El Santander cree que el próximo gobierno tendrá algunos problemas resueltos, pero seguirá lidiando con la inflación y el dólar
MADRID.– Un mundo acechado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una América latina que crece a un ritmo inferior al esperado pero exhibe algunos fundamentos sólidos y una Argentina marcada por la incertidumbre electoral. La exposición de los economistas jefes del Banco Santander, realizado en la Casa de las Américas de Madrid, se convirtió el miércoles en una radiografía del estado de situación de las principales economías de la región, que exhiben dinámicas similares y la necesidad de un mismo tipo de reformas en el horizonte, sobre todo en materia previsional, laboral e impositiva.
La responsable de brindar el contexto global fue Alejandra Kindelan, directora del Servicio de Estudios y Public Policy del Grupo Santander, quien explicó que "el mundo crece este año menos que el pasado" como consecuencia de que las principales economías se encuentran muy cerca del límite de su capacidad potencial y por la tensión entre Washington y Beijing. Pero al mismo tiempo remarcó que la entidad visualiza "un marco de estabilidad, porque no se ven datos que apunten a una recesión ni tensiones inflacionarias ni desequilibrios significativos".
En la cuestión particular de América latina, Kindelan admitió que visualizan "una recuperación menos intensa de lo que nos hubiera gustado ver". En definiciones que parecieron reflejar más la realidad de los grandes países regionales como Brasil y México, consideró que "la inflación en general está contenida y las cuentas externas están equilibradas", pero remarcó que "faltan reformas a mediano y largo plazo".
Quien se encargó de dejar en claro que la situación en la Argentina es diferente en ese sentido al resto de la región fue Sergio Galván, economista jefe de Santander en el país, quien atribuyó las dificultades a los problemas de los especialistas en acertar los pronósticos de las principales variables y a la incertidumbre electoral. "Las elecciones son como un muro que limita hasta dónde se puede ver. Lo único que podemos hacer es espiar detrás del muro", graficó Galván, para explicar la incidencia de la variable política en el plano económico.
Explicó que en este contexto en general "la reacción de los agentes económicos es la defensiva, y la primera es la fijación de precios por las dudas", dinámica muy determinada por el nivel de incidencia del tipo de cambio sobre el resto de las variables. En este sentido, resaltó que en mayo "hubo una estabilidad cambiaria más genuina porque ahora se sabe que el Banco Central está detrás para cerrar la brecha" en caso de que haya una excesiva turbulencia.
Galván habló de un nivel de inflación "muy exigido", a diferencia de lo que ocurre en el resto de la región, y mostró un graficó con una expectativa del 39% anual para 2019, una baja del PBI del 0,5%, un dólar en $52 y un déficit de cuenta corriente de 2% del PBI.
Al trazar un cuadro de la economía que encontrará el gobierno que asuma el 10 de diciembre, enumeró datos positivos como un menor déficit externo, cuentas fiscales más saneadas, mejor situación energética, precios relativos más ajustados, cuentas provinciales equilibradas y un mejor relacionamiento con el mundo.
Pero después compensó con algunos pasivos que deberá afrontar la futura administración, como la gestión de la deuda (que de todos modos calificó de "financiable" porque se requerirán unos US$8000 millones en 2020), las dificultades en materia de tipo de cambio e inflación, la falta de inversión privada, la necesidad de mejorar la productividad de la economía y la alta presión impositiva.
En el turno de evaluar la situación de Brasil, Mauricio Molán reconoció que este año tenían una expectativa de crecimiento que no se cumplió, en parte por las dificultades para instrumentar reformas estructurales que enfrenta la gestión de Jair Bolsonaro. "¿Por qué el país no crece más de 1,5%? Porque la confianza de las empresas y las familias se mantuvo en el mismo nivel que el año pasado. La recuperación que vimos en 2015 se interrumpió este año. A principios de año creíamos que la confianza llegaría de nuevo a los niveles de 2009-2012 y eso no pasó, y tiene que ver con la evolución de la agenda política", explicó Molán.
Por Chile habló Claudio Soto, quien puso foco en el impacto que generó en su país la guerra comercial entre Estados Unidos y China, debido al esquema de acuerdos de libre comercio que tiene Chile con las principales potencias globales. "En 2018 Chile creció 4%, pero ahora empezó a perder tracción. Y en eso hay factores externos e internos. El externo es la guerra comercial y el interno es la expectativa de que se avanzaría más rápido en las reformas".
Finalmente, el caso de México fue abordado por Rodrigo Brand, quien trazó un cuadro favorable respecto de los primeros meses de gestión del presidente Manuel López Obrador. Sobre todo resaltó el compromiso del nuevo gobierno en materia fiscal, y relató cómo después de una caída de ingresos por el petróleo decidió ajustar gastos para no desequilibrar las cuentas. "Esta prudencia económica tiene sólidos fundamentos económicos y no vemos que esto vaya a cambiar", sintetizó.
La exposición de los economistas jefes de Santander es parte del encuentro anual que desarrolla el grupo en Madrid, que se inició el martes con una exposición de la presidenta del banco a nivel mundial, Ana Botín, y que hoy continuó con una charla de Santiago Bilinkis, fundador y exCEO de Officenet, sobre "Trabajo y Educación en la era digital".
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