Empresas fusionadas
Uno de los fenómenos actuales de alto impacto en el mundo del trabajo es el de las fusiones y adquisiciones de empresas. Lo novedoso es su grado de generalización y lo vertiginoso del proceso.
Los tiempos que transcurren entre una adquisición y una venta son tan efímeros como las entradas y salidas de capitales de inversión en las bolsas de valores. Este proceso ha demostrado tener consecuencias muy importantes para las empresas y para quienes trabajan dentro de ellas. Las fusiones y adquisiciones, en general, han descuidado los efectos que producen en las culturas, ya que privilegiaron los objetivos económicos.
Investigaciones recientes demuestran que una buena cantidad de fusiones no ha logrado los resultados esperados y hasta ha desencadenado grandes fracasos a causa de la falta de integración de las culturas.
Si sabemos que toda organización humana tiene una naturaleza social y es productora de cultura, podríamos afirmar que las fusiones están afectando su naturaleza.
Según Edgar Schein, "cultura es el conjunto de presunciones básicas, valores, hábitos, costumbres, que una empresa ha desarrollado durante su vida al ir aprendiendo a enfrentarse con sus problemas de adaptación externa y de integración interna, logrando un funcionamiento equilibrado que permita satisfacer sus relaciones con el contexto".
Descubrimos, entonces, que la idea de cultura está íntimamente asociada con la idea de tiempo, de permanencia, de proceso acumulativo, de obra del hombre desarrollada en la historia. Además, como toda obra humana tiene lugar en un espacio, provisto de significado.
Sin embargo, algunos trabajadores de empresas fusionadas muestran signos de extrañamiento y pérdida de pertenencia.
Marc Augé, en su descripción de la posmodernidad, a la que caracteriza como la multiplicación de no lugares, en oposición al concepto sociológico de lugar como cultura localizada en el tiempo y en el espacio, da una exacta perspectiva de lo que tal vez esté ocurriendo con las culturas fusionadas.
Describe los no lugares como "las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes, como los medios de transporte o los grandes centros comerciales, o también los campos de tránsito prolongado donde se estacionan los refugiados del planeta".
Para que en las empresas fusionadas las personas puedan revalorizar su nueva identidad y no sientan que trabajan en lugares de tránsito y sin significado, deberemos considerar la cultura como una dimensión estratégica en estos procesos.
O, acaso, esperar que la realidad descarnada nos muestre que las empresas pueden llegar a ser otra expresión posmoderna del no lugar para las personas que trabajan en ellas.