El cine español busca una salida ante el recorte
Los productores plantearán al gobierno gravar las entradas y los anuncios televisivos para autofinanciarse
SAN SEBASTIÁN.– "El suelo del cine español se tambalea." Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (Fapae), advertía hace 10 días de los peligros de la orgía histórica de recortes para el futuro de la industria. No sólo eso: adelantó un nuevo modelo, basado casi en la autogestión. "El cine se puede pagar con los ingresos y los impuestos que él mismo genera, como se hace en muchos países de nuestro entorno". Es decir, sacar al cine de los Presupuestos Generales del Estado. Pero ¿cómo? Con un poco de ingeniería recaudatoria. Con el modelo conocido como "céntimo audiovisual".
Esa es la propuesta oficial que llevarán los productores esta semana a una reunión en la Secretaría de Estado. La iniciativa consiste a grandes rasgos en recaudar un céntimo con cada entrada vendida en salas españolas, una idea que abandera PROA (Productors Audiovisuals Federats), la asociación de productores catalanes que representan 40% de la producción nacional.
Su presidente, Ramon Colom, y su secretario general, Joan Antoni Gonzàlez, aseguran estar cansados de tanta buena voluntad a priori del Ministerio de Educación y Cultura y de tan pocos resultados. "Llegamos al céntimo audiovisual hartos de torpedeo constante del ministro Wert, del secretario de Cultura, José María Lassalle, que es implacable con el cine, y de la directora del ICAA [Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales], Susana de la Sierra, que no da la talla", dice Gonzàlez. "El céntimo audiovisual nace un poco imitando la política cultural francesa, en la que un porcentaje de cada entrada revierte en el presupuesto del CNC [organismo similar al ICAA]".
Pero el CNC no solo vive de ese dinero, por eso desde PROA van más allá en su ambición. "Se llama céntimo audiovisual y no cinematográfico porque implicaríamos también a las televisiones con publicidad. Cada anuncio en la pequeña pantalla tendría una recarga de un céntimo en su precio. Para un anunciante no es nada si emite, por ejemplo, 400 anuncios en un mes: se queda en cuatro euros. Pero sumados todos, la cantidad podría ser inmensa", aduce Colom. Y, añaden, permitiría derogar la obligación de las televisiones, según la Ley General de la Comunicación Audiovisual, por la que las cadenas privadas deben invertir un 5% de sus ingresos en producciones audiovisuales. De ese porcentaje, un 3% tiene que estar dedicado al cine europeo. Hace dos años esa cantidad supuso unos 60 millones de euros y a ellos se les unen los 40 millones de TVE, que tiene la obligación desde 2010 de invertir un 6%. "TVE tiene un papel clave en estos momentos, desde luego", cuenta Gonzàlez.
El céntimo audiovisual también entraría en el reparto de las ventas de los DVD y de las descargas en Internet. El año pasado se vendieron en España 96 millones de entradas. Y en 2010 se vendieron unos 14 millones de películas en formatos DVD y Blu-Ray. Está claro que la mayor parte del dinero de céntimo audiovisual procedería de la televisión.
En Francia no es exactamente un céntimo, sino diversos porcentajes según los formatos, y en 2011 recaudaron 600 millones de euros. Como cuenta Pérez, PROA y Fapae irán de la mano a las reuniones con Lassalle, en la reunión que esta semana juntará a los productores con la Secretaría de Estado de Cultura, en el primero de varios encuentros que sirvan para definir ese camino de futuro. "Aún habría que definir quién recauda, quién lo administra y cómo se reparte". Tampoco han hecho el cálculo de cuánto supondría en España. "Estamos estos días estudiando las cantidades’, cuentan desde PROA.
Lo que sí tienen claro todos los productores es que las cosas deben cambiar. Pedro Pérez insiste: "Es la hora de salir de los Presupuestos y el céntimo audiovisual es una de las mejores ideas que estamos madurando para los encuentros con Lassalle. Nos haría independientes. Con una iniciativa así estoy convencido de que nuestra imagen pública cambiará radicalmente".
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