La crisis / Cambios en los organismos financieros. El FMI flexibiliza sus créditos, pero la Argentina sigue lejos
Para prestar, el Fondo exigirá una serie de requisitos en los cuales el país aún muestra flaquezas
Frente a la crisis mundial, y en la antesala de la reunión de mandatarios del G-20 que se realizará la semana próxima en Londres, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó ayer una "importante revisión" que flexibiliza su esquema de préstamos y simplifica sus costos. El organismo creó, además, una nueva línea diseñada para países emergentes mientras busca duplicar los fondos disponibles para sus países miembros.
El punto saliente de la reforma es la creación de una nueva línea de préstamos, llamada Línea de Crédito Flexible (FCL, según sus siglas en inglés), que cuenta con modificaciones de forma, aunque no necesariamente de fondo. El esquema reemplaza a un programa aprobado en octubre último, nunca usado por los países, en parte, porque el cronograma de devolución era demasiado rígido. A diferencia de los préstamos tradicionales del organismo, un país no tendrá que comprometerse a alcanzar ciertas metas de política económica -como, por ejemplo, un determinado nivel de superávit fiscal- para acceder a la nueva línea. Pero para hacerlo deberá cumplir con una lista de prerrequisitos. Una vez que lo hagan, no tendrán límite en el monto de dinero que podrán pedir prestado.
Si bien la línea se elaboró para los países emergentes y hubo un acercamiento entre el Fondo y el Gobierno, esa lista de requisitos marca distancias con la Argentina. Hay tres condiciones generales y nueve "criterios relevantes" para calificar para un "acuerdo FCL". Los tres requisitos globales son que el país tenga "pilares económicos y un marco institucional de política sólidos"; que haya implementado o esté implementando "políticas fuertes", y que se comprometa a mantenerlas en el futuro. De los nueve criterios relevantes, la Argentina muestra flaquezas en, por lo menos, dos de ellos: antecedentes de un acceso estable en términos favorables a los mercados de deuda internacionales, e integridad y transparencia en las estadísticas.
Estos dos puntos son los más restrictivos para el país. La intervención y la consecuente pérdida de credibilidad del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y el elevado riesgo país y la falta de un acuerdo con los holdouts son, frente a estas condiciones, flaquezas.
"La Argentina tiene una situación mucho más sólida de la que ha tenido durante mucho tiempo. Está en una situación mucho más fuerte. La restricción más importante es la transparencia de los datos y el tema, claro, de que no hay una relación fluida con el mercado financiero, pero ésta sería debatible, porque uno podría decir: «¿Qué sistema financiero, si está de patas para arriba?»", indicó el economista Guillermo Calvo.
"Las condiciones generales son discutibles, opinables, pero estos últimos criterios parecen más objetivos, es más fácil determinar si uno está de un lado o del otro. La Argentina va a tener que hacer un esfuerzo durante un tiempo, demostrar que se puede calificar en términos de esos criterios", coincidió Daniel Marx, ex secretario de Finanzas.
Deficiencias
Ante un pedido, el Fondo evaluará junto con el país el cumplimiento de las precondiciones. Si bien el Fondo no tiene la intención de trazar una línea divisoria que deje afuera a alguno de los países miembros, el organismo indicó, a través de su página de Internet, que "las deficiencias significativas en uno o más de estos criterios, a menos que hubiera factores correctivos, incluidas políticas correctivas en marcha, pueden indicar que el país miembro no está entre los de mejor desempeño para los cuales está destinada la FCL".
El Fondo había presentado en octubre una línea de préstamos de corto plazo que hubieran podido ser utilizados por países, como Brasil, México o Corea del Sur. No lo hicieron, en parte, para no cargar ante los mercados con el estigma de haber necesitado esa asistencia. La historia no parece cambiar con la nueva línea: el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, apoyó ayer la decisión del Fondo, pero, rápidamente, aclaró que su país no pedirá fondos.
"Ya no tendremos esa cosa tan desagradable que eran las «cartas de intenciones», sino un histórico de solidez económica", indicó Mantega, quien recordó que Brasil pugnaba por esas facilidades desde hacía años. "Diría que es prácticamente una victoria de Brasil", apuntó. Ningún funcionario argentino hizo declaraciones ayer sobre los anuncios del organismo.
Reformado su esquema crediticio, el Fondo dijo también que buscará duplicar los fondos disponibles para prestarles a sus miembros. Actualmente, el organismo cuenta con US$ 250.000 millones. Esos fondos incluyen los préstamos concedidos. La intención del directorio que dirige el francés Dominique Strauss-Kahn es duplicar esa cifra. Japón ya comprometió un préstamo por US$ 100.000 millones y la Unión Europea ya expresó su voluntad de aportar un monto similar.
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