El FMI, un prestamista al que se lo llama por las crisis propias
Cómo funciona el organismo multilateral de créditos, quiénes son sus integrantes y de qué manera se define el tipo de asistencia financiera que otorga
1. Fondo Monetario Internacional. El FMI fue concebido en julio de 1944 en la Conferencia de Bretton Woods de las Naciones Unidas, en Estados Unidos. Los 44 países asistentes buscaron construir un marco para la cooperación internacional y evitar que se repitan las competitivas devaluaciones monetarias que contribuyeron a la Gran Depresión de los años 30. Se definió que el objetivo del FMI era garantizar la estabilidad del sistema monetario global, el régimen de tipos de cambio y pagos internacionales que permite a los países y a sus ciudadanos realizar transacciones, a la vez que pone recursos a disposición (con las garantías adecuadas) para los miembros que experimenten dificultades en la balanza de pagos.
2. Participación. A cada país se le asigna una cuota que representa su participación en el capital del Fondo y define el número de votos. Las cuotas determinan además la proporción de DEG (Derechos Especiales de Giro) a recibir por los países. La fórmula original utilizada para el cálculo de las cuotas incluyó como variables el ingreso nacional, las reservas, el comercio exterior y las fluctuaciones de las exportaciones. El FMI tiene 24 directores, elegidos por países o grupos de países, y un director gerente. Estados Unidos es el de mayor representación con 16,5% de los votos; siguen Japón, con 6,14% y China, con 6,08%. La Argentina tiene una cuota que representa 0,67% del total.
3. Programas. Históricamente, la mayor parte de la asistencia del FMI a economías avanzadas y de mercados emergentes se ha hecho mediante Acuerdos de Derecho de Giro (stand-by), con el fin de resolver problemas de balanza de pagos potenciales o de corto plazo. Existen otros programas destinados a países de bajos ingresos para dar apoyo a mediano plazo a países con problemas persistentes de balanza de pagos: son los “Extended Facility Fund” o “Extended Credit Facility”, que implican programas de largo plazo con reformas estructurales. Por otro lado, para ayudar a evitar o mitigar las crisis y solo para países que tienden a tener estabilidad, están la Línea de Crédito Flexible o la Línea de Precaución y Liquidez, que permiten obtener fondos sin condicionalidades. Para países de bajos ingresos hay dos programas: el de “Instrumento de Financiamiento Rápido” y el de “Crédito Rápido”, con condicionalidad limitada.
4. La Argentina. La relación de nuestro país con el FMI comienza en 1956, con la adhesión a los convenios de Bretton Woods. Desde entonces, hubo 21 acuerdos: 5 fueron inaugurales y el resto, de continuidad. Hubo 18 stand-by, dos de facilidades extendidas y uno de complementación de reservas, a comienzos del 2001. La Argentina es el país de ingresos medios que ha transcurrido más tiempo bajo programas del FMI: 41 años de los 65 transcurridos entre su ingreso en 1956 y 2021. Hoy el Fondo tiene otorgados 93 préstamos. Los de la Argentina representan cerca del 30% (unos US$43.200 millones). El límite de acceso para los préstamos stand-by es de 435% de la cuota, a menos que el FMI considere la excepcionalidad en un caso, tal como sucedió con la Argentina.
5. Mirada negativa. Por las condicionalidades de sus préstamos, el Fondo tiene imagen negativa. Sin embargo, el FMI no “llega”, si no que se lo llama. La Argentina paga su cuota para contar con el FMI como prestamista cuando las cosas andan mal, porque no tener prestamista significaría ajustes aún más fuertes. Sin las propias crisis recurrentes, no habría de lidiar con el FMI.
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