EE.UU. supo antes del fastidio por la injerencia en empresas
Según WikiLeaks, firmas argentinas y el Banco Mundial habían advertido del tema en 2008
El gobierno de Estados Unidos lo criticó; el Banco Mundial se preparó para lo peor; empresarios locales sumaron sus lamentos, y hasta funcionarios del propio Gobierno plantearon sus dudas y reproches. En suma, cargaron sobre la decisión de estatizar los fondos de pensión (AFJP) y sus efectos indeseados o inesperados por la Casa Rosada. Entre ellos, que el oficialismo accediera a los directorios de cerca de cuarenta grandes y medianas empresas.
A tal punto llegó el fastidio, que los empresarios detallaron el nivel patético de algunos directores designados por el Gobierno, mientras que "una fuente de alto nivel cercana a la Casa Rosada" definió el desplome bursátil que siguió al anuncio como un "huracán Katrina". Eso y más surge de cinco cables reservados y confidenciales de la diplomacia estadounidense que obtuvo WikiLeaks y cedió a LA NACION.
Firmado por el entonces embajador Earl Anthony Wayne, el cable del 27 de octubre de 2008 expuso la "alarma" que reinó entre las compañías desde que supieron que tendrían "a un gobierno altamente intervencionista como fuerte accionista y potencial miembro del directorio".
Wayne informó que, según sus interlocutores, la nacionalización de las AFJP reduciría "el riesgo de un default [soberano] durante los próximos años", pero que eso no disipaba los temores sobre "el impacto [de la estatización] en la economía en el mediano plazo". Y de modo más amplio, consignó: "Hay un temor creciente de que ningún sector es inmune a la intervención del Gobierno".
Más drástico, según el entonces director del Banco Mundial para el Cono Sur, Pedro Alba, el país caminaba por "la cuerda floja" por factores externos, como la crisis financiera mundial, y domésticos, como la manipulación del Indec y la estatización de las AFJP, entre otros. "Si votarán y cómo votarán los directores designados por el Gobierno en las compañías necesita ser clarificado tan pronto como sea posible para recuperar la confianza de los inversores", le comentó a Wayne cuando intercambiaron impresiones, el 12 de diciembre de 2008.
Alba le confió que había felicitado con ironía al entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, por la "impresionante habilidad del Gobierno para seguir sorprendiendo con medidas económicas" una y otra vez. Ya en serio, también le contó que el Banco Mundial también había trazado un "plan de contingencia de crisis", por US$ 5000 millones, ante la posibilidad de que la corrida monetaria que entonces drenaba al Banco Central llegara a niveles peligrosos.
Un día antes, Wayne informó por otro cable que la iniciativa ofrecía "indudables beneficios fiscales para el Gobierno, en términos de más altos ingresos y cancelaciones más bajas de la deuda", pero que, desde una visión más amplia, eran más las dudas que las certezas. "Aunque funcionarios del Gobierno reaseguraron a las compañías que no tenían intenciones de controlarlas -reportó-, no está claro cómo evolucionará este asunto, y la ley de nacionalización exacerba la incertidumbre al no clarificar el rol del Gobierno" en cada firma.
Lobby explícito
El epílogo de 2008 concluyó con un rol más activo desde Estados Unidos. Según surge del cable del 30 de diciembre, uno de los legisladores que participó en una comitiva que viajó a Buenos Aires, el demócrata Gregory Meeks, abogó por dos firmas de su país perjudicadas ante el entonces canciller Jorge Taiana.
Según Wayne, Meeks dijo que "el tratamiento de los reclamos por compensación de MetLife y New York Life por parte del Gobierno enviaría señales a Washington" sobre qué tipo de relación aspiraba a mantener la Casa Rosada con el flamante presidente Barack Obama. Y fue más allá. Le "urgió" a Taiana que el Gobierno fuera cuidadoso con su retórica. "No empujen a Obama contra una esquina. Todos somos patriotas; nadie quiere ser ofendido", le alertó, según el embajador.
El temor de varias compañías sólo sería similar a los problemas que precisó la presidenta del Banco Hipotecario, Clarisa Lifsic, en otro cable de febrero de ese año, sobre el paupérrimo nivel de los directores designados por el Gobierno. Lifsic relató que uno de ellos, el arquitecto Jaime Grinberg, "sabía nada sobre los bancos", y el otro, Jorge March, aunque contador, "preguntó dónde se guardaban las hipotecas durante su primer tour por el banco". Ambos eran amigos de la entonces ministra Felisa Miceli o de sus hermanos Horacio y Adriana. El segundo, además, fue el último en visitar a la ministra antes de que encontraran la bolsa con dinero en el baño de su despacho.
Según Lifsic, el Hipotecario no sólo debió capacitarlos "en lo básico" y mantenerlos "informados sobre los asuntos", sino que también padeció "la falta de coordinación y líneas claras de responsabilidad dentro del Gobierno" a la hora de discutir en el directorio algún tema relevante. Según lo resumió Wayne, "un proceso que consumía mucho tiempo".
CLARISA LIFSIC
Presidenta del Banco Hipotecario
Cable Número 139.928
Embajador Earl Wayne, 4 de febrero de 2008: "[Según Lifsic] debieron gastar mucho tiempo en capacitar [a los directores por el Gobierno] en lo básico y en mantenerlos informados".
EARL ANTHONY WAYNE
Embajador de EE.UU.
Cable Número 182.454
Embajador Earl Wayne, 11 de diciembre de 2008: "No está claro cómo evolucionará este asunto, y la ley de nacionalización exacerba la incertidumbre al no clarificar el rol del Gobierno".
PEDRO ALBA
Director del Banco Mundial
Cable Número 183.679
Embajador Earl Wayne, 12 de diciembre de 2008: "[Según Alba], si y cómo votarán los directores del Gobierno necesita ser clarificado tan pronto como sea posible para recuperar la confianza de los inversores".
GREGORY MEEKS
Legislador Demócrata
Cable Número 98.698
Embajador Earl Wayne, 30 de diciembre de 2008: "[Según Meeks] el tratamiento de los reclamos por compensación de MetLife y New York Life por parte del Gobierno enviaría señales a Washington".