El Indec admitió que no hubo grandes avances en la lucha contra el empleo en negro

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó hoy que el empleo en negro alcanzó en el tercer trimestre al 36% de la población económicamente activa.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el cuestionado organismo, en el mismo período del año pasado se había medido un 36,3 por ciento de empleo no registrado.

Así, el instituto intervenido informa que esta tasa, caballito de batalla del matrimonio presidencial, se mantuvo casi sin cambios respecto de 2008.

Además, se informó que la tasa de desocupación, entre julio y septiembre fue del 9,1%. Con mayor detalle, se describió que el desempleo entre los Jefes de Hogar fue del 5,1% y que, en cambio, la mayor tasa se observó en las mujeres económicamente activas de hasta 29 años, con un 18,6%. La más baja se registró en los varones de entre 30 y 64 años (5,4%).

Ernesto Kritz, de SEL consultores, indicó que "hasta mediados de 2007, el alto crecimiento del empleo registrado estuvo acompañado por una inflación baja o moderada". Ambas variables tuvieron simultáneamente un buen desempeño. "En cambio –continúa- en el último tiempo, aunque la inflación se desaceleró bastante (bien que todavía en los dos dígitos), el empleo registrado cayó al terreno negativo". Con este análisis, señala que no alcanza con que una variable funcione en el sentido deseado, sino que las dos deben hacerlo al mismo tiempo.

La newsletter de la consultora amplía: "Es difícil determinar cuántos empleos se perdieron durante la recesión. Para el Indec, el empleo total medido por la EPH no cayó; más bien, según esta fuente, en los primeros nueve meses de 2009 tuvo un crecimiento interanual de 0,5%. Esta cifra no parece del todo consistente con los registros administrativos".

En una hipótesis conservadores, Kritz se anima a estimar que durante la recesión (entre puntas) "se perdieron unos 250.000 empleos, equivalentes a aproximadamente 1,7% de la ocupación total". Eso, apunta, significa que, para bajar la tasa de desempleo a 8%, como postula la meta anunciada por el Gobierno, el empleo debería crecer 2,8%". Un esfuerzo que implica un gran desafío para la economía el año próximo.