Ayuda financiera: gestión de Lousteau y Redrado. El país busca créditos del BID por US$ 8000 millones
El objetivo es "blindar" la situación financiera del Gobierno por los próximos cuatro años
MIAMI.- El equipo económico aterrizará hoy en esta ciudad con la intención de "blindar" a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con créditos por US$ 8000 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que deberían llegar durante los próximos cuatro años, y para ablandar el malhumor de los inversores por la política de precios de la Argentina.
Este monto se sumaría a los US$ 7500 millones que aportaría el Banco Mundial para los próximos 4 años, fundamentales para afrontar los pagos de la deuda externa en un contexto de aguda crisis financiera internacional y de desconfianza de los mercados voluntarios hacia el país.
Pese a algunas dudas respecto de su viaje por el conflicto con el campo, finalmente el ministro de Economía, Martín Lousteau, encabezará la delegación del Palacio de Hacienda a la reunión anual del BID que se desarrolla en esta húmeda ciudad hasta el martes, junto con el presidente del Banco Central, Martín Redrado. Ambos aterrizarán hoy y mañana se reunirán a las 12.15 con el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, para discutir los ambiciosos planes de reforma de este banco (aunque hasta ahora poco avanzados) y la estrategia de asistencia al país, por los US$ 8000 millones mencionados, frente a 6000 millones aprobados en la presidencia de Néstor Kirchner.
Fuentes oficiales aclararon que habrá fondos para el Tesoro Nacional, pero aún resta saber cuándo se desembolsarán, más allá de los créditos destinados a programas sociales, de salud, e infraestructura. La Argentina le debe al BID cerca de US$ 8000 millones, unos 2000 millones más que al Banco Mundial.
El pedido del Gobierno podría ser no del todo exitoso, ya que la crisis de EE.UU. multiplicó los pedidos de fondos de los países de la región a los bancos multilaterales y el BID no estaría en condiciones de saciar por completo a sus principales socios.
Lousteau y Redrado también mantendrán encuentros bilaterales con sus pares (está prevista una reunión con funcionarios de Brasil y México, entre otros), aunque el presidente del Central levantará un poco más el perfil al disertar en seminarios de bancos de inversión.
Preguntas incómodas
Si bien se había planeado una exposición pública de Lousteau para mañana ante inversores y analistas en el centro de convenciones de Miami Beach, se optó por suspenderla, para evitar preguntas o críticas incómodas. De este modo, el esfuerzo oficial se canalizará en las reuniones privadas con los principales bancos de inversión de Wall Street, que pidieron reunirse junto a sus clientes con el equipo económico durante todo el fin de semana.
"No es el momento para salir a hablar tan abiertamente", comentó una fuente oficial, consciente de los cuestionamientos que hay por la manipulación de los datos oficiales, que afectaron a los tenedores de bonos ajustables por el CER.
Estas críticas también se escucharán en los seminarios de los bancos privados, aunque fuentes del mercado aclararon que la sensación predominante hacia la Argentina es más de "hartazgo e indiferencia que de enojo" luego de más de un año de conflicto en el Indec. Por esa razón, el equipo económico seguirá apostando en los próximos meses a emitir deuda en el cautivo mercado local con el aporte de los inversores institucionales (AFJP, bancos y compañías de seguro), con el argumento de que las bajas tasas internacionales y la fuerte liquidez interna son un atractivo suficiente para conseguir el financiamiento para este año y parte del próximo.
La estrategia incluye el canje de los préstamos garantizados nacionales (PGN) que están en poder de los bancos por títulos más largos, de modo de descomprimir el exigente calendario de vencimientos de los próximos tres años. Sólo en 2009 vencen US$ 12.577 millones de estos préstamos ajustables por CER, frente a US$ 4515 millones a pagar este año, con una gran concentración (US$ 7669 millones) en el segundo trimestre del año próximo.
Uno de los banqueros argentinos que viajó hasta acá sostuvo que los acreedores institucionales del Gobierno están dispuestos a participar de este canje, aunque la tasa no sea la más conveniente, porque se sacarán de encima un instrumento muy castigado y en operaciones por montos reducidos. "Este esquema cierra, mientras no se reactive la demanda de créditos que por ahora no parece estar en el escenario de nadie, porque si no se les va a complicar a todos los bancos y sobre todo al Nación, que es el principal captador de bonos y, a la vez, el que más créditos al sector privado debería estar otorgando", concluyó el escéptico ejecutivo.
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