Opinión / Mercado laboral. Hay oportunidades para quienes buscan un cambio
Según el consultor, conviene estar alerta
A esta altura no es novedad que los procesos de búsquedas de ejecutivos se hayan detenido sensiblemente en este 2009. Otra consecuencia lógica de esta ya histórica crisis económica global.
Ahora bien, detenerse no es lo mismo que desaparecer. Y cabe la distinción. Las empresas en la Argentina siguen aún demandando profesionales para incorporar a sus filas. Con mucho menor ímpetu, es cierto. Más selectivamente, es correcto. Pero, aunque parezca extraño, hay todavía oportunidades para aquellos que buscan un cambio laboral que los haga crecer y desarrollarse profesionalmente. Aquí y ahora aplica más que nunca la trillada aceptación oriental de crisis como sinónimo de peligro y -sobre todo- oportunidad.
¿Pero de dónde surgen, entonces, estas oportunidades?
Claramente no de proyectos de expansión o crecimiento de compañías. Mucho más probablemente sí derivadas de rotaciones o promociones internas que liberan posiciones. O incluso aún como consecuencia de desvinculaciones de ejecutivos que indefectiblemente precisan reemplazarse.
Potenciado por este brutal crac económico mundial, no es un momento donde un recurso que no rinda como se desea reciba demasiadas oportunidades de reivindicación. El permanente acento y la obsesión que las organizaciones han fijado sobre los ahorros en sus costos, a como de lugar y caiga quien caiga, no obvia los recursos humanos. Y así, algunas compañías podrán optar por capitalizar esta época gris para renovar sus plantillas -es decir, desvincular y reemplazar- y, en ese proceso, optimizar su inversión en capital humano.
¿Qué pueden esperar entonces los candidatos que se encuentren en busca de estas oportunidades?
En primer lugar deberán armarse de paciencia. Y no sólo para esperar las oportunidades, sino porque cuando éstas lleguen es muy probable que en la mayoría de los casos las mismas no se resuelvan velozmente. Si un proceso de búsqueda ejecutiva en tiempos normales puede llegar a demorarse de 3 a 6 meses, hoy habrá que estar preparado para hasta tal vez duplicar esas cifras.
¿Por qué? No hay una única razón. Se trata más bien de una combinación de varios motivos. Pero en la lista podrían encolumnarse, como ejemplos, algunas de las siguientes situaciones.
- Revisiones sistemáticas, por diferentes niveles jerárquicos, de la decisión ya tomada de incorporar el recurso, generando marchas y contramarchas del proceso en curso.
- Mayor participación e involucramiento del top management -local o de headquarters internacionales- durante el proceso de aprobación y evaluación de la búsqueda.
- Cambios, ajustes o variaciones sobre el perfil inicial fijado, producto de la cambiante realidad de mercado.
En el peor escenario, los candidatos en carrera en algún proceso podrán verse frustrados por búsquedas que luego terminen suspendiéndose, esfumándose de sus manos la oportunidad que imaginaron tomar. Pero a no desesperar, porque hasta esto tampoco es definitivo. No resultará extraño conocer de procesos que luego de alguna impasse vuelvan a reanudarse.
También los profesionales en búsqueda laboral deberán empezar a acostumbrarse al hecho de que el mercado se volverá cada vez más competitivo. Por un lado, porque es esperable que las organizaciones se tornen más exigentes y cuidadosas con los recursos a incorporar. En definitiva, se trata de la aprobación de una nueva inversión.
Pero por otro, porque al ritmo de empresas que empiezan a desprenderse de personal, la oferta de ejecutivos seguirá en ascenso y las compañías tendrán mucho más donde elegir.
En este contexto general de máxima incertidumbre, el mercado de búsquedas ejecutivas no es ajeno. Pero para aquellos a los que las crisis los suele activar, en la medida en que se busque con perseverancia, convicción por el cambio y superación personal, las oportunidades subsistirán.
Será sí cuestión clave el decodificar, leer y entender con precisión los tiempos que vienen. Para acomodarse a los mismos y ajustarse a sus nuevos usos y costumbres. Quienes mejor se adapten o evolucionen tendrán más posibilidades de capitalizar estas oportunidades de progreso a su favor.
El autor es gerente comercial de la consultora Ghidini Rodil
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