Empresas responsables de la felicidad laboral
La mayoría de los directivos reconocen que los empleados deberían ser su principal grupo de interés
Antes era la RSE, ahora la RSC. Traducción: las siglas pertenecen a Responsabilidad Social Empresaria y Responsabilidad Social Corporativa, respectivamente. La segunda incluye y es consecuencia de la primera, y ésta surge a partir de la mala fama ganada por las empresas por acciones perjudiciales para el planeta.
Era de esperar que el llamado a la responsabilidad social para la supervivencia del hombre sobre la tierra llevara a preguntar: "¿Y por casa cómo andamos?". La responsabilidad social debía extenderse sobre la población, y su cuidado físico y psicológico, una tendencia que avanza fuertemente, según revela un estudio de la Fundación Adecco.
Podemos leer allí uno de sus puntos, que se titula "Mejorar la gestión de los recursos humanos, promover la felicidad laboral". La conclusión: "El 90% de los directivos encuestados coincide en que los empleados son su principal grupo de interés. Por ello, favorecer la satisfacción o felicidad laboral constituye uno de los principales retos".
No hay error en la cita. Se menciona allí la palabra "felicidad". Es una de las pocas oportunidades en las que aparece esta pretensión, tal vez desde que la Biblia decretó al trabajo como castigo.
Francisco Mesoner, director general de la fundación, agrega: "Este es uno de los principales retos. Hemos de preguntarnos si nuestros empleados son felices".
Ese será el verdadero desafío ya que implicará un giro de 180° para muchos. La propuesta de cambio está relacionada con la crisis. La ambiciosa búsqueda y retención de talentos tiene su contracara en la pérdida, también de talentos, a corto plazo. Esta misión va de la mano del prestigio que tengan las empresas, o no, sobre el impacto ambiental que ellas mismas provoquen. Un tema que resulta hoy vital para las generaciones jóvenes.
Otro dato importante que provee el estudio de Adecco: un 70% de los ciudadanos exige a las empresas el mismo grado de responsabilidad social que a los poderes públicos.
La RSC va dando sus frutos. El Grupo Vips desarrolló un curso de auxiliar de cocina, en el que se graduaron 11 personas con discapacidades mentales. Otro grupo de alumnos de la Fundación Síndrome de Down de España establecieron un convenio con la Universidad Complutense para capacitarse en computación.
La incorporación de personal, aceptando la diversidad se puso en marcha. Implica la revisión del concepto de talento que, en palabras de Huxley en Un mundo feliz, sólo comprendía a los de categoría "alfa", los superdotados.
jorgemosqueira@gmail.com
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