El Central jugó más fuerte para domar el dólar por su impacto sobre los precios
El Banco Central (BCRA) invirtió esta semana US$385 millones (0,65%) de sus reservas para tratar de domesticar la cotización del dólar, tras haber registrado el impulso que su escalada le da a la inflación.
La entidad coronó ayer ese esfuerzo con la mayor y más sostenida intervención desde que reanudó sus inhabituales ventas. Soltó US$212,5 millones, con lo que aportó el 25% de los billetes transados en el día.
La dosis reforzada de intervención logró el mayor retroceso diario en el valor del billete de la semana; cayó de $20,39 a 20,27 (0,6%) para los negocios mayoristas, y de $20,68 a 20,54 (0,7%) para los minoristas. Pero, a la vez, solo consiguió que cerrara la semana en un nivel similar a aquel en el que había clausurado la anterior.
El monto oficial vendido es solo comparable a los que volcaba en el mercado durante los días previos a las PASO del año último, cuando los inversores reducían su posición en activos financieros del país porque creían que el Gobierno perdería las elecciones. Pero tanto la venta de ayer como la de toda la semana fueron inferiores a la de US$500 millones en dos días que hizo hace un mes el Banco Nación, cuando el dólar saltó por primera vez la barrera de los $20, en un intento de dar una "señal de precio". Luego, el mercado desconoció la jugada, al persistir en la City porteña los rumores (que volvieron ayer) sobre diferencias en el manejo de las políticas cambiaria y monetaria entre la Jefatura de Gabinete y el BCRA.
Con todo, la sensación que quedó instalada entre operadores y analistas es que el BCRA comenzó a imponerse en la disputa que vuelve a librar con el mercado por el precio del dólar. "Cuando pulseás con él un par de días y empezás a reportar pérdidas en el cierre diario, la oferta privada, que se hacía desear, empieza a aparecer y la demanda extra que te agregaba un mercado sensibilizado tiende a replegarse", explicaron a LA NACION en una de las mesas cambiarias más activas de la plaza.
De ser correcta esta evaluación, el dólar aquí estaría ingresando en un nuevo período de relativa estabilidad, que solo podría ser interrumpida por acontecimientos que hagan fluctuar esa divisa en el mercado internacional, aunque tras dejar a la vista el estrecho desfiladero por el que deben transitar algunas decisiones del Gobierno, lo que por el momentos -al parecer- olvidan.
Vale recordar que el movimiento alcista del dólar comenzó en diciembre, cuando se filtró que el Gobierno evaluaba (como decidió a fin de año) relajar la política monetaria y resignarse a un "poquito más de inflación" para no correr el riesgo -supuesto- de ceder crecimiento.
La forma para hacerlo fue bajar las tasas de interés (que atraían capitales revaluando el peso) algo que, además, le permitiría auspiciar una recuperación del tipo de cambio que a su vez serviría para limitar el creciente déficit externo.
Parte de eso sucedió: el dólar subió aquí más de 17% en 3 meses aun cuando estaba estable en el mundo, pero su sostenida suba disparó una oleada de remarcaciones y un deterioro en las expectativas que, según el mercado, terminará generando algo más de inflación (por traslado a precios y a costos que el propio Gobierno aceptó dolarizar ante empresas concesionarias de energía) y algo menos de crecimiento. Es decir, lo inverso a lo buscado.
Luego, la suba del dólar se fortaleció por el incremento en las tasas de interés internacionales, en un mercado que sabe que la Argentina necesita que le presten. Y "porque el mercado no había evaluado correctamente el impacto de la sequía", dice Belisario Alvarez de Toledo, de Consultatio Asset Management.
A eso se sumó el "aporte" que algunos funcionarios hicieron recientemente al proclamarse cómodos con un dólar a $20 (ver https://www.lanacion.com.ar/2112781-la-divisa-sigue-en-maximos-pero-en-el-gobierno-dicen-estar-comodos).
Pero, con apenas moverse un poco sobre ese nivel, y a juzgar por los hechos, regresaron las incomodidades, lo que no hace más que desnudar los límites del modelo.
¿De aquí en más qué?
Los analistas ponderaron el cambio de estrategia que mostró en la jornada el BCRA, que intervino en todo momento y adecuando sus precios de venta para marcar la tendencia del mercado.
"Cuando el mayorista llegó a $20,38 puso posturas de venta a $20,35 y después las bajó a $20,30", detalló Gustavo Quintana, de PR Cambios. "Salió a copar la parada desde temprano", valoró el economista Guido Lorenzo, de la consultora ACM.
"Hizo bien en enfriar el mercado con intervenciones escalonadas, a precios descendentes y más fuertes. El Gobierno no quiere un dólar más alto mientras se negocian paritarias y se suben tarifas", interpretó Federico Furiase, de Eco/Go. "Bien, porque así le da chances a una inflación por debajo del 20% mientras espera que esto motive la liquidación del agro", evaluó por su parte Hernán Del Villar, de la consultora Alpha.
Pero disienten a la hora de pronosticar si esta pulseada terminó.
"Te diría que el BCRA está presentando batalla. Pero no ganó claro ningún round y está en plena pelea, es decir, le va a costar más reservas", considera Miguel A. Boggiano, CEO de Carta Financiera. "Creo que ganó la batalla esta semana, pero no va a terminar victorioso en la guerra con esa estrategia porque en un mundo que no se complejizó tanto, reacciones así del BCRA solo pueden hacer crecer la sospecha de que responde cada vez más a decisiones políticas", evaluó el economista jefe de MB inversiones, Nery Persichini.
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