El dólar, un refugio histórico ante la constante pérdida de valor del peso
Desde el siglo XIX los argentinos buscaron mantener su poder adquisitivo; el primer control de cambios fue en 1931
El apetito de dólares de los argentinos, que en estos días se tradujo en un vertiginoso crecimiento de la brecha entre la cotización oficial y la paralela, tiene una larga historia, señala el historiador económico Roberto Cortés Conde. Ya desde el siglo XIX, asegura, la gente buscaba un sustituto a la moneda nacional para conservar el poder adquisitivo de su dinero. Hasta principios del siglo XX, ese refugio fue el oro y más tarde fue reemplazado por el dólar.
La demanda de divisas, sin embargo, no siempre pudo ser cubierta en el mercado oficial. De hecho, según Cortés Conde, en la Argentina hubo controles de cambios en la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX. El primero se estableció en 1931, cuando la Argentina decretó que las operaciones cambiarias se podrían llevar a cabo sólo en los bancos autorizados. "Con esta medida se estableció el control de cambios, que consistía en el monopolio estatal de todas las transacciones con monedas extranjeras [...]. Sería éste un instrumento que tendría profundas consecuencias en la vida argentina y que modificaría el rol que hasta entonces había tenido el Estado", consigna el historiador en su libro La economía política de la Argentina en el siglo XX .
En 1933 el mercado cambiario se dividió en uno oficial, para necesidades prioritarias, como el pago de la deuda pública o las compras de combustibles, y uno "libre" en el que la compraventa de divisas se realizaba entre privados y las autoridades intervenían para evitar grandes fluctuaciones. "No hubo diferencias muy notables [entre las dos cotizaciones] hasta 1946, cuando el sistema de control de cambios se hizo más riguroso", dice Cortés Conde.
A partir de 1949, cuando comenzaron a escasear las divisas, "las diferencias con el dólar negro fueron cada vez más grandes, hasta el fin del período de Perón, en 1955". Ese año, según datos que el historiador presenta en su libro, el tipo de cambio oficial "básico" era de $ 9,25 por dólar, pero en el mercado paralelo cada dólar se cotizaba en 29,72 pesos.
Con fluctuaciones, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo continuó existiendo en los gobiernos posteriores. En 1970 se vivió la que, para el economista jefe de Elypsis, Luciano Cohan, es la situación más parecida a la actual: "En octubre de 1970 Aldo Ferrer [...] pondría en marcha controles de cambios análogos a los que existen aquí desde noviembre pasado [se refiere a 2011], cerrando la venta de dólar oficial a operaciones cambiarias no comerciales, dando con ello fin a la unificación y liberación del mercado de 1967", escribió Cohan en su blog el año pasado. Y añadió: "Con las medidas de Ferrer resurgiría el mercado paralelo". La brecha entre las dos cotizaciones pasó de 5% en octubre de 1970 a 17% en mayo de 1971.
¿Qué mueve a los argentinos, desde hace tantos años, a demandar dólares, impulsando la brecha entre la cotización oficial y la paralela? Para el economista Juan Carlos de Pablo, los argentinos acuden a la moneda norteamericana para refugiarse de posibles crisis (lo que él llama "el diluvio universal"). "Los argentinos venimos acumulando dólares desde mediados del siglo XX", asegura De Pablo, que dice no estar convencido de que la actual suba del dólar blue se deba a la demanda turística. Por el contrario, él afirma que en ocasiones anteriores, la gente salió a comprar dólares movida por la "percepción de que algo iba a ocurrir". Para Cortés Conde, "la constante es que cuando hay una pérdida del poder adquisitivo de la moneda local, el público busca un sustituto. Es un proceso de reacción, no es una enfermedad de los argentinos".
La moneda nacional sufrió bruscas pérdidas de poder adquisitivo en distintas ocasiones. Algunos hitos son el Rodrigazo, de 1975, cuando el entonces ministro de Economía Celestino Rodrigo decretó una profunda devaluación del peso y una fuerte suba de las tarifas de los servicios públicos. La inflación se disparó y la brecha entre el dólar oficial y el paralelo superó el 100%.
A fines de la década de 1980, el país atravesó una hiperinflación que licuó el valor de la moneda. En la década siguiente, se instauraría la convertibilidad, que igualó, hasta principios de 2002, el valor del peso con el dólar, esquema abandonado por Eduardo Duhalde.
El "amor por el verde", según pasan los años
En las últimas décadas hubo distintos escenarios
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- Fines de la década de 1980
Hiperinflación
El valor del peso se licuó y los precios se remarcaban a diario
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- Marzo de 1991- enero de 2002
Convertibilidad
El peso tuvo el mismo valor que el dólar durante 10 años
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- Convertibilidad y después
Devaluación
El gobierno de Eduardo Duhalde llevó la paridad inicial a $ 1,40.