Un nuevo desarme en las posiciones dolarizadas de las carteras de inversores institucionales y las ventas de las empresas que buscan hacerse de pesos para pagar sueldos y adelantos de vacaciones provocaron ayer otro repliegue del dólar mayorista, que por ser reiterativo en las últimas jornadas generó las condiciones para reflejarse en las pizarras minoristas.
Así, el billete retrocedió otro medio centavo en las operaciones mayoristas (se terminó vendiendo a $ 3,7950), lo que obligó a que el precio al público para la misma punta se reacomodara a la baja, de 3,83 a 3,82 pesos, pese a que el Banco Central (BCRA) desplegó una intensa actividad para mitigar los efectos de la tendencia del mercado en las cotizaciones y compró unos US$ 100 millones, según describieron los operadores.
El volumen negociado en la plaza cambiaria local superó los US$ 1000 millones, algo que no ocurría desde hace 7 meses y cuando el mercado se manejaba aún con una tendencia opuesta: con el BCRA como único vendedor de dólares para frenar una corrida contra el peso.
En parte, el salto en las operaciones estuvo impulsado por la inactividad que ganará a la plaza local en los próximos días por las fiestas navideñas. "La sensación es que muchos cerraron el año hoy [por ayer]", confió un mesadinerista bancario. Es que, si bien habrá operaciones hoy, la inactividad bursátil ayudará a reducirla más de lo habitual.
"Se pudo ver una oferta importante de bancos públicos, exportadores y también de los bancos privados, a la vez que se notó una escasez de liquidez en pesos", apuntó el informe de Puente Hnos. al describir la tónica de la jornada.
