Publicaciones. La sucesión del director ejecutivo
Por Dennis C. Carey y Dayton Ogden (Ed. Oxford, 230 Págs.)
La sucesión de los niveles máximos de conducción en las empresas genera numerosos inconvenientes. Ya sea por fallecimiento, jubilación, enfermedad o decisiones personales es difícil encontrar a la persona para reemplazar al directivo saliente, sin que se resientan las actividades normales de la organización.
La sucesión del director ejecutivo plantea el tema tomando como punto de partida numerosas situaciones de traspasos de cargos ejecutivos en empresas líderes
En el pasado las sucesiones de directores ejecutivos no representaban grandes problemas, ya que generalmente era el propio director el que recomendaba a su sucesor. Hoy se plantean otros desafíos que incluyen a las juntas directivas conformadas por miembros internos y externos, que tendrán a su cargo la difícil misión de seleccionar a los candidatos.
Tanto el director como las juntas deben evaluar un plan de contingencias y posibles sucesores en casos de enfermedad, partidas sorpresivas, retiros formales o simplemente cuando la autoridad máxima responsable no se desempeña como es debido.
Los planes de sucesión no se diseñan al margen de la estrategia general de la empresa. Si ésta varía, variarán los posibles sucesores. Tal fue el caso de Bell Atlantic, que en 1998 tenía dos candidatos internos, pero de la adquisición de Nynex surgió un tercero. Pr eso que además de considerar a los talentos internos, algunas compañías evalúan el mercado externo y suelen contratar a consultoras para que realicen el proceso de selección.
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