El llamado a las inversiones empieza por casa
Para motorizar la economía se busca redoblar la apuesta por el capital emprendedor
El círculo virtuoso de nuevos negocios en la Argentina busca ahora reforzar su pata floja: el capital emprendedor. El aporte de inversión, con riesgo, a largo plazo y con poca liquidez brilla por su escasa presencia en el ecosistema emprendedor nacional y sobretodo lejos de Buenos Aires. “El argentino quiere ir con 100 pesos al casino y salir con un millón de dólares- resume Manuel Tanoira -cofundador de Tanoira Cassagne y asesor de inversores- para generar compañías de gran valor agregado hay que probar más veces y con más plata”.
Esto no es novedad, pero con un clima de nuevos negocios que crece en los últimos años, ahora la llamada es a los empresarios que piensan en buscar inversión del exterior sin ellos mismos estar dispuestos a apostar en los emprendedores locales. Según Tanoira, lo que sucede en NOA es que las empresas intentan innovar “mirando hacia adentro” antes que incorporando ideas y personas del ecosistema emprendedor que las rodea. “Nadie de Israel o Silicon Valley va a invertir en una empresa en Tucumán si su directorio no está apostando por los emprendedores locales para traer disrupción a la industria”, comentó Tanoira.
En en encuentro "Foro de Inversión NOA", organizado por Endeavor, junto a BID FOMIN, más de 200 empresarios de firmas relevantes a nivel local y regional asistieron al llamado de diversificar sus alternativas de inversión. “Argentina esta desinvertida. Si lo comparamos con el resto de la región, países como Chile, Colombia, México, Brasil, que invierten entre el 0,1 y el 02% de su PBI en capital emprendedor, nuestro país solo dispone el 0,07% en lo mismo”. En general, explicó el abogado, se intenta suplir con capital humano e inteligencia la falta de recursos. “Al emprendedurismo no solo hay que ponerle el cuerpo, hay que apostar la billetera e invertir en el largo plazo como se ha hecho en otras industrias, como minería”. Agregó que, a diferencia de los países desarrollados, el argentino tradicionalmente invierte en vacas, ladrillos y plazos fijos al 19% con una inflación del 35%. “En cambio, los americanos a partir de los 17 años invierte en promedio el 7% de su portafolio líquido en tecnología, nuevas empresas e innovación. Silicon Valley está allí porque tienen una cultura de inversión en eso", sentenció Tanoira.
Lisandro Bril fue uno de los cinco creadores de Endeavor, la fundación que promueve el emprendedurismo que hoy cuenta con oficinas en más de treinta países. Empezó en 1997 junto a Eduardo Elsztain, Carlos Adamo, Wood Staton y María Eugenia Estenssoro, con la idea de impulsar el desarrollo económico. “Para que funcione se necesita el óvulo y el espermatozoide, los emprendedores y los inversores. En Chile, por ejemplo, hay capital pero se mueren por atraer al talento argentino. Acá pasa lo contrario”, argumentó Bril.
Cuando le preguntaron en qué invertir, contestó: "En una oportunidad grande que tenga el potencial de valer 20 o 50 millones de dólares en los próximos años. En Argentina eso equivale hoy a bioingeniería y tecnología aplicada al agro. Cuando viajo la gente me pregunta cómo es posible que desde este país no hayan surgido múltiples empresas de agtech, porque en alimentos nadie tiene duda que somos capaces de producir algo de mucha calidad”.
Marta Cruz es la fundadora de NXTP Labs, un venture capital que en los últimos años invirtió en 194 compañías y juntó capital en un fondo por 38.5 millones y luego en otro por 120 millones de dólares. “El cambio de paradigma es desde riesgo y retorno a riesgo, retorno e impacto. Eso implica inversiones con riesgo, a largo plazo y sin liquidez, porque se usa el dinero par desarrollar las empresas” dijo la directiva.
La tecnología se hace oír no sólo como industria en si misma si no como vehículo disruptor de cada sector. “Para ser el país del agro vamos a tener que ponerle una capa de tecnología. Están surgiendo emprendedores que en muchos casos son hijos o nietos de familias relacionadas con el agro que emplean herramientas como Big data, que consideran la situación del cielo y la temperatura para optimizar el riego, las nuevas compañías de agtech”, explicó Cruz. Aclara que, para hacerlo bien, hay que pensar en el largo plazo, “de la misma manera que le pedimos a los políticos que piensen más allá de su mandato”.
Como ejemplo de un modelo a replicar, Agustín Otero Monsegur (socio de OM invest, un family office con participación en la citrícola San Miguel) contó como acaban de concretar su primer paso de inversión en una start up de biotecnología. Keclon es la firma que produce enzimas industriales que se utilizan en el negocio del aceite de soja, biodiesel y sector lácteo y reemplaza productos químicos por biológicos de menor impacto ambiental; mejora los rendimientos industriales generando mayor valor por kilo de soja procesado. “Además de que la agroindustria es un sector con un potencial enorme, está relacionado con nuestras actividades y expertise. Contamos con la confianza de que también entró como inversor Molinos, el principal consumidor de enzimas industriales en el procesamiento de aceite de soja en Argentina”, dijo Otero Monsegur.