El ministro de Economía de Vidal descarta una corrida y prevé un repunte de la actividad
Según Lacunza, no se ven razones para otra crisis "salvo que haya una catástrofe"; confía en la recuperación del campo y de Brasil
El ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza , proyectó que este año la "economía se irá recuperando parsimoniosamente pero de forma constante" y que, "salvo que haya una catástrofe, no se ven razones para una nueva corrida".
El funcionario bonaerense trabaja con políticos desde hace 20 años. Lo destaca tras señalar que la "honestidad, valentía y sinceridad" de la gobernadora María Eugenia Vidal no las vio nunca. "Y no menciono su inteligencia, porque esa cualidad la tuvieron todos con los que trabajé; en este ambiente, si no sos vivo te comen crudo", dijo en una entrevista con LA NACION.
"Tenemos un tipo de cambio real más alto, que permitirá una mayor sustitución de importaciones; la cosecha es buena y Brasil estará creciendo arriba del 2,5% este año. Esperamos además que el salario real recupere algo y que a mediados de año el bolsillo esté un poquito más holgado", comentó.
En cuanto a la recesión, Lacunza señala que "el valle de la crisis productiva fue entre noviembre y enero" y que a partir del mes pasado "se comenzaron a ver algunos manchones verdes -para no hablar de brotes- en el agro, la energía y algunos insumos de la construcción y del turismo, pero no es masivo".
"El interior de la provincia tendrá un año más holgado con la buena cosecha. En el conurbano, para la zona sur será más duro, mientras que el norte, al estar más vinculado a la industria automotriz, podría tener una reactivación a partir del segundo cuatrimestre con las exportaciones a Brasil", estimó.
Con respecto a las altas tasas de interés, Lacunza dijo: "Como ministro de Economía me gustaría tener una tasa que sea del 5%, pero lo importante es que el paciente no vuelva a terapia intensiva, que es la razón por la que la tasa llegó al 70%. Ahora no debemos pecar de ansiosos porque si se baja la tasa demasiado y nos pasamos, el dólar lo hace cantar", dijo el exgerente general del Banco Central y del Banco Ciudad.
Lacunza admite que los datos de pobreza serán malos este año. "Se venderán más pizzas que en 2018, pero menos que hace dos años. La economía se irá recuperando, pero ya no existe crecer a tasas chinas; si ocurre es porque se está incubando la próxima crisis", expresó, y proyectó que "la inflación continuará alta hasta abril inclusive".
Sacrificio fiscal
La provincia de Buenos Aires cumplió en 2018 tres años consecutivos de superávit primario, la diferencia que sale de comparar ingresos y gastos corrientes. El año pasado, el balance cerró con un resultado positivo de $11.000 millones. Gran parte se logró, dijo Lacunza, tras "ahorrar $25.000 millones cada año, al reducir de 600.000 a 585.000 la cantidad de empleados públicos, luego de no renovar contratos y ofrecer retiros voluntarios".
En el último año, la gobernación incluso realizó un "sacrificio fiscal de $20.000 millones", producto de una baja en el impuesto a los ingresos brutos, acordado en el Pacto Fiscal, y de la quita de tributos a la energía y a los sellos. De hecho, esto se reflejó en la recaudación de la provincia, que aumentó solo un 26% en 2018, con un inflación del 47,6%.
Para este año se espera un nuevo "sacrificio fiscal de $11.000 millones" y que la provincia vuelva a quedar en superávit, a pesar de que el gobierno provincial debe absorber un gasto de $20.000 millones que le transfirió la Nación en concepto de subsidios al transporte público y a la tarifa social de la energía y el agua.
El progreso de las cuentas fiscales de Buenos Aires está en línea con lo que sucedió en la mayoría de las provincias, que, ayudadas por una inflación que licuó los salarios públicos y tras recibir mayores transferencias de la Nación, mejoraron su situación financiera. De hecho, Buenos Aires fue la más favorecida con los aumentos de transferencias automáticas, que crecieron el año pasado un 20% en términos reales, según el Ieral.
Sin embargo, cuando se mide el resultado total de la provincia, que incluye el pago de los intereses de la deuda, hay un déficit de $22.500 millones. Para este año se estima que el número en rojo ascienda a $40.000 millones. "La mayoría de los gastos en capital son para financiar obra pública. En total, la deuda equivale al 10% del PBI, que es manejable y está en línea con el promedio de la provincia entre 2005 y 2010, que era del 12%. Luego de ese año los mercados se cerraron", dice Lacunza. Dentro de los gastos corrientes, el ministro señala que la mitad tiene como destino pagar salarios, mientras que un 35% se compone entre pago de jubilaciones y transferencias a municipios.
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