, a la vez, se vaya recuperando, algo que pareció insinuarse con el aumento del 15% que muestra el volumen operado en plaza en las últimas 48 horas, es decir, tras anunciarse el arreglo con los bonistas, al instalarse por arriba de los US$230 millones.
Además, porque, se sabe, la demanda de personas se vio potenciada por el pago del medio aguinaldo. Y porque avanzarán las medidas para bloquear a los denominados "coleros digitales", lo que implica la suspensión para operara de cuentas que se consideren sospechosas.
A eso agregan que esperan que el aporte que el anuncio del acuerdo hizo para bajar algo la brecha cambiaria, desaliente la demanda destinada a hacer "puré": es decir, a captar la diferencia entre la diferencia de compra en el oficial (aún pagando el impuesto) y la venta en el mercado negro, al ayudar a reducir ese margen de ganancia.
Pero lo que significará un alivio para el BCRA puede implicar un desafío para la AFIP y una mala noticia para Anses y el Pami, a menos que la reactivación llegue y sume ingresos, ya que 70% de lo recaudado por el impuesto PAIS debe ir a ambos organismos. El resto es para financiar obras de viviendas sociales, para el fideicomiso del Fondo de Integración Sociourbana y obras de infraestructura económica y fomento del turismo nacional.
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