El fracaso de la opción pesificadora deja varias lecturas
El canje de deuda emitida en moneda extranjera y bajo ley nacional fue otro éxito.
Nada permite dudarlo.
Pero tan cierto como eso es que fracasó la segunda opción que la operación buscaba: la de convertir a pesos una deuda originalmente emitida en dólares.
El dato al respecto es concluyente: se emitirán bonos en pesos ajustables por inflación (CER) por apenas el 3% del total de la emisión autorizada para dejar abierta la posibilidad de que la pesificación fuera masiva.
Así, del total de deuda en moneda extranjera emitida bajo legislación local se logró pesificar apenas unos US$687 millones con la reestructuración, cuando algunas semanas atrás, en especial tras la masiva conversión de Letras del Tesoro (Letes) de mediados de julio, la expectativa del mercado era hasta 10 veces mayor
Vale recordar que la oferta había sido diseñada con un discreto sesgo propresificación.
Los que aceptaran cambiar un título emitido en pesos (las opciones eran Boncer 2026 con tasa del 2% o 2028 con tasa del 2,25%) por otro en dólares no sufrirían quita de capital y comenzarían a recobrar al menos el 20% del capital invertido desde mayo o noviembre de 2024. En tanto, quienes quisieran mantenerse en la misma moneda padecerían una quita del 3% si se optaba por los títulos más cortos -a vencer en los años 2030 o 2035 (solo no la enfrentaban si iban a los bonos más largos, que caducan en 2038 o 2041)- y recibirían devoluciones de capital más laxas que, en el mejor de los casos, arrancan en el 4% del total invertido en julio de 2024 y solo en el caso del bono más corto.
El ministerio de Economía venía siendo muy exitoso al respecto. Después de todo, en lo que va del año había reducido en 17 puntos el peso de la deuda en dólares en el total de los pasivos con jurisdicción argentina, que cayó del 44% al 27% tras los canjes parciales anteriores.
Los analistas creen que el escaso interés que generó la opción pesificadora responde a que la oferta oficial se quedó "algo corta" en los incentivos para ir al cambio de moneda, en especial, luego de haber confirmado el igual trato a la deuda local emitida en moneda extranjera que a la colocada bajo tutela de tribunales externos.
Esto, además, en un contexto de creciente temor a una crisis de reservas, por el debilitamiento que sufre mes a mes la posición de reservas neta del Banco Central (BCRA) o de aceleración en la tasa de devaluación del peso.
Pero también suponen que responde a la homogénea opción por los bonos en dólares que habrían tomado los organismos públicos, en especial el BCRA y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) bajo administración de la Anses, en procura de ganar poder de fuego para intervenir en el mercado bursátil y mantener bajo control los precios financieros del dólar (MEP o CCL) e intentar que la brecha se vaya alineando en adelante con la que impone el impuesto PAIS al dólar minorista.
"La sensación es que los organismos públicos fueron de cabeza a los bonos en dólares para contar con munición para intervenir sobre los dólares financieros si lo juzgan necesario de aquí en adelante. Esto tiende a hacernos pensar que efectivamente están analizando esa variante", consideró el analista Leonardo Chialva, de Delphos Invesment.