El multimillonario George Soros vuelve a hacer negocios en el país con banca móvil
El emprendimiento Ualá, que lanzará su aplicación hoy, ofrece una alternativa bancaria de bajo costo desde sus smartphones
Verificación de identidad a través de una selfie. Transferencias inmediatas sin cargo. Tarjeta prepaga gratuita. Control de gastos en tiempo real a través de notificaciones en el celular. Atención al cliente vía redes sociales o chat personalizado. El nuevo jugador que quiere transformar al sistema financiero argentino está financiado por el multimillonario George Soros. El historiador Pierpaolo Barbieri (30) comenzó a gestar Ualá, una app de servicios financieros, hace dos años. Hoy se lanzó en toda la Argentina y busca conquistar al público cansado de los bancos tradicionales o al que no puede acceder a ellos.
Barbieri, que estudió Historia Económica en Estados Unidos, había conseguido su primer trabajo luego de terminar la universidad en Soros Fund Management. Unos años después pudo convencer a su primer patrón y también a Kevin Ryan, el fundador de Business Insider. Luego, entre otros inversores más, llegó un multimillonario más, Steve Cohen, dueño de la firma de inversiones Point72.
Ualá, que surge del juego entre las palabras wallet, “billetera” en inglés, y voilà, algo así como “ahí está” en francés, es un “mundo financiero en una tarjeta y una app”. El plástico es Mastercard, prepago y gratuito. Se carga a través de la red Pago Fácil o por CBU -y próximamente por Rapipago- y no tiene cargos de ningún tipo: ni de emisión o mantenimiento, ni de renovación o cierre. Para obtenerla, los usuarios deben bajarse la aplicación, disponible para iOS y Android, solicitarla y esperar 72 horas hasta recibirla.
Luego de pasar por una serie de verificaciones que incluyen enviar una foto del DNI y sacarse una selfie para que la identidad de los usuarios pueda chequearse manualmente, la cuenta Ualá permite retirar dinero por los cajeros de Banelco y Link hasta dos veces al mes de manera gratuita. La aplicación tiene dos funciones extra: la posibilidad de transferir dinero en el acto a otras cuentas Ualá y el seguimiento inmediato de los gastos de los usuarios.
De ese modo, cuando una persona compra con la tarjeta prepaga, la app le envía una notificación a su celular donde detalla cuánto dinero pagó y dónde, y luego lo organiza automáticamente en una herramienta de análisis con categorías para que los usuarios puedan ver la composición de sus gastos.
Barbieri explicó que, si bien el proyecto aún no es monetizable, en 2018 espera que la app permita realizar inversiones, solicitar una tarjeta de crédito o pedir un préstamo personal “a tasas más competitivas que las de la banca privada”. En las próximas semanas, la aplicación también habilitará la función para pagar las cuentas a través del celular.
Ualá espera contar con 10.000 usuarios hacia fin de año, adelantó su fundador durante la presentación. El servicio apunta principalmente a las personas que no están incluidas en el sistema financiero. Barbieri recordó que mientras existen 1,5 celulares por persona, solo uno de cada dos argentinos tiene una cuenta en el banco: “Nos manejamos por un principio de igualdad porque no tenemos riesgo crediticio”, explicó.
El emprendimiento también puede atraer a aquellos que sí tienen cuenta pero no desean pagar más tasas como las de mantenimiento de cuenta, a los millennials -la generación más abierta a probar alternativas fintech- y a los padres de los chicos de 14 a 18 años que prefieren llevar un mejor seguimiento de la mensualidad que les dan.
¿Qué sucede si al usuario le roban el celular? “Nada, porque cada uno tiene su propia clave que debe ingresar para realizar transacciones”, detalló Barbieri. ¿Y si se pierde la tarjeta? En ese caso, la aplicación permite “congelarla” hasta que vuelva a aparecer y, si eso no sucede, se siguen los pasos tradicionales para la cancelación.
Otra de las características diferenciales de Ualá, señaló, es la atención vía redes sociales o mail en el momento y no automatizada, sino con personas detrás que se encargan de responderles a los clientes. “No hay líneas telefónicas ni sucursales, como mucho planeamos abrir cafés donde se pueda conversar del servicio. Es una alternativa distinta, con un lenguaje informal”, dijo.
Para el corto plazo, Ualá planea expandir sus herramientas para retirar dinero a las redes Pago Fácil y Rapipago, para lograr “una mayor capilaridad del sistema”, sostuvo Barbieri. Mientras tanto, se prepara para los pagos móviles: “Creemos que en cinco años no va a haber más plástico -apuntó el historiador-. Por ahora, todo es con ese método de pago porque los posnet no dan otra opción, pero cuando se habiliten los métodos wireless como el NFC [Near-field communications, una tecnología que se utiliza para tarjetas sin contacto o pagos móviles] o los códigos QR, queremos ser los primeros”.
Actualmente, la compañía cuenta con 20 empleados y oficinas en la Ciudad de Buenos Aires. Cuando Ualá llegue a los 250.000 usuarios en la Argentina, su fundador planea llevarla a Uruguay y Paraguay. Pero siempre lo hará bajo una premisa: “No queremos ser un banco”, repite Barbieri una y otra vez, porque sabe que la innovación no viene de los pesos pesados sino de los underdogs, los “menos favoritos” para ganar.
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