Deuda. La licitación de Letes mostró que el mercado espera un poco más de inflación
Los inversores locales dieron hoy la primera señal sobre cómo imaginan que serán las semanas posteriores al final de la cuarentena: creen que la inactividad actual, y la emisión monetaria para tratar de evitar que derive en un colapso de la economía, obligará al país a convivir con un poco más de inflación que la esperada hasta ahora.
El dato surgió de la subasta que hizo esta tarde el Ministerio de Economía para colocar dos nuevas Letras del Tesoro: la reapertura de una a descuento a vencer el 1° de julio y otra nueva que ajusta por inflación y que vence el 4 de diciembre.
La operación le permitió captar de la plaza $32.433 millones emitiendo $33.080 millones en esas letras, monto que no sólo le permite cubrir los $16.000 millones que debe pagar el viernes al vencer una Letra ajustable por tasa Badlar (Lebad) antes emitida, sino, además "hacer caja" en un momento de elevadas necesidades.
"Fue una muy buena licitación", coincidieron en evaluar los analistas consultados por LA NACION. "La de mayores montos de esta gestión, excluyendo los canjes y con tasas en niveles consistentes con los lineamientos para la sostenibilidad de la deuda", valoró por su parte Economía en el comunicado.
Aun así, la mirada del mercado fue hacia otro dato: 88% de la demanda ($29.000 millones, según lo adjudicado) se dirigió al instrumento que ajusta por inflación y se vendió a $988,42 por 1000 (tasa equivalente del 1,75% nominal anual). Sólo el 12% restante fue a la Letra más corta que aseguraba una tasa fija del 30,70% anual (34,45% efectiva) al ser ofrecida y colocada a $930,36 por $ 1000 nominales.
Señales
El dato contrasta con la primera licitación de marzo, cuando la emisión de un bono con ajuste CER (Boncer 2021) fue declarada desierta en una subasta en la que el Tesoro captó $35.500 millones con otros dos títulos a tasa fija y variable.
El regreso del apetito por los pesos indexados se comenzó a notar a mediados de marzo, tras tres meses de correcciones a la baja en las expectativas inflacionarias, lo que coincidió con un regreso de la emisión para socorrer al fisco tras un verano moderado.
"Se emitieron 489 millones sólo en marzo y con datos al día 25", explicó Miguel Zielonka, de EconViews. Este economista cree que los inversores evaluaron que "si la inflación está arriba de 2,2% mensual promedio hasta diciembre están más cubiertos con este instrumento que con otro a tasa fija o Badlar porque la expansión monetaria es muy grande".
Su colega Juan José Vázquez, jefe de análisis en Cohen, no duda de que esa fue la evaluación. "Haciendo simulaciones, el déficit primario de marzo-abril es probable que alcance los $265 billones. De financiarse con emisión implicaría 22% del circulante o 12% de la base monetaria, lo que debería tener impacto posterior en la inflación", señaló.
En igual sentido, Fernando Baer, de Quantum Finanzas, cree que la subasta confirma que la preferencia del mercado está yendo hacia los instrumentos en pesos indexados", lo que juzga una consecuencia de la situación actual.
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