El BCRA ratificó que será muy prudente para flexibilizar la política monetaria
Aclaró que será cauteloso al inyectar pesos en la economía a través de la compra de dólares, lo que mantendrá altas las tasas
Pese a que detecta que el apetito por el peso "está volviendo", el Banco Central (BCRA) no se apresurará a inyectar más pesos a la economía. Lo hará convencido de que solo siendo "prudente y perseverante" podrá lograr su objetivo de evitar nuevas corridas cambiarias, a la vez de ir generando las condiciones para una baja de la inflación, aunque esto "llevará tiempo".
Las definiciones, que desechan las sugerencias de algunos analistas y los pedidos de los sectores productivos y comerciales para acelerar la baja de tasas de interés, llegaron ayer en paralelo desde Davos (Suiza), donde se encuentra su presidente, Guido Sandleris, y la propia sede del BCRA, donde los vicepresidentes Gustavo Cañonero y Verónica Rappoport presentaron el Informe de Política Monetaria (IPOM) mensual.
"El principio al que nos apegamos es ser cautelosos, porque el BCRA está en pleno proceso de reconstrucción de su credibilidad. Por eso estamos siendo muy prudentes a la hora de poner pesos en la economía: no queremos inyectarlos muy rápido", dijo por la mañana argentina Sandleris, al participar de una conferencia de prensa junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y al secretario de Finanzas, Santiago Bausili, en el World Economic Forum (WEF) que se desarrolla en Davos.
Fue su respuesta tras ser consultado sobre la posibilidad de que el BCRA revise al alza el monto máximo que hoy destina a la compra de reservas (US$50 millones diarios, un límite que se autoimpuso, aunque el acuerdo con el FMI le permitiría adquirir hasta US$150 millones), una decisión que el Comité de Política Monetaria de la entidad deberá tomar a fines de este mes.
"Estamos promoviendo cierto orden nominal y conviene recordar que venimos de una gran inestabilidad. Los resultados hasta ahora han sido satisfactorios: la inflación desaceleró, los engranajes del sistema monetario empiezan a funcionar y la demanda de dinero se está recuperando. Pero para que todo esto se consolide se necesita tiempo y disciplina", dijo en la tarde porteña Gustavo Cañonero, para reforzar el mensaje que quieren transmitir.
Discursos homogéneos
Sandleris había iniciado anteayer, junto a Dujovne y Bausili, una serie de reuniones con inversores, empresarios y bancos de inversión en Davos, para difundir los avances que el país tuvo en los últimos meses en materia de estabilización. Y ayer participó en un panel sobre mercados emergentes que se realizó en ese foro y de la conferencia de prensa en la que destacó la recuperación del peso, a la que juzgó posible al establecerse "una regla simple de agregados monetarios que le permite a la gente verificar si el BCRA cumple lo que promete".
Aun así, reconoció que "la confianza tarda mucho en recuperarse", por lo que consideró que para lograr progresos serios en materia de estabilidad "hay todavía un largo camino por delante". E insistió: "Reducir la inflación es el gran desafío pendiente que tiene este BCRA y bajarla a niveles de un dígito no se puede lograr en un solo año".
Cañonero, por la tarde, coincidió al sostener que dados los desafíos "múltiples y complejos" que enfrenta el BCRA "va a llevar mucho tiempo bajar la tasa de inflación", en parte porque la nueva y elevada ola de ajustes tarifarios dispuestos por el Gobierno para la primera parte del año "retrasan" esa caída.
El karma de las tasas
A la complejidad de este proceso y su elevada volatilidad, el funcionario adjudicó la necesidad de mantener tasas de interés elevadas.
"Se equivocan quienes solo miden contra la inflación esperada para hacer estimaciones sobre el nivel de tasas reales", dijo Cañonero, justificando los cautelosos pasos que el BCRA tiene proyectado seguir dando en la materia.
"Lo que Cañonero dijo fue: tenemos que tener una tasa de interés real alta para sostener la demanda de activos en pesos, no solo por la alta inflación (esperada), sino por su inestabilidad. Y modificar eso llevará tiempo y esfuerzo", tradujo el economista Federico Furiase, del Estudio Eco/Go.
El plan oficial, pactado con el FMI, apunta básicamente a reducir en todo lo posible los riesgos de que el país vuelva a pasar por una corrida cambiaria, como la que lo tuvo en vilo durante buena parte de 2018. Claro que en ese altar sacrifica el resto de los objetivos de política económica.
Por caso, en la presentación de ayer, la cúpula del BCRA reconoció que la economía convive con una fuerte retracción del crédito, una palanca que tardará en recuperarse y que colaboró para que la economía acentúe sus pulsiones recesivas en los últimos meses.
Sin embargo, confían en que la progresiva estabilización de las variables genere las condiciones para que la actividad llegue al segundo semestre del año "creciendo al 4% anual", como dijo Cañonero, repitiendo, tal vez sin darse cuenta, lo que ya se transformó en un eslogan al que la administración Macri recurrió varias veces para sembrar optimismo en el futuro y ayudar a sobrellevar las penurias del presente.