Distintos caminos para la reinserción
Programas de outplacement, contactos, empleos temporarios y la modalidad independiente posibilitan la vuelta al trabajo
Podrán confundirse con personajes salidos de una película de ciencia ficción, pero son de carne y hueso. LA NACION reunió a cuatro personas que, tras haber perdido el empleo, lograron uno en tiempo récord y, en algunos casos, con condiciones más favorables que las anteriores.
Sus historias están lejos de reflejar la realidad que viven millones de desocupados. Pero sirven como ejemplo para que los que están en la búsqueda puedan copiar algunos trucos y desandar con más ánimo el camino de la reinserción.
La clave es no cerrarse y tener en cuenta la posibilidad de experimentar un cambio de carrera. Por eso, antes de empezar, es necesario hacer un análisis del perfil y compararlo con lo que está pidiendo el mercado. En este sentido, los avisos clasificados son un buen termómetro para observar la demanda y los requisitos necesarios para cada puesto.
Programas de reinserción, contactos personales, Internet, agencias de trabajo temporario y la modalidad independiente completan el mapa que todo cazador debe llevar consigo a la hora de salir en busca de un empleo.
Ayuda externa
Con la ayuda de un programa de reinserción pagado por la empresa de la que se desvinculó, Pablo Reinhardt, un joven de 25 años que pertenecía al mundo virtual, descubrió que tenía aptitudes para la venta y hacia allí decidió poner proa.
"Una vez que cerró la empresa, tuve entrevistas con Miguel Botindari y juntos diseñamos un cambio de carrera -dice-. Observé que poseía una veta comercial que nunca había explotado y, teniendo en cuenta que el mercado estaba pidiendo ese perfil, busqué por ese lado."
El desvío dio resultados porque en menos de un mes consiguió trabajo como supervisor en un call center. "Me benefició mucho haber hecho el curso -reconoce-. Pero también tengo mis propias técnicas; por ejemplo, entro en las páginas Web de las empresas, averiguo el nombre del responsable del departamento donde quiero trabajar y consigo tener una entrevista con él", explica.
Hasta ahora, sus intentos no fueron fructíferos, pero "sirven para sumar contactos y darme a conocer, porque nunca se sabe qué puede pasar en el futuro", se entusiasma.
Por su parte, Pedro Palacios, licenciado en Comercio Internacional que en octubre último se desvinculó de la compañía para empezar una carrera independiente, asistió, sin muchas esperanzas, a un programa de outplacement en Select Executives Career Planning.
"La experiencia fue mejor de lo que esperaba porque, además de contención, muestra distintas alternativas y que el cambio puede ser positivo -expresa-. A pesar de que yo quería ser independiente, las herramientas que enseñan para asistir a una entrevista laboral sirven cuando hay que sentarse a negociar con un cliente", asegura el profesional de 40 años, desde Villa Constitución, Santa Fe.
Por un conocido Desde 1996, Daniel Giudice, de 43 años, trabajaba como ejecutivo de cuentas en una empresa de trabajo temporario en
Realidad
La realidad del empleo en la Argentina es mucho más dura que lo expresado por los protagonistas de la nota.
Según estadísticas difundidas por la consultara MAB, que dirige Miguel Angel Botindari, de 300 currículum que se reciben por día, sólo el 2% logra reinsertarse y en tiempos mucho más prolongados que los expuestos en el artículo.
Además, de diesisiete casos de trabajos para reinserción laboral que se realizaron en la consultora los últimos seis meses, finalmente se reubicaron con esta modalidad tres personas, otras siete lo hicieron apelando a otros medios -fundamentalmente a partir de contactos personales cosechados durante sus años de carrera- y el resto todavía continúa en la búsqueda de trabajo.
San Luis. En marzo último llegó a un acuerdo de desvinculación con la compañía. "La situación era insostenible y decidí irme sin trabajo. La idea era probar suerte en los Estados Unidos", recuerda.
Sin embargo, enseguida empezó a ponerse en campaña para conseguir algo acá: "Me acordé de un amigo que trabajaba en una compañía multinacional del mismo rubro y lo llamé para comentarle que me había desvinculado -relata-. A la semana me avisó que su empresa necesitaba un director de cuentas en San Juan y en menos de un mes me mudé y estaba trabajando", dice aun asombrado.
Además, la nueva etapa representó un ascenso económico y de posición:"Soy un privilegiado. Creo que pesó mucho mi experiencia de más de 20 años en ventas, mi predisposición al cambio y, sobre todo, haber cosechado muchos contactos durante este tiempo", opina Giudice.
Rotación constante
Una de las premisas de todos los especialistas en búsqueda y selección es no dejarse estar. Es preferible que en el currículum figuren varios trabajos menores que un espacio en blanco. Eso mismo pensó Adrián Ponce, un estudiante de Administración de Empresas, cuando dejó su trabajo en transportes Furlong, en julio de 1999. "Decidí no dejarme estar y enseguida salí a repartir currículum por las consultoras más serias", comenta. Hasta que, a pocos meses de estar desempleado, recibió la primera propuesta laboral de Adecco, consultora en gestión de Recursos Humanos que trabaja con personal eventual.
"A partir de ese momento siempre tuve empleo. Y si paso una semana sin trabajar aprovecho para actualizarme", sostiene Ponce. Además, asegura ser un abonado a los avisos clasificados y a Internet. Pero recurre poco a su red de contactos. "Antes era mi primera opción. Pero ahora casi no la utilizo porque es probable que ya no estén en la compañía."
Más allá de que los caminos elegidos para la reinserción fueron diferentes, los consultados coinciden en destacar la importancia de conservar una actitud positiva.
Pero, sobre todo, hay que tener constancia: "La búsqueda laboral es un ejercicio que hay que practicar todos los días, yendo a entrevistas, conociendo gente, usando Internet o leyendo los avisos en los diarios. El problema se presenta cuando se apela a todo eso en el momento de perder el trabajo, porque puede ser demasiado tarde", concluye Reinhardt.