La Argentina precolombina: cuando el trabajo depende del clima y la cosecha
"Sin industria no se llega a ser un país desarrollado", dice Daniel Funes de Rioja, miembro del comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA) y presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), consultado sobre el aumento del desempleo según las últimas cifras del Indec para el segundo trimestre de 2018. Advierte también sobre los riesgos de depender de un solo tipo de producción, que en la Argentina proviene del campo.
Una vez más, el destino de este país está atado a la próxima cosecha, pero su éxito depende de las condiciones meteorológicas o dicho de manera más simple, si llueve o no llueve. Una relación peligrosa cuando la dependencia es extrema.
Al partir de un mercado laboral ya no tan estancado sino mas bien en retroceso, sobre todo en los sectores más vulnerables y sin calificación (el resto por ahora "aguanta"), los últimos números del Indec muestran que la desocupación pasó del 8,7% en el segundo trimestre de 2017 al 9,6% en el segundo de este año. Esta comparación interanual habla de más de 240.000 empleos menos a causa de la crisis financiera y también de la última sequía.
Con una industria con motores fríos, las expectativas están puestas en la próxima cosecha para poder recaudar los dólares necesarios para hacer frente a tantas deudas del Estado en todos su niveles.
"No me llaman la atención los números del desempleo, por la crisis y recesión que esta viviendo la Argentina, sobre todo teniendo en cuenta la contracción en la construcción, un elemento dinamizador del empleo en los ultimos años", dice Funes de Rioja.
"La industria también ha perdido puestos de trabajo porque la caída de la actividad económica ha repercutido no tanto en despidos como en la no reposición de puestos de trabajo de gente que se retira", agrega el abogado.
Depender del clima
"En la época de los incas, mayas, tehuelches y otras culturas precolombinas había un culto a la tierra y a los dioses, que eran los encargados de brindar las condiciones climáticas favorables para una buena cosecha. El sustento de las diferentes culturas dependía de la tierra, y por ello del clima", cuenta el titular de la cátedra Sociedad y Estado en la UBA, también especializado en historia y ciencias sociales. "La supervivencia estaba ligada a lo que daba la madre naturaleza. De ahí las grandes piramides y monumentos que honran al sol, a la lluvia, al viento para que haya buena producción".
"Las distintas culturas precolombinas tenían muchos dioses identificados con el la fertilidad de la tierra. El dios de la lluvia era muy importante, por ejemplo. Hoy seguramente habría un dios de la soja, encargado de cuidar la producción".
El campo es la gran "fábrica a cielo abierto", y depende del clima (aunque hay enormes avances en semillas, fertilizantes, plaguicidas y maquinaria, por supuesto). La prueba está en la pérdida de ingreso para la Argentina por la sequía de 2017 que repercutió en los números de la economía en 2018. Seguramente durante ese tiempo de falta de lluvias habría mucha gente implorando por agua, algo que también se dio este año con la campaña de trigo. Finalmente llegó la ansiada lluvia, aunque hay algunas regiones que siguen mirando al cielo a la espera más agua.
"Con respecto al trigo, había mucha incertidumbre con el tema climático", asegura Mariano Tomatis, socio a cargo de Agribusiness de PwC. Quizás algún ritual dio resultado, y "se espera una cosecha record de entre 20 y 21 millones de toneladas. La Argentina consume unas 6 toneladas, el resto es para exportar. En 2017 tuvimos solo 12 toneladas. Será, si todo sigue como hasta ahora, la mejor campaña de trigo de la historia de este país".
Se espera en comparación con la última cosecha del gobierno anterior y por un aumento del 50% del área sembrada un incremento del 43% del volumen de trigo exportado. "Habrá 2 millones más de toneladas de trigo que el año pasado y 2000 millones de dólares más de valor agregado a la economía. Esto significa mas trabajo, mas exportación de trigo, mas empleo de mano de obra, mas fletes y más actividad en el interior del pais".
La siembra se incrementó por la baja de las retenciones, aunque ya en medio de la campaña, las reglas de juego cambiaron. "Los desiquilibrios macro terminan impactando en las actividades que funcionan. Hay que entender que si no hay rentabilidad no vienen las inversiones", dice Tomatis.
Pero también el clima favorece, por lo menos por ahora, la perspectiva de cosecha. De todas manerastodavía faltan una lluvias en noviembre para que se rompan todos los records. "A finales de noviembre y diciembre el partido de trigo esta jugado. Esperemos tener el agua necesaria", agrega el socio de PwC
"El sector primario es tremendamente importante en la Argentina, lo fue siempre", dice Funes de Rioja. Hasta que se reactive la industria y el resto de los sectores, habrá que practicar entonces, también frente al FMI, la tradicional "danza de la lluvia".
Para incentivar el empleo
Funes de Rioja identifica algunos problemas que, si son tratados correctamente, pueden dejar de frenar el mundo del trabajo en la Argentina actual.
- Rigidez normativa y costos laborales: hay poco aliciente a la formalización o a la inclusión de trabajadores a causa de la rigidez de la normativa y el costo de cargas laborales. Esto es un factor de disuasión para incorporar personal. Aún en los sectores con menos problemas.
- Más flexibilidad: "en el momento en que la Argentina creció, el año pasado, el empleo fue traccionado por la construcción, que tiene un sistema flexible, lo mismo que ciertas actividades estacionales donde no se discuten los contratos temporarios, como turismo y gastronomía. "La legislación esta hecha para la primera y segunda revolución industrial y vamos por la cuarta", dice Funes de Rioja, "La rigidez de salida (de los trabajadores) está relacionada con la rigidez de la entrada".
- Realizar una revolucion educativa: "El modelo educativo esta desalineado con las necesidades del mundo de la producción y del trabajo. Por por eso tenemos 1.500.000 ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan).
- Autoempleo: hay que responder desde el punto de vista normativo a la generación del autoempleo. "China e India cuentan con un 30% de autoempleo. Hay que pensar en cómo vamos a generarlo, pero socialmente protegido".
- Luchar contra la informalidad: a nivel país, es del 35% aproximadamente aunque hay estimaciones que lo llevan a casi el 40%, y en el norte este porcentaje trepa al 50%. "No se soporta el peso de las cargas sociales. Hay que vivir en un mundo formal donde todos paguemos impuestos y los trabajadores tengan lo que les corresponde. No un mundo laboral protegido para los que están adentro del sistema y en la anomia para los que están afuera", cierra Funes de Rioja.
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