Camboya y Vietnam atraen a la industria de la moda
Muchas empresas mudan las fábricas que tenían en China a estos países del sudeste asiático; cuál es la ecuación entre costos y calidad
Las compañías de moda, ansiosas por diversificar su cadena de producción, ya estaban expandiendo sus talleres en el sudeste asiático como alternativa a China . Y entonces llegó la guerra comercial. Ahora que se preparan aumentos de los aranceles sobre productos tales como las carteras chinas, naciones como Camboya y Vietnam se ven más atractivas que nunca para los fabricantes de productos de consumo como Steven Madden y Tapestry's Coach.
Y mientras la administración del presidente de Estados Unidos Donald Trump ha impuesto aranceles a productos de muchos de sus principales socios comerciales este año, también ha permitido que algunos productos camboyanos sigan teniendo acceso duty free -libre de impuestos- al mercado estadounidense.
"El cambio ha estado en marcha", dijo Steve Lamar, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Americana del Vestido y el Calzado. Los anuncios de aranceles han creado mucha ansiedad y las compañías están evaluando con qué celeridad pueden hacer más cambios en sus fuentes de provisión, dijo el directivo.
Un estudio difundido en julio por la Asociación de la Industria de la Moda de los Estados Unidos mostró que, aunque todas las compañías que participaron en la encuesta obtienen productos de China, el 67% prevé reducir el valor o el volumen de la producción en ese país en los próximos dos años. El proteccionismo comercial de EE.UU. fue citado como el principal desafío de la industria.
El CEO de Steven Madden, Edward Rosenfeld, dijo que ha estado pasando la producción de sus carteras de China a Camboya. El fabricante de zapatos y accesorios afirmó que el 15% de sus carteras provendrán de Camboya este año, un porcentaje que se duplicará en 2019.
"Eso, francamente, nos da tres años de delantera respecto de la mayoría de nuestros pares, porque hay muchos que recién ahora están tratando de efectuar ese cambio", dijo Rosenfeld el 31 de julio pasado. "Nuestro jefe de producción de carteras ahora está allí trabajando en un plan para aumentar esa salida", agregó.
Tapestry, la compañía de lujo responsable de las carteras Coach y Kate Spade, ha adoptado una estrategia similar, aumentando su producción en Vietnam y dejando menos de un 5% de su fabricación en China. Mientras tanto, Vera Bradley mencionó en diciembre pasado que estaba analizando trasladar sus operaciones de manufactura de China a Camboya y Vietnam.
"Camboya ofrece buenos incentivos, como exenciones impositivas temporarias", comentó Matt van Roosmalen, a cargo de Camboya para Emerging Markets Consulting, una firma de asesoría de inversiones concentrada en el sudeste asiático.
"Mientras persistan las exenciones de aranceles, las compañías estarán más incentivadas para invertir en capacidad productiva en Camboya", explicó.
Las decisiones de trasladar la producción han afectado a China: Stella International Holdings, con base en Hong Kong y que desarrolla y fabrica calzado para marcas como Prada y Guess, ha visto caer sus acciones a su valor más bajo desde el año 2009, mientras China y Estados Unidos suben el tono de su controversia comercial.
Las exportaciones de calzado de Camboya aumentaron un 25% en 2017, mientras que las exportaciones de vestimenta se incrementaron un 8% en el mismo período, según un informe anual del Banco Nacional de Camboya, que atribuyó el crecimiento en parte al incremento de la demanda de los Estados Unidos.
Mientras tanto, Vietnam ha disfrutado de un boom económico impulsado por inversores extranjeros desde hace años, atrayendo inversiones de miles de millones de dólares de empresas como Samsung Electronics e Intel Corp. Se está transformando de ser principalmente un exportador de commodities agropecuarias, tales como arroz y café, a convertirse en un centro de manufactura del sudeste asiático.
País de oportunidades
"El país disfruta de una inflación relativamente baja, una divisa estable y estabilidad política, todo lo cual ayuda a atraer inversión extranjera", dijo Adam Sitkoff, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Americana en Hanoi. "Las oportunidades son claras: Vietnam es un país de 95 millones de personas que avanza bastante rápido en el camino de las bicicletas a las motos y a los BMW", añadió.
Aún antes de que China y Estados Unidos escalaran sus tensiones comerciales, Camboya disfrutaba de la exención de aranceles para productos tales como carteras, valijas y billeteras, como parte de un programa de Estados Unidos para ayudar a impulsar el desarrollo en países de bajos ingresos. Esta designación hasta ahora ha sido mantenida por la administración que encabeza Trump.
Además de la amenaza de imposición de aranceles, los salarios vienen subiendo en forma sostenida en China, mientras que Camboya sigue siendo uno de los países de más bajos costos en términos de mano de obra. Según estimaciones provistas por Oxford Economics, el costo de la mano de obra en Camboya es un cuarto del de China.
Ir con cautela
Pero Lamar, de la Asociación Americana del Vestido y el Calzado, prefiere recomendar cautela. "La realidad, desgraciadamente, es que salir de China no es fácil", expresó.
Una razón es que la mano de obra barata no necesariamente equivale a producción efectiva. Las tasas de productividad de Camboya son bajas comparadas con las de China, lo que hace que sea un desafío fabricar productos más elaborados.
En una encuesta del Consejo de Desarrollo de Hong Kong, que promueve el comercio y la inversión en el territorio, directores de fábrica sugirieron que la productividad laboral promedio de los trabajadores camboyanos era entre un 50% y un 60% la de los trabajadores chinos.
Otra razón es que la infraestructura de Camboya está muy por detrás de la de China. La infraestructura del país se ubica en el lugar 106 de 137 países, detrás de vecinos como Vietnam y Laos, en el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. "Esto puede causar dificultades para sacar la mercadería del país", dijo Lamar.
El gobierno de Estados Unidos dijo recientemente que las elecciones de julio en Camboya, en las que el partido gobernante se quedó con los 125 escaños de la Asamblea Nacional, tuvieron en realidad "fallas".
Como resultado de ello, Estados Unidos y Europa podrían rever sus políticas comerciales y "potencialmente dejar de dar preferencias arancelarias a la industria camboyana del vestido", dijo Tommy Wu, economista de Oxford Economics. Tal movida sería un golpe para el país, donde la ropa representa el 64% de las exportaciones totales.
"Llevar más producción a Camboya es algo que debe hacerse con cautela hasta que se asiente el polvo político", dijo Sophal Ear, profesor adjunto de diplomacia y asuntos internacionales del Occidental College en Los Ángeles.
Traducción de Gabriel Zadunaisky
Uliana Pavlova
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