El dólar confirmó su cambio de tendencia al dar otro paso atrás

El dólar confirmó su tendencia a la baja en la plaza local al cerrar ayer con otro retroceso promedio del 0,6%, dato que ganó importancia porque se produjo en una jornada en la que la divisa escaló del 0,5 al 0,8% en el resto de los mercados de la región.

El billete clausuró el día a un promedio de $42,75 y $43,87 para las ventas mayorista y minorista respectivamente, precios que suponen su cuarto repliegue consecutivo y lo devuelven a cotizaciones de inicios de abril.

El retroceso se dio en una jornada que marcó una pausa en el tibio reacomodamiento a la baja que mostraba la tasa de interés de referencia de la economía desde hace 8 ruedas (repuntó de 66,76 a 66,81% anual), pero que a la vez mostró un mercado que parece comenzar a convencerse de que, dado el repunte que comenzó a mostrar la oferta y el refuerzo oficial que tendrá desde la semana próxima, se abrió una nueva etapa de estabilidad.

"Hay un horizonte distinto del que había en marzo por el aporte que hará el Tesoro y el natural repunte que mostrarán las liquidaciones del agro. Además, los operadores no desconocen que el Central asumió un compromiso de garantía de tasa para el mes con piso de 62,5% anual y que en adelante es difícil pensar que se vuelva a tentar con repetir bajas como las que ensayó entre el final de enero y la primera parte de febrero. Esto dicho para señalar que todo luce dado para esperar un período de calma", señaló el economista Eric Ritondale, de la consultora EconViews, al explicar la lógica que guía al mercado por estos días.

"Existe un cúmulo de razones que llevan a creer que el dólar entró en un período de calma: la llegada de los agrodólares, las inminentes subastas que hará Hacienda, el respetable nivel que mantiene el tipo de cambio real y los límites que le impone a la demanda el torniquete monetario en un momento en general tranquilo para las monedas emergentes", coincidió desde un informe Pablo Waldman, jefe de estrategias de INTL FCStone.

Recalculando

La incidencia de esa presunción sobre la conducta de operadores queda a la vista cuando se observa que el volumen de operaciones al contado se comienza a estabilizar por encima de los US$700 millones (llegó a los US$710,4 millones, aunque fue 9% inferior al de la rueda previa) aun cuando los operadores coinciden en señalar que no se notó una gran aceleración en las liquidaciones de las cerealeras.

"Se estima que están aportando unos US$90 millones diarios, pero se notan ventas de otras empresas y de inversores por rebalanceo de carteras en busca de mejores negocios, una oferta que hasta la semana pasada no existía", apuntó Fernando Izzo, de la corredora ABC Mercado de Cambios.

Con la baja de ayer el dólar mayorista "ya perdió $1,18 respecto del cierre del viernes pasado", reseñó el operador Gustavo Quintana, para quien se ratificó el cambio de tendencia iniciado días atrás en una rueda en la que además "volvió a mostrar un buen flujo de ingresos desde el exterior".

Las señales de distensión que ofrece la plaza cambiaria esta vez coincidieron con las que entregó el mercado de bonos, al negociarse los títulos con leves alzas. Esto favoreció un descenso del 0,5% en la muy elevada tasa de riesgo país (quedó en 813 puntos) y otro en paralelo del costo de los seguros contra un nuevo posible default argentino, que quedó debajo de los 900 puntos tras cerrar anteayer en un máximo de 918 puntos.