El salario pierde contra la inflación

Durante los últimos años, los salarios de los trabajadores formales le ganaron a la inflación. Sin embargo, esta situación cambió hasta tal punto que algunos economistas pronostican para este año una pérdida de poder adquisitivo del orden de 10% por la imposibilidad de las empresas para equiparar los aumentos salariales con la inflación.

"Lo que enfrentamos en 2014 es salarios reales cayendo significativamente, algo que no sucedía desde 2003. Este año el ajuste viene por el lado de los salarios y las jubilaciones. Los indicadores también dejan ver que el empleo en lugar de crecer, va a caer", dice Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación para Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).

Ya en 2013 se había logrado apenas un empate para el promedio de los asalariados formales, que vieron sus ingresos menguados en el último mes por las consecuencias de la devaluación, de más del 20 por ciento. Además, "pasamos de una tasa de inflación de 2% mensual a 3% en diciembre y 5% en enero. En febrero va a ser muy alta también", dice el economista José Luis Blanco, director de la consultora Tendencias Económicas.

Con un salario promedio de $ 8420 para los trabajadores formales, y uno mínimo de $ 3600, la canasta básica para una familia tipo de cuatro personas cuesta, según FIEL, $ 4200, y según el Observatorio Social de la CGT Azopardo, $ 6184.

Los números recopilados por la consultora Idesa sobre la base de datos publicados por el Ministerio de Economía para empleo y salarios y del Congreso Nacional con respecto a la inflación, dan cuenta del deterioro de los indicadores de empleo y salario:

Entre 2003 y 2008: el empleo privado formal creció 9% y el salario nominal un 20% anual, mientras que la tasa de inflación fue de 14% anual.

Entre 2008 y 2011: el empleo privado formal creció sólo 2% y el salario un 27%. La inflación fue del 22% anual.

En 2013: el empleo creció el 1% y la tasa de inflación igualó el crecimiento de los salarios en un 27 por ciento.

"Lo que un asalariado compraba en diciembre ya no se puede adquirir en febrero. Además, está la inflación. Va a ser un marzo complicado porque se suma el gasto de las vacaciones, el inicio de los colegios con el pago de matrículas y útiles escolares... El escenario es complejo", dice Raúl Drincovich, gerente de RR.HH. del Hospital Italiano.

En este contexto, María Laura Cali, directora de Sel Consultores, dice que según la última Encuesta Continua sobre Políticas de Gestión de RR.HH. las empresas no se moverán del 25% de aumento proyectado para este año, ya que por un lado es la cifra acordada con la casa matriz y por el otro, su nivel de rentabilidad está acotado. Esperan que los sindicatos pidan más, pero no tienen margen para ir más allá de lo presupuestado.

"Es un escenario de pérdida de poder adquisitivo para el asalariado", asegura. "Notamos también que el ajuste para el personal talentoso no pasará los dos puntos por encima del 25% y que no hay diferencias entre lo acordado para el personal dentro y fuera de convenio".

La consultora Analytica estima para este año una inflación no inferior a 35% y previene que "junto con los efectos de la caída en la actividad, habrá una pérdida del poder adquisitivo de los salarios, principalmente de los sectores más vulnerables".

Sumas puente

En este contexto, algunos gremios lograron establecer sumas llamadas puente que sirven para disminuir los efectos de la inflación hasta que se lleven a cabo las paritarias. "Sumando la inflación de diciembre, enero y lo que va de febrero hay un 12% de caída en el salario real", dice Blanco. "Por eso es que los bancarios lograron un pago de $ 1800 para el primer trimestre más un bono de $ 1200 no remunerativos; el gremio del transporte, $ 1200 y una suma fija de $ 70 para el viático diario de los choferes; aceiteros, $ 1900 para la categoría más baja y $ 2100 para la más alta durante enero, febrero y marzo".

Los petroleros, por su parte, teniendo en cuenta que tienen los salarios más altos del mercado, acordaron tres cuotas de 4000 pesos para enero, febrero y marzo no remunerativas.

"Las paritarias se van a hacer en los plazos correspondientes. Empiezan en abril y se prolongan en mayo y junio", dice el abogado laboralista Julián de Diego, cuando se le pregunta si hay posibilidad de que se posterguen debido a los números inciertos de la inflación. "Por eso están este tipo de aumentos a cuenta (sumas puente), con cláusulas de absorción para que no se paguen los aumentos dos veces."

De Diego recuerda que estas cláusulas nacieron en la época en que José Alfredo Martínez de Hoz fue ministro de Economía, durante la última dictadura militar. "En ese momento, los aumentos sólo podían establecerse a través del Poder Ejecutivo y esto se daba cada 6 meses. Pero las empresas daban sumas adicionales a cuenta de futuros aumentos para evitar conflictos."

Drincovich recuerda, para definir las crisis cíclicas del país, una anécdota personal con Jorge Luis Borges. "En 1968 tuve un par de reuniones con él ya que yo trabajaba en el colegio Champagnat y organicé una charla de Borges allí. Le pregunté qué pensaba de la Argentina, y me contestó: Recuerdo que mi padre me decía que la Argentina era un desastre. Mi conclusión actual es que este país puede caer infinitamente.

"Nadie sabe cuál será el punto de encuentro en las próximas paritarias. Hay que tener una mirada tranquila para ver hacia adónde vamos y si el Gobierno piensa hacer algo con la inflación. Hay precios cada vez más controlados y las empresas están cada vez menos dispuestas a absorber las pérdidas. El 61% que piden los docentes, además, complica todo el panorama. ", dice Drincovich.

Para el profesional no debe haber excusas para que la discusión esté viciada ni por parte del sindicato ni por parte de los empresarios. "No sirven las discusiones trimestrales ni las cláusulas gatillo, que era el ajuste automático de los salarios según la inflación. Esa película ya la vimos 40 veces."

En este contexto, un 55% de las empresas espera que aumente la conflictividad, según el último informe de Sel Consultores. "Lo vimos el año último y es lo que se espera para este año, ya que la puja por los salarios será más intensa", dice Cali.

Despidos por goteo

Julián de Diego advierte que se están dando los despidos por goteo o en pequeñas dosis semana a semana, un fenómeno que ya el año último estaba vigente aunque no hizo demasiado ruido. "Todo el mundo se está achicando porque el negocio está cayendo", dice al abogado. "Se nota en consumo masivo, alimentos, elementos de primera necesidad, cadenas, ventas y distribución, y en algunas automotrices. Eso sí, se paga el 100% de indemnización. No se ven grandes ajustes en los supermercados, pero es lo que se viene porque el consumo está cayendo. Los grandes perdedores son los de ingreso por suma fija, es decir los asalariados ", continúa.

"El empleo privado formal cayó en los últimos años. Si se lo quiere ayudar habría que reducir, por ejemplo, las contribuciones patronales por lo menos por unos meses para que disminuyan los costos laborales hasta que la economía se recupere. Las empresas están extenuadas por años de ajuste", cierra Bour.

• 25%
  
  Aumento salarial proyectado
  
  Las empresas ya lo tienen acordado con sus casas matrices, y por ahora no piensan mover la aguja por razones de rentabilidad
• $4200
  
  Canasta básica para una familia de 4 personas Según datos de FIEL. Medida por la CGT Azopardo asciende a $ 6184. Ambas cifras superan el salario mínimo
• 55%
  
  De las empresas encuestadas
  
  Declara, según SEL Consultores, que este año aumentará la conflictividad laboral a causa de la pérdida del salario real