El mundo plantea nuevos desafíos para China
PEKIN.- En las últimas semanas, la desaceleración de la economía china ha ocupado las primeras planas. Ya se trate de un reacomodamiento permanente o temporario, las autoridades chinas tienen mucho que hacer si quieren sentar las bases de un fuerte desarrollo económico a mediano y largo plazo.
A pesar de su extraordinario crecimiento desde el inicio de la transición hacia la economía de mercado en 1979, China enfrenta ahora graves desafíos simultáneos: el aumento de la desigualdad social, el enorme y creciente deterioro de los niveles de contaminación medioambiental, el pertinaz desbalance externo y el envejecimiento poblacional.
Afortunadamente, el 12º Plan Quinquenal (2011-2015) de China reconoce la necesidad de profundizar la reforma orientada a los mercados, de cambiar el modelo de desarrollo del país, y de focalizarse en la calidad del crecimiento, las reformas estructurales y la inclusión social. En línea con este enfoque general a largo plazo, un nuevo informe titulado "China 2030: la construcción de una sociedad de altos ingresos moderna, armónica y creativa", propone reformas que el país necesita para desarrollar una economía de mercado madura y funcional para el año 2030.
Para conmemorar el 30° aniversario de la incorporación de China a ese organismo, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, les propuso a los líderes del país realizar un esfuerzo conjunto para identificar y analizar los desafíos que enfrenta el desarrollo chino en el mediano plazo. "China 2030" pide reformas estructurales como la redefinición del rol del gobierno, la puesta a punto de las empresas y los bancos del estado, el desarrollo del sector privado, la promoción de la competencia, y una profunda liberalización de la tierra, la mano de obra y los mercados financieros.
En el sector empresario deberá hacerse foco en un aumento de la competencia en todos los sectores, reduciendo las trabas para el ingreso y salida de empresas privadas, y fortaleciendo la competitividad de las empresas del Estado.
En el sector financiero, el sistema bancario debe ser comercializado, permitiendo que gradualmente sean las fuerzas del mercado las que regulen las tasas de interés, mientras que el mercado de capitales debe profundizarse en tándem con el desarrollo de una infraestructura legal y regulatoria necesaria para asegurar la estabilidad financiera.
El éxito de China en el mediano plazo también depende de la creación de un sistema abierto en el que la presión de la competencia aliente a las empresas chinas a innovar sus productos y sus procesos, a través de sus propios esfuerzos de investigación y desarrollo, y de su participación en redes globales.
Una estrategia de expertos debería a encauzar a China hacia una economía más "verde". El impulso de nuevas inversiones en industrias poco contaminantes y más sustentables conduciría a un desarrollo más ecológico, alentaría la inversión en manufacturas y servicios relacionados con toda esa cadena de producción, y significaría para China una ventaja competitiva internacional en una industria global reciente y en ascenso.
"China 2030" también pide la ampliación de oportunidades, la promoción de la seguridad social, y la reducción de la alta desigualdad social. Por sobre todo, es vital fortalecer el equilibrio fiscal de China, motorizando ingresos adicionales y asegurándose de que los gobiernos locales cuenten con financiamiento suficiente para cumplir con sus crecientes gastos.
Finalmente y no por ello menos relevante es la necesidad de que China se convierta en un accionista proactivo de la economía global. Si continúa intensificando su comercio internacional, sus inversiones y los lazos financieros de los que tan bien se ha servido durante los últimos treinta años, China obtendría los beneficios de una mayor especialización, mayores oportunidades de inversión y un mayor rendimiento de las mismas.
China debe seguir bregando por la reanudación de la estancada Ronda de Doha de comercio multilateral, y apoyar un acuerdo global sobre el flujo de capitales. La integración del sector financiero chino con el resto del mundo debe llevarse adelante con constancia y grandes precauciones, pero se convertirá en un paso clave en el camino hacia la internacionalización del yuan como moneda de reserva mundial.
Las propuestas incluidas en "China 2030" podrían significar para los planificadores políticos chinos un marco de trabajo cuando se aboquen a cumplir su objetivo de crecimiento sustentable y armónico. Mientras la economía mundial entra en una etapa muy riesgosa, el gobierno de China tendrá que ir lidiando con los nuevos peligros, golpes y debilidades a medida que vayan apareciendo. Pero al hacerlo, deberían adherir al principio de que las políticas destinadas a resolver problemas a croto plazo, deben sostener, y no socavar, las reformas prioritarias a largo plazo.
2030
© Project Syndicate, 2012.
Traducción de Jaime Arrambide
Justin Yifu Lin
Más leídas de Economía
Son millones. Un “Nobel” dijo a quiénes hay que cuidar para terminar con el hambre
“Fue el último día”. Cerró un tradicional tambo familiar porque se le hizo “imposible” seguir y su historia emocionó a todos
Tarifas. Desde mayo, aumenta 54% el boleto de tren en el AMBA y habrá una fuerte suba en los de larga distancia