El FMI condiciona la baja de los aportes patronales
Recaudación: la misión del Fondo quiere que la reducción sea gradual para compensar la caída en la recaudación fiscal y no aumentar el déficit.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pedirá hoy al Gobierno que la rebaja de aportes patronales sea instrumentada en forma gradual, para compensar posibles pérdidas de ingresos a causa de un menor crecimiento económico en 1999.
Los técnicos que integran la misión del organismo encabezada por Teresa Ter-Minassian tienen serios reparos sobre las proyecciones oficiales de recaudación impositiva para el año próximo y temen que la reducción de las cargas patronales sobre el trabajo cause un aumento del déficit fiscal que lo torne inmanejable. Otra preocupación de los funcionarios del Fondo es la demora del Congreso en aprobar la precoparticipación de los mayores ingresos que genere la reforma tributaria, porque esto impediría bajar los aportes. Esto motivó que se postergara la reunión entre Roque Fernández y Ter-Minassian, prevista inicialmente para esta mañana y ahora pospuesta para el lunes.
La disminución de los impuestos al trabajo fue el objetivo central que Economía esgrimió para sostener la sanción de la reforma impositiva. Roque Fernández pretende destinar $ 2154 millones de los potenciales ingresos que generen los aumentos incluidos en la reforma para bajar los aportes.
Pero las estimaciones de menor crecimiento económico y una mayor caída en los ingresos fiscales que la proyectada, que elevarían el déficit fiscal a más de los 2650 millones pautados para 1999, llevaron al Fondo a recomendar que la rebaja se haga siempre y cuando no se ponga en peligro el equilibrio de las cuentas públicas. El ex viceministro de Economía Carlos Rodríguez, que diseñó la reforma, calcula que el desborde será de 500 millones, y propone postergar, al menos, un trimestre la baja de los aportes.
"La rebaja tiene que hacerse en el 99 porque es una decisión política de este equipo económico, pero depende fundamentalmente de la aprobación en extraordinarias de la ley de reparto de los fondos", señaló un funcionario que participa en las discusiones con el Fondo.
El perdón del FMI
El desvío de la meta del déficit fiscal de este año será de unos 300 millones, por lo cual el Gobierno deberá pedir un perdón (waiver) al Fondo, "ya que a esta altura es imposible renegociar el programa" de este año, dijo a La Nación una alta fuente de Economía. A pesar de ese incumplimiento, el FMI aprobará el desempeño de la economía este año.
En el encuentro de hoy con Pablo Guidotti y Miguel Kiguel habrá una discusión detallada de las proyecciones macroeconómicas para 1999, sobre las que no ha habido acuerdo hasta ahora. Pero se concentrarán, fundamentalmente, en la cuestión de los ingresos.
Una alta fuente del Palacio de Hacienda dijo a La Nación que la discusión más fuerte con los funcionarios del FMI es por la recaudación impositiva de 1999. El Fondo considera que el año próximo ingresarán entre 700 y 800 millones menos en el Tesoro que los estimados por Economía.
Reunión en Trabajo
Esta vez, la reunión de los técnicos del FMI con los funcionarios del Ministerio de Trabajo se desarrolló sin tensiones. "Repasamos los compromisos que se tomaron el 3 de diciembre último y se mostró cómo estamos cumpliendo con las reformas de segunda generación", dijo el secretario de Trabajo, José Uriburu, quien encabezó la comitiva local.
Los deberes pendientes son: la eliminación de los estatutos especiales (contratos diferenciados para algunos sectores) y la creación de un fondo de despidos que suplante al actual régimen de indemnizaciones. Este es el aspecto que más le interesa al Fondo Monetario Internacional; por eso participaron de la reunión los técnicos que están trabajando en la elaboración del pliego para llamar a licitación internacional para que una empresa proponga cuál es el método más conveniente para aplicar en la Argentina. En Trabajo especulan que a mediados del 99 estará listo el proyecto definitivo.
"Hay tres esquemas posibles. Un fondo solidario, un seguro de despido y una cuenta de capitalización individual", explicó Uriburu. Además, para cada variante se tiene que definir cómo se implementará en caso de despido o si la persona decide dejar el trabajo.
La cuenta solidaria es un fondo al que aportan todas las partes, "pero que tiene algunos inconvenientes, que son la no capitalización del fondo y que la rotación no es pareja en todos los sectores". En el seguro de despido se especifica que todo empresario tiene que contratar un seguro para cada trabajador. Este sistema tiene que estar generalizado para lograr una correcta dispersión del riesgo y lograr así una baja en los costos.
La cuenta de capitalización puede funcionar como un fondo nominado a favor de la empresa, es decir que estará libre de poder ser embargado, o una cuenta individual a nombre de cada empleado, a la que se deberá aportar el 8,33% mensual de la masa salarial.
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