Inquieto por el rebote de la inflación, el BCRA da otra vuelta al torniquete monetario
El Banco Central (BCRA) anticipó hoy que durante marzo pondrá menos empeño que el que tuvo en el primer bimestre del año en tratar de rescatar al dólar de una posible baja que lo lleve a operar por debajo del piso de las bandas de flotación y, a la vez, aumentará el sesgo contractivo de su política monetaria, un compromiso que anticipa que el rebote que llevó la tasa de referencia de la economía por encima del 50% llegó para quedarse.
La entidad sorprendió al divulgar avanzada la tarde un comunicado mediante el que brindó "precisiones adicionales" sobre "el funcionamiento del esquema monetario para el mes de marzo y los meses subsiguientes", lo que lo llevó a volver atrás sobre algunas decisiones tomadas anteriormente. Allí detalló que se compromete a sobrecumplir su meta de Base Monetaria (BM) en unos $43.000 millones (como lo hizo en febrero) hasta mayo, un número que aumenta su significación en momentos en que la inflación rebota y esmerila también por esa vía la oferta real de pesos.
Develó además que reduce de 75 a 50 millones de dólares el límite de compras diarias de reservas que se autopermite si el dólar vuelve a cotizar debajo del límite inferior de la zona de no intervención (ZNI), con lo cual admite que tomar la debilidad del tipo de cambio como una señal de mayor demanda de pesos –tal como lo estipula el acuerdo con el FMI, que permite comprar hasta US$ 150 millones por día– es controversial.
"Lo que el BCRA está diciendo con esto es que pasa a tener como principal objetivo la baja progresiva de la inflación. Y es razonable que intensifique esfuerzos en este sentido, aunque pueda significar restarle ocasionalmente impulso a una posible reactivación", tradujo el economista Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T.
Para su colega Santiago Bulat, lo que esto muestra es que "el BCRA se pone más cauteloso, lo que es lógico cuando todo el mercado espera un repunte mayor de la inflación para febrero. No sólo mantendrá la dureza monetaria sino que limita más la posible inyección de pesos por vía de la compra de reservas, que dejará de ser por hasta el 3% de la base monetaria para caer hasta el 2%".
La decisión de dar una vuelta más de tuerca al torniquete la adoptó hoy el Comité de Política Monetaria (Copom) del BCRA, tras reconocer que los resultados de su política en términos antiflacionarios aún no se hacen notar. "La inflación sigue siendo alta", reconoció la entidad, antes de explicar que este esquema, basado en agregados monetarios nominales "refuerza automáticamente su sesgo contractivo ante aumentos en el nivel de precios".
Pese a este reconocimiento, el organismo juzgó que era "necesario reforzar este sesgo", tal vez porque no cesan los anuncios de aumentos: los combustibles se encarecieron anoche, las tarifas de electricidad suben desde hoy y las distribuidoras de gas pidieron alzas del 35%.
En este sentido, explicó que la decisión de mantener sin variantes la BM durante el bimestre que comienza apunta a "neutralizar la mitad del aumento estacional de $80.000 millones" que estos agregados registraron en diciembre.
Para el BCRA, "mantener un estricto control de los agregados monetarios" permitirá reducir la inflación, aunque recordó que esos efectos tienen "rezagos". "La perseverancia y disciplina monetaria son indispensables para bajar la inflación y el Copom está preparado para mantener este sesgo contractivo por el tiempo que fuese necesario", concluyó.
El economista Pablo Goldín, de la consultora MacroView, había advertido días atrás que el programa armado con el FMI no resistía niveles de inflación de casi 3% por mes. "Hoy el circulante en la calle, mirando doce meses atrás, está creciendo casi nada. Si la cantidad de plata en la calle crece entre 0% y 1% mensual y la inflación está en 3%, tenés un problema porque la suba de precios va licuando la plata", explicó en una entrevista.