El Gobierno debutó convalidando una tasa del 45% anual
Reabrió el crédito local con una letra en pesos corta; es para pagar un vencimiento el lunes
El Gobierno de Alberto Fernández hizo su debut en el mercado local de deuda al captar $18.846 millones que usará para pagar buena parte del vencimiento que enfrentará pasado mañana de un bono de deuda heredado, en este caso el Bopomo, por $24.500 millones.
Pagó por el financiamiento -que tomó a 6 meses mediante la colocación de una Letra en pesos a tasa variable Baldar privada (ubicada en el 40,76% anual)- un sobrecosto de 300 puntos básicos, lo que supone validar una tasa del 44,76% nominal anual o del 49,80% efectivo.
Con la operación el Tesoro nacional recuperó una vía de financiamiento en pesos que le había quedado cerrada a fin de agosto pasado, cuando la administración Macri dispuso el "reperfilamiento" de todos los pagos (en pesos y en dólares) de la deuda local.
Paradojalmente, la reabrió en una jornada en que la administración Fernández oficializó un nuevo "reperfilamiento", aunque esta vez acotado a la deuda local en dólares tomada mediante la emisión de LETE, lo que le valió un apercibimiento de la calificadora de riesgo Fitch, que rebajó la nota asignada al país a la categoría de "default selectivo".
"La colocación se enmarca en el principio de considerar la política de deuda como parte de un programa integral en pos de encauzar un sendero de crecimiento sostenible. Además, reafirma el compromiso de sentar las condiciones para el desarrollo del mercado de capitales doméstico", explicó el Ministerio de Economía en el comunicado mediante el que difundió los resultados de la licitación.
Más allá del dato alentador que significa para el Estado recuperar una vía de financiamiento no pasó desapercibido en el mercado que la tasa pactada resultó algo superior a la que aspiraban las autoridades (un spread de 200 a 250 puntos), aunque para evitar que sea superior la Secretaría de Finanzas cuidó no tomar el total de los $21.501 millones que le ofrecieron suscribir mediante el envío de 184 órdenes de compra, contentándose con el 88 por ciento.
Además, según fuentes de mercado (ya que la información oficial no detalla procedencia de los compradores), parte importante del título fue suscripta por la Anses, lo que denuncia una demanda de activos en pesos por parte del sector privado aún no recuperada. El resto se habría repartido básicamente entre el fondo de inversión extranjero Pimco (que tenía en cartera 54% del Bopomo a vencer el lunes) y compañías locales de seguros, según se pudo reconstruir mediante consultas en el mercado.
Un buen punto de partida
Los especialistas juzgaron la colocación como positiva, tomando en cuenta las circunstancias en que se llevó a cabo. "Creo que dieron una buena señal inicial en términos del monto colocado y la tasa convalidada teniendo en cuenta la incertidumbre y el nivel de riesgo país. Y que se muestra que con señales de consistencia fiscal y una reestructuración amigable hay mucho margen para recomponer la demanda de pesos y controlar la presión de la brecha cambiaria", evaluó el economista Federico Furiase, de Estudio Eco/Go.
"La estrategia es buena en un contexto de baja de tasas por parte del BCRA. Y la demanda será en adelante más fácil de lograr en un contexto de restricciones cambiarias que limitan la demanda de dólares a precios alternativos con brecha del 25%", coincidió Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas.
El rendimiento del título luce negativo en relación con los últimos datos de inflación, pero pudo resultar interesante para inversores institucionales locales, tomando en cuenta que el promedio de tasas por plazos fijos mayoristas está 5 puntos por debajo (ronda 42% anual) y que se trata de un bono de corto plazo que pasa a tener un diferencial respecto de los que operan en el mercado secundario ya que es emitido por un gobierno que precisamente busca reabrir el mercado de deuda en pesos, por lo que se descuenta que no formará parte en el futuro del universo de "reperfilados".