El costado ético del management
Pocos argentinos se dan el gusto de destacarse en una disciplina reservada para los norteamericanos, como es la consultoría a gran nivel. La satisfacción es mayor si se tiene en cuenta que el lugar donde comenzó a gestarse su carrera fue en la tierra de Steven Covey, Tom Peters y Edward de Bono, pensadores que desde hacía muchos años se habían ganado el respeto, la admiración y el dinero de los empresarios de los Estados Unidos.
Pero Alfredo Kofman comenzó a interesarse en un aspecto que pocos habían explorado hasta el momento: el costado ético de las organizaciones. Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesor de Sloan, escuela de management del Massachusetts Institute of Technology (MIT), se volcó luego a los estudios filosóficos, donde nació su inquietud por la dimensión humana de los negocios. "A pesar de que el primer impulso es ganar dinero, para hacerlo las empresas deben pensar en cómo servir, cómo ser útil al otro. Por eso digo que las compañías tienen un grado de responsabilidad muy alto", afirma.
-¿Por qué la sociedad no advierte ese grado de responsabilidad?
-Es un tema interesante que estoy investigando porque me preocupa que por la decepción que la gente tenga de las compañías se caiga en la violencia y la imposición. Por eso es importante construir una disciplina y una ética que empiece por la persona y se extienda al resto de la organización. Justamente, uno de los objetivos de Metamanagement , su nueva publicación que se exibe en las librerías de la Argentina, Estados Unidos, Brasil y México, y que motivó su reciente visita al país, fue crear las condiciones necesarias para que se produzca el cambio en las organizaciones.
-¿Qué es el metamanagement?
-Es un concepto que significa ir más allá de la administración tradicional, una forma de apertura al cambio, de transformación en un sentido evolutivo. Es decir, es el desarrollo de management hacia una nueva manera de operar en el futuro, más comprometida. Si bien es una idea teórica, brinda herramientas prácticas para el cambio.
-¿Cómo será ese nuevo modo de gestionar?
-Se habla mucho de la complejidad que va a adquirir el mundo en el futuro. El problema no es que se complejice, sino estar preparado para ese momento. El desafío es la transformación de la persona para adecuarla a esa realidad más compleja. Lo que propongo está cargado de cosas que tienen que ver con el sentido común, pero no con la práctica común. Los libros de recetas dan información valiosa, pero no dicen cómo aplicarla.
-¿Es la única crítica que hace a los libros de management?
-En realidad no soy muy crítico de los contenidos, sino de los manuales incompletos. La mayoría de esos libros hablan de las herramientas, que son muy útiles, pero ninguno se ocupa de los usuarios que van a utilizarlas. Mi intención es conectar la herramienta con el usuario. También soy muy crítico de los libros de filosofía que se quedan en la abstracción psicológica. El desarrollo debe ser integral. Hay que dar contenidos, pero también explicar cómo pueden aplicarse.
-En las empresas, ¿quiénes tienen la responsabilidad de bajar esos conceptos?
-No creo que haya alguien que tenga que cumplir necesariamente con ese rol. En realidad, yo respeto mucho la libertad del individuo y forma parte de su decisión hacerlo o no. Cualquier persona puede tomar estos conceptos, comprenderlos y transformar su vida.
-Mi pregunta apunta a la obtención de resultados dentro de una organización.
-Toda acción tiene un impacto en el individuo que la concreta y su entorno. Cuánto más alto está esa persona en la jerarquía de una compañía, mayor es el impacto que produce esa acción en la organización. La mayoría de los especialistas piensa que el que más impacta es el CEO, lo que es cierto en algunas decisiones de tipo estratégico, pero no con respecto a la administración y cómo ésta afecta a la gente. Aquí el mayor impacto lo tiene el gerente, el que conduce equipos de trabajo. Me desagrada la tendencia a hablar de liderazgo, porque el gerenciamiento es un trabajo muy valioso y más fuerte en términos de impacto.
-Un manager, ¿puede ser un líder?
-Depende de qué se entiende por liderazgo. Si líder es alguien que afecta la vida de los otros, por supuesto que sí. Pero la tendencia es a pensar que los gerentes son las personas que aplican lo que piensan los líderes, es decir, que no tienen capacidad propia. Ser gerente sería como un paso intermedio para transformarse en un líder porque se supone que es lo mejor a lo que uno puede aspirar. Lo que intento demostrar es que el trabajo de los managers es tan importante como el del líder.
-¿A qué se refiere en el libro cuando sostiene que en las empresas faltan preparadores físicos?
-La capacitación en las empresas es muy específica y falta gente que enseñe habilidades generales. De nada sirve hacer una jugada increíble si al minuto el deportista se queda sin aire. Dentro de las organizaciones no hay personas que cumplan el rol del preparador físico. El entrenamiento técnico es muy útil, pero podría serlo aun más si se lo complementa con formación general, con la enseñanza de la aplicación valores, por ejemplo.
-Pero eso es algo que se aprende en la escuela primaria.
-Se enseña que se debe ser respetuoso, a decir siempre la verdad. Pero nadie dice cómo aplicarlo cuando se presenta un conflicto interno, donde dos valores se chocan. Siguiendo con la metáfora del preparador físico, él no va a lograr que la persona tenga mayor capacidad aeróbica, pero puede dar un programa de ejercicios que, si los hace, producirá un aumento en el rendimiento. De la misma manera, no se puede cambiar a una persona, pero se la puede invitar a reflexionar sobre su vida para que ella misma sea el agente del cambio.
Cursos para saldar una deuda
Más de 10.000 personas de las firmas más importantes del mundo pasaron por los seminarios y cursos organizados por Leading Learning Comunities, su consultora especializada en aprendizaje organizacional.
La Argentina, donde asegura "sentir un mayor compromiso social" es el único país en el que organiza cursos para particulares a muy bajo costo. "Cada vez que vengo me duele ver la pobreza y siento que tengo que hacer algo para ayudar. Desde el año último estoy organizando cursos prácticamente gratis en Buenos Aires y el interior", comenta.
En total son cuatro reuniones de tres horas cada una. "Espero que sirva para que la gente se trate con mayor respeto en el nivel social y eso genere un cambio. Siento que tengo una deuda y de esta manera intento saldarla." Para más información sobre estos cursos, http://www.fredykofman.com
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