Una disciplina que enseña a pensar distinto
La ontología del lenguaje permite ampliar los límites del desempeño de las personas, dice Rafael Echeverría, uno de sus creadores.
"Nuestra capacidad de aprendizaje como seres humanos está condicionada por ciertos prejuicios y presupuestos que acotan lo que podemos ver y aprender." El chileno Rafael Echeverría asegura que hay una disciplina que permite desbloquear esa mirada estrecha y lleva a la gente a lograr objetivos que ni siquiera se proponía alcanzar.
Se trata de la llamada ontología del lenguaje , que combina elementos de la filosofía, la biología y la lingüística, y que fue desarrollada y bautizada por el mismo Echeverría, en colaboración con Fernando Flores, otro chileno, en los Estados Unidos.
La disciplina logró rápidamente un fructífero espacio de aplicación en la capacitación empresaria, con el nombre de coaching ontológico . Pronto, atravesó las fronteras de los Estados Unidos, y hoy se encuentran coaches especializados en España, y en varios países de América latina.
Echeverría, doctor en filosofía, es además creador del curso de formación de coaches profesionales que se dicta en varios países del mundo, y dirige su empresa, The Newfield Group, que con sedes en los Estados Unidos, España, Venezuela y Brasil se dedica a la consultoría empresaria en esta disciplina. Su libro Ontología del lenguaje, editado en Chile en 1993, es referencia obligada para los coaches profesionales, que ya se multiplican también en la Argentina.
El especialista visitó el país en abril último, para partipar de un encuentro sobre temas educativos en la provincia de Catamarca. En un breve paso por Buenos Aires, dialogó con La Nación y definió los alcances y beneficios del coaching ontológico en la empresa: "Enseña a observar el mundo y a pensar de otra manera", aseguró.
Salir de los prejuicios
-¿Cómo define la ontología del lenguaje ?
-En primer lugar, entiendo por ontología la pregunta por el ser. Y en la respuesta a esa pregunta se encuentra que el rasgo que nos hace ser como somos y tener las experiencias que tenemos es la capacidad especial y única del lenguaje. El lenguaje tiene una importancia fundamental para definir qué es el ser humano.
-¿Para qué sirve el lenguaje?
-Siempre se le dio un lugar secundario. Se lo entendió como instrumento que vehiculiza contenidos, que transmite, que comunica, que expresa. Esta disciplina plantea que además es acción, que genera situaciones, que transforma realidades.
En otras palabras, somos como somos en función de cómo nos comunicamos, de las cosas que decimos, de cómo escuchamos. El lenguaje crea el mundo en el que vivimos, nos pone obstáculos o nos libera de ellos.
-¿El ser humano es consciente de esta posibilidad?
-En general no, y esto explica muchos conflictos comunicacionales con los otros, o que sin darnos cuenta bloqueemos nuestras capacidades de hacer o aprender cosas con prejuicios.
-¿Qué es el coaching ontológico ?
-Es una posible aplicación de la ontología del lenguaje en el campo del aprendizaje. Ofrece una mirada del ser humano en la que, según las cosas que dice, las emociones que transmite y su corporalidad, se pueden entender sus posibilidades como persona.
Un coach está preparado para aplicar la ontología del lenguaje y así establecer los límites del desempeño de una persona, desbloquear las fronteras autoimpuestas y permitirle el avance sustancial en sus posibilidades.
-¿Cómo lo hace?
-El coach trabaja mediante indagaciones y conversaciones, que, sumadas a la observación de conductas, emociones y gestos de una persona van dándole elementos para identificar los obstáculos que la frenan. Luego se los muestra, los valida con ella y le enseña el camino para superarlos. Así se logran grandes desempeños en personas que ni se los proponían, porque no sabían que eran capaces de enfrentar ciertos desafíos.
-¿Qué aplicación tiene en la empresa?
-Es efectivo en cualquier clase de conflictos comunicacionales, como en equipos de trabajo, pero tiene el mayor beneficio en gerentes que tienen gente a cargo, por ejemplo. Una vez que alguien conoce sus posibilidades, puede generar estos cambios en quienes lo rodean.
Capacitación
Echeverría asegura que para ser coach no se necesitan habilidades especiales. "Les pido a mis alumnos que sepan leer y escribir. Con el caudal de experiencia que tiene cualquier ser humano alcanza para adquirir las técnicas y poder actuar como coach. Lo que enseñamos es a observar de otra manera, y a poder guiar a otros a hacerlo.
-¿Cuánto dura la formación básica?
-Dictamos un programa básico de nueve meses, a distancia, con tres encuentros presenciales de cuatro días que se realizan en distintos lugares del mundo. No pedimos ninguna fornación anterior.
-En una disciplina que da un lugar fundamental al lenguaje, ¿cómo se manejan las diferencias culturales cuando se reúnen personas que provienen de países distintos?
-Eso enriquece el aprendizaje. Ayuda a descubrir en la práctica que todos tenemos un sustrato común más allá de las costumbres y la cultura particular. Además, prepara a los futuros coaches para desempeñarse en empresas multinacionales, en cualquier lugar.
Planes para la Argentina
Muchos de los interesados en capacitarse como coaches mediante los cursos que dicta Echeverría son argentinos. Ese interés hizo que en enero de este año se instalara en Buenos Aires una representación de su empresa, que se convertirá oficialmente en sede en poco tiempo.
Según dice Echeverría, la Argentina es un país culturalmente ideal para desarrollar el coaching.
"Por un lado, los argentinos han tenido siempre un interés por la introspección, por preguntarse por qué somos como somos, que no es fácil de encontrar en otras culturas -explica-. Esa es una razón que motiva, por ejemplo, el gran desarrollo del psicoanálisis en este país, una disciplina que hoy vive una crisis seria."
El especialista tiene grandes planes para el coaching ontológico en estas tierras. "Es una alternativa nueva y efectiva que puede venir a llenar ese vacío", se entusiasma.