Elogio al mecanismo de canje de deuda
NUEVA YORK (Reuters).- Los acreedores externos de la Argentina podrían verse forzados a participar en la reestructuración de deuda del país por medio de un mecanismo que Moody´s Investors Service calificó como "muy inteligente", destinado a castigar a aquellos que no acepten el acuerdo.
"La mayoría piensa que, como la porción doméstica del canje está completa, los tenedores (locales) de bonos están fuera de la escena. Pero eso no es cierto", dijo Farisa Zarin, una analista senior de la agencia calificadora Moody´s. "Ellos aún pueden hacerles la vida muy difícil a los tenedores internacionales de bonos", agregó.
En el tramo doméstico del canje, recientemente se invitó a los acreedores locales a que canjearan sus bonos por préstamos garantizados con la recaudación de impuestos. Los nuevos préstamos tienen tasas de interés más bajas.
La parte internacional del canje está prevista para comienzos del próximo año. La reestructuración apunta a ayudar -por medio de una menor carga de la deuda- a que el país, que padece una prolongada recesión, evite la quiebra. El gobierno argentino estableció un fideicomiso que contiene los bonos que canjearon los fondos de pensión y los bancos locales como parte del intercambio de títulos.
Normalmente, cuando los inversores dan sus bonos en canjes de deuda soberana, estos títulos caducan y son reemplazados por nuevos derechos. Pero en el caso de la operación de la Argentina, aquellos que participaron en el canje local mantendrán sus derechos de voto.
Esto significa que, al colocar los bonos en un fideicomiso, los tenedores locales de bonos tienen derecho a votar para cambiar los términos de los bonos que ya canjearon. El fideicomiso les permite mantener el derecho al voto. Al tener los bonos en un fideicomiso, los tenedores locales pueden hacer que los títulos en manos de los extranjeros sean instrumentos con un menor valor intrínseco que en la actualidad, dijo Zarin.
"Entonces, si los tenedores extranjeros no aceptan el acuerdo de reestructuración presentado por el Gobierno, los tenedores locales pueden cambiar la estructura de los bonos en manos de los inversores extranjeros", agregó la analista.
"La formación del fideicomiso es una medida estratégica para mantener la presión sobre los tenedores extranjeros para que éstos participen en el canje", añadió.
Zarin observó que mientras los acreedores locales están más interesados en la prosperidad a largo plazo de la Argentina, los inversores extranjeros tienen un motivo más inmediato, que es el rendimiento total de sus carteras.
Por lo tanto, los locales podrían estar más dispuestos a presionar a los extranjeros para que acepten los términos del Gobierno, agregó. Zarin sostuvo que, según su entender, ninguna otra reestructuración soberana de bonos había utilizado este tipo de mecanismos. "Lo que están haciendo es muy inteligente", dijo la analista.
No se pudo obtener una opinión de algún vocero de la Argentina para que comentara sobre el tema.
La semana pasada, un comité de tenedores de bonos argentinos con sede en Nueva York, que están preocupados, contrató a una firma de abogados para asegurarse que las pérdidas que podrían sufrir con la reestructuración sean compartidas en partes iguales por los tenedores locales, por el Club de París de países acreedores y por los organismos multilaterales de crédito.