La difícil tarea del vivir en un país diferente
El creciente movimiento de personas en muchas empresas multinacionales que operan en el país ha dado lugar a nuevos problemas, ya que cada traslado puede generar muchas dificultades.
Con la intención de solucionarlos o evitarlos es que surgieron compañías que se dedican a la reubicación de personas, tarea conocida como relocation. María Eugenia San Segundo, una de las responsables de Apostille, consultora que se especializa en el tema, afirma que centralizar todos los problemas relacionados con movilizar a una persona "les permite a las compañías utilizar más eficientemente su tiempo". "Nosotros mantenemos organizadamente toda la información y documentos que se pueden necesitar", agrega.
Teoría v. práctica
Si bien hay una serie de pasos que en teoría deben seguirse para el traslado de una persona, las urgencias que aparecen hacen que en la práctica pocas veces puedan aplicarse.
"La velocidad de los negocios hace que no siempre puedan cumplirse los pasos ideales, y esto tiene un costo. Si se trae a una persona sin documentación porque está la necesidad urgente de tenerla acá, en algún momento deberá volver a su país de origen para terminar de arreglar sus cosas", sostiene Collarte, el otro responsable de Apostille.
Así explica que estos casos se dan generalmente cuando se trata de compañías que ganan licitaciones para desarrollar proyectos en el país, como empresas de telecomunicaciones.
"Aunque en teoría se plantean etapas del proyecto y se determina cuánta gente hará falta en cada una -dice Collarte-, en la realidad los plazos son mucho más cortos y se requiere que vengan personas de un día para otro."
"En esto nos hemos especializado -agrega-. Trabajamos con las empresas para planificar cómo van a utilizar sus recursos desde el punto de vista del impacto de relocation que esto tiene."
"Les enseñamos a ver qué recursos piensan que van a precisar y les decimos qué tienen que hacer para que estén disponibles cada vez que sea necesario", asevera Collarte.
Los casos en los que sí puede seguirse un proceso más ordenado es cuando se trata de altos ejecutivos, que llegan con sus familias para instalarse en el país.
En estas oportunidades, Collarte cuenta que el proceso es el siguiente: cuando la empresa se entera de que un ejecutivo va a ser trasladado hacia el país, se pone en contacto con Apostille y les pasa la información. "Nos ponemos en contacto por e-mail con la persona y le pedimos que, en nuestra página Web, complete un formulario de información general. Sobre esa base determinamos qué otras planillas es necesario enviarle."
Hay formularios sobre preferencia de vivienda, educación tanto para los hijos como para el ejecutivo y su cónyuge, y hobbies.
San Segundo comenta que así comienza una etapa de comunicación. "Los acompañamos y respondemos a todas las dudas -dice-, y cuando llega el expatriado y lo conocemos personalmente la relación se hace todavía más fluida."
"Todo esto hay que tenerlo en cuenta, porque hace que la gente esté más cómoda con su traslado y que, cuando todo el proceso termine, sienta que no fue tan doloroso", enfatiza Collarte. Además, afirma que este punto es un factor importante también para la empresa. "Si la familia empieza a estar incómoda, el ejecutivo también lo está, se queja en la empresa y se genera un problema de roces", agrega.