El Gobierno aprendió que ya no puede jugar con las reservas
El anuncio de pago anticipado del Boden 2015, el mayor vencimiento de deuda que le quedaba por enfrentar a la administración de Cristina Kirchner, dejó en el mercado un mensaje tranquilizador: el Gobierno comprendió que ya no tiene espacio para seguir jugando con las escasas reservas.
"Aunque a fuerza de corridas, que se repitieron cada vez más asiduamente, parece que al fin lo aprendieron", apuntó ayer un banquero, que valoró el anuncio porque cree que ayudará a romper uno de los tantos círculos viciosos en que había entrado la economía local: el que ataba la disparada del dólar en el mercado paralelo ilegal a la sostenida pérdida de divisas por parte del Banco Central (BCRA).
La clave de la desconfianza surgida sobre el pago de ese título hay que buscarla en las determinaciones que el propio Gobierno había tomado meses antes.
Por caso, cuando se empecinó en repetir en el presupuesto para el año entrante una fórmula de pago de la deuda (con reservas) pergeñada en su momento como virtuosa (bajo la idea de ayudar al país a remover el pesado lastre de su deuda externa o hacerlo más llevadero para el futuro), pero que a estas alturas se había vuelto claramente perniciosa.
Para entenderlo hay que remitirse al artículo 38° de la ley sancionada a fin de octubre y promulgada a mediados de noviembre, que autorizó al Gobierno a disponer de 11.889 millones de dólares de las reservas internacionales para cancelar vencimientos de deuda y otros gastos en moneda extranjera.
Ese monto llegó a representar el 43 por ciento de las reservas con que contaba el BCRA a mediados de septiembre, es decir, cuando el proyecto fue remitido al Congreso. Eran tiempos en que el precio de la soja en el mercado internacional se hundía y las exportaciones confirmaban señales de agotamiento.
Con aportes menguantes en ambos casos, ¿quién no tendería a pensar que la tentación del Gobierno por evitar jugar un cuarto -o más, para entonces- de las reservas internacionales en un solo pago lo llevaría a evaluar alguna otra salida?
Si las cuentas, por su estrecho margen y las malas perspectivas, ya sembraban dudas, el apuro que mostró el Gobierno por reformar los códigos Civil y Comercial y Procesal Penal no hizo más que profundizarlas.
Rumores
Después de todo, uno de esos nuevos textos abrió la posibilidad de que deudas tomadas en monedas que "no sean de curso legal" puedan ser canceladas por el deudor "en su equivalente en moneda de curso legal".
Y la premura que dejó ver la administración en las últimas semanas porque estos cambios queden vigentes a mediados del año siguiente no hicieron más que alentar los rumores de una posible pesificación del pago.
En este sentido, la jugada del equipo económico no sólo apunta a desbaratar la incertidumbre sobre el pago del bono, sino a transmitir otros mensajes tranquilizadores.
Después de todo lo que el ministro Kicillof hizo fue cantar "retruco" al mercado, al ofrecer la cancelación anticipada del Boden 15 para que no queden dudas sobre la voluntad y capacidad de pago.
Pero tras la oferta, hay una ingeniería financiera que permitiría cumplir con ese pago sin meter mano a las reservas. Sucede que otra parte del pago puede quedar diferida con el canje del Boden 2015 por el Bonar 2024, o incluso financiarse con lo que aporten los interesados en tomar riesgo argentino a mediano plazo suscribiendo este último bono.
Lo que queda claro es que, por primera vez, aparece en el Gobierno la idea de no agregar más presión sobre las reservas del Banco Central. Y que no es poca cosa.