Adelanto del informe anual de la Fundación Invertir. En materia de inversiones directas, la Argentina se mantuvo al margen de la crisis
Este año se confirmaron proyectos por US$ 11.243 millones, que ascenderían a 12.500 millones si se concretan todos los planes anunciados; Estados Unidos es el inversor número uno
Los proyectos de inversión extranjera confirmados durante el corriente año ascienden a US$ 11.243 millones, aunque se estima que dicha cifra podría trepar a US$ 12.500 millones en caso de que se concreten todas los desembolsos anunciados. De ser así se llegaría a un nivel similar al de 1997.
Los Estados Unidos siguen siendo el país que mayor flujo de inversiones destinó a la Argentina, con un monto total de US$ 3984 millones y una participación en el total del 35,4 por ciento. Chile ocupó el segundo lugar, con una participación del 13%, mientras que Francia y España se ubicaron en la tercera y cuarta posición con una participación del 12,1% y el 9,6%, respectivamente.
Los datos pertenecen a un trabajo de investigación realizado por la Fundación Invertir Argentina que se terminó de elaborar esta semana y al que La Nación tuvo acceso. Allí se detalla que la composición de los proyectos de inversión extranjera en la Argentina ha sufrido una serie de cambios en relación con 1997. Aunque los Estados Unidos continúan ocupando la primera posición entre los países inversores, su participación en el total ha disminuido del 40,8% en 1997 al 35,4% este año. Pero no fue el único caso, también se redujeron las participaciones del Reino Unido y España, mientras que se incrementaron las de Francia, Holanda, Brasil y Canadá. El análisis es relevante porque muestra cuáles son los sectores de la economía real que por su dinamismo y perspectivas de rentabilidad son más atractivos para los inversores foráneos. Las características de las radicaciones de capital también permiten vislumbrar el rendimiento futuro de la economía en general y de los sectores en particular. En tal sentido, de la investigación se desprende que el 14,1% de las inversiones que llegaron al país optó por el área financiera, el 13,4% prefirió los hidrocarburos y el 13,1% eligió la energía eléctrica. El resto de los capitales eligió por las telecomunicaciones, supermercados, automotores y autopartes, alimentos y productos químicos, entre otros.
En cuanto a la composición de los proyectos de inversión por actividad, el incremento más importante fue el registrado en el sector de los supermercados, cuya participación este año aumentó casi un 6% en relación con 1997. Algo similar sucedió, aunque en menor medida, con alimentos, bebidas, automotores y autopartes. En cambio, disminuyeron las participaciones porcentuales del sector financiero, telecomunicaciones, energía eléctrica y gas y petróleo.
Otra de las características que se desprende de la investigación es la concentración. Sólo cuatro países (Estados Unidos, Chile, Francia y España) suman más del 70% de las inversiones. Y si se analizan los resultados con mayor detenimiento, se puede comprobar que la concentración se observa también en la desagregación por sectores, ya que los rubros banco y seguros, gas y petróleo, energía eléctrica y telecomunicaciones, se quedan casi con el 50% de los capitales que este año llegaron del exterior.
Son varias las razones cuando se trata de buscar una explicación al crecimiento de esta ola de inversiones extranjeras que en los últimos años llegaron al país. Pero tal vez una de las explicaciones más claras y sencillas fue la que se le escuchó pronunciar al presidente de Toyota Argentina, Tsuneo Arima, que aseguró que "la decisión de radicarse en el país respondió a tres razones: la estabilidad política y económica, con logros muy por encima del resto de los países de América latina; la calidad de la mano de obra, y el liderazgo argentino en el Mercosur". Y lo dice el representante de una de las más importantes economías del mundo, que proyecta aumentar significativamente sus inversiones en la Argentina en los próximos años.
El trabajo de la Fundación Invertir pone énfasis en aclarar que los proyectos de inversión que registran sus estadísticas son financiados tanto por medio de transferencias de capital que realizan las matrices a sus filiales en la Argentina como por el endeudamiento que las mismas asumen. Y esto es así porque la mayoría de las empresas extranjeras que invierten en el país utiliza líneas de créditos preferenciales para la exportación de bienes de capital. A tal punto esto es así que en el caso de grandes proyectos de inversión el financiamiento con deuda llega a ser particularmente importante. Un caso concreto es el proyecto de Bajo La Alumbrera, que se financió en un 70% con deuda contraída por la filial. La aclaración es válida porque el valor de los proyectos de inversión extranjera que surgen de la investigación son aproximadamente el doble de la cifra de inversión extranjera directa (IED) registrada en la balanza de pagos que elabora la Secretaría de Programación Económica del Ministerio de Economía.
El imán del mercosur
Uno de los logros más trascendentes atribuidos al proceso de integración entre la Argentina y Brasil es el fuerte aumento de las inversiones extranjeras directas (IED) que se dirigieron hacia ambos países, atraídas por el Mercosur. Estas se multiplicaron por diez, al pasar de US$ 2300 millones, a fines de los años 80, a US$ 23.000 millones en 1997.
En lo que se refiere a las inversiones brasileñas llegadas a la Argentina, más de 40 empresas se instalaron al país en los últimos tiempos. Banco Itaú, Brahma y Petrobras figuran en lugares destacados, mientras que los sectores elegidos por el dinero brasileño son el eléctrico (32,9%), la construcción (12,9%), bancos (11,6%), alimentos y bebidas (10,8%), automotriz y autopartes (5,5%) y petroquímica (4,5%). En estos seis sectores se concentra el 78% del total de los desembolsos brasileños en la Argentina.
No fueron pocas las opiniones que a principios de esta década aseguraban que una vez finalizada la etapa de privatizaciones se iniciaría una etapa recesiva en la llegada de capitales foráneos. Sin embargo, a la luz de los acontecimientos, se puede afirmar que tal hipótesis fue incorrecta, porque no sólo la inversión internacional siguió eligiendo a la Argentina para hacer negocios, sino que se propagó a los más diversos sectores productivos. La tendencia para los próximos años parecería seguir el mismo rumbo; por lo menos es lo que marcan las estimaciones del Centro de Estudios para la Producción (CEP), que ubican en más de US$ 45.000 millones las inversiones de empresas extranjeras que llegarán al país en los próximos años.
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